Milagros De Ocasión


Paty iba como todos los días en su auto rumbo a su trabajo. Había tráfico -y como sucede a la mayoría de las personas- se le había hecho tarde, razón por la cual no tuvo la menor duda en oprimir con un poco más de fuerza el pedal del acelerador para recorrer en una menor cantidad de tiempo el largo trecho que quedaba del Eje Vial que conducía hasta la fábrica donde ella trabajaba.

Quizá lo hubiera logrado, no le temía a la velocidad y estaba ya acostumbrada a lidiar con el tráfico matutino, pero en su alocada carrera por ganarle al reloj y llegar a tiempo un ruido muy fuerte (similar a cuando se quiebra algo), la sacó de su concentración de "conductora experimentada" y se le heló la sangre cuando vió la llanta delantera del lado izquierdo de su propio auto, paso rodando sola y se adelantó incluso por encima del camellón.

Con la velocidad que llevaba y desbalanceado el vehículo, si frenaba su destino sería una volcadura segura... Así que en ese momento cuando toda su vida pasó por completo ante sus ojos, lo único que pudo hacer fue aferrarse con todas sus fuerzas al volante para mantener el control hasta las últimas consecuencias.

Nunca supo si fue mucho tiempo o tan sólo unas décimas de segundo... Cuando recobró el sentido de la realidad el auto se había detenido ya y su propio instinto de conservación la llevó primero a confirmar que fisicamente todo estuviera bien con ella, y aunque fue un alivio darse cuenta que no tenía ni el más mínimo rasguño, casi se desmaya del susto cuando descubrió que el auto que iba adelante de ella fue lo que interrumpió su loca carrera, mientras que por el retrovisor vio que el auto de atrás al no poder esquivarla también había ido a impactarse con ella y como consecuencia del golpe tenía el vidrio frontal quebrado.

Sin eludir su responsabilidad, Paty se bajó del auto y grande fue su asombro al descubrir que a pesar del fuerte impacto tanto la defensa de su carro, como la parte trasera del auto con el que se fue a estampar, estaban intactos, tal y como si nunca hubiesen chocado. Lo más importante: el conductor también estaba bien, y al cerciorase de que no había ningún daño o descompostura que reparar, se despidió de Paty y se fue.

Luego, ella se dirigió al conductor del auto trasero para negociar el pago del cristal roto, y para ello sugirió esperar a llamar a un agente de vialidad para que el cálculo del pago fuera justo y dentro de lo legal, pero grande fue su sorpresa cuando el conductor afectado con el incidente repentinamente cambió de parecer y argumentando que tenía prisa por llegar a su trabajo, le dijo a Paty que no importaba ya, él mismo se encargaría de reponer el vidrio y no había por su parte ningún problema en que las cosas quedaran así.

Ese fue un "Milagro de Ocasión", lo que por lógica habría sido una tragedia, se redujo a un simple caos víal que terminó cuando la grua se llevó el auto de Paty al taller donde a diferencia de haber tenido que pagar los gastos médicos de los afectados con el choque, lo único que le cobraron fue la "Flecha" (la pieza que se quebró y fue la causante del accidente) y la instalación de la llanta otra vez.

Para Paty, quien es una mujer muy práctica y nada religiosa, todavía no deja de asombrarse cuando cae en la cuenta de que algo más allá de su entendimiento y la lógica la protegió.

"Los Milagros de Ocasión"
están en todas partes y cada uno de nosotros, de alguna manera los hemos vivido, puesto que se manifiestan en la solución a ese problema que tanto nos agobia y se resuelve de pronto, en esa cantidad de dinero que nos hacía falta y como por arte de magia se dan los medios y las circunstancias para obtenerlo (ya sea a través de alguien que nos solicita un trabajo adicional, horas extras, o un pago que alguien nos debía), pero sin importar las creencias de cada persona, algo que no es nada descabellado es prestar atención a la forma como pensamos en las cosas que necesitamos para nuestra vida y agradecer incluso antes de haberlas recibido.

Yo en lo personal lo he estado aplicando, y en las últimas semanas me he salvado de 3 choques aparatosos, un ángel aparecido de la nada me salvó de quedarme 3 horas esperando a que alguien de mi familia pudiera llegar a ayudarme cuando la llanta de mi carro se reventó al caer en una alcantarilla destapada, recibí muy a tiempo un dinero con el que pagué unas deudas que vencían a final de Octubre y encontré un CD que duró extraviado varios días y tenía un anuncio que nos mandaron a la agencia desde la Cd. de México y era para publicarse en la revista de este mes.

No es cosa de magia, no hay nada oculto, cada vez estoy más convencida que "Las Diosidencias" existen y "Los Milagros de Ocasión" se dan cuando confiamos de verdad en que todo puede suceder.

¿Cuáles han sido tus Milagros de Ocasión?

Comentarios

Anónimo dijo…
Es muy bonito que lo que alguien podría llamar golpes de suerte se consideren milagros cotidianos. Es cuestión de fe. Ojala nunca la pierdas.

Saludos!
Anónimo dijo…
Repondiendo a cuales han sido mis milagros de ocasion te comparto que el sabado comprobe que los tiempos de Dios son exactos, yo tenia enormes deseos de asistir al concierto de la Orquesta Transiberiana, pero claro como buena mexicana todo lo deje al final, asi que aun sabiendo que si no cruzaba antes de las 6pm no alcanzaria a ir por mi cuñada para luego ir a comprar los boletos, sali de mi casa a las 5:48pm, tu sabes que de mi casa al centro es practicamente imposible llegar en 12 minutos y la linea express punto la cierran, las filas del puente estaban como era de esperarse larguisimas al ser fin de semana de Accion de Gracias, asi que lo unico fue que le pedi a Dios que si era para mi el momento de vivir este concierto, me dejara cruzar sin problemas y sin ir exponiendo a los demas con mi prisa. Pues no me lo vas a creer pero llegue y cuando cruce el puente, el oficial literalmente detras de mi, CERRO LA LINEA! fui la ultima en cruzar el puente! y la primera en agradecer el precioso momento de un concierto sin igual...

Un poco frivolo pero ha sido mi milagro...

te lo comparto..

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