Una Semana Distinta...


Hace exactamente una semana, mi amiga Diana me invitó para que juntas fuéramos a visitarlo hasta su casa.

La propuesta tan repentina no sólo me sorprendió, sino que además me sacó de onda, porque apenas unos cuantos días atrás, en uno de esos "arrebatos de estupidez", yo había tomado la decisión de no volver a poner un pie en su casa, (por lo menos no, durante un buen tiempo)...

Por esa razón, cuando me llegó la invitación a través de ese "alguien", que tiene un lugar muy importante en mi vida, yo lo interpreté en cierta forma como una manera en que Él me estaba diciendo: "Vamos a darnos una tregua y ven de nuevo a mi casa para conversar".

Yo sabía muy bien, que cada vez que yo fui hasta su casa y me senté en una banca para contarle mis cosas, (a pesar de que siempre le decía lo mismo, pero con distintas palabras), Él siempre me escuchó con toda la paciencia del mundo.

Sin embargo, un buen día, cuando descubrí que mi Fe se había ido de vacaciones por tiempo indefinido, sentí que no tenía ya ningún caso que fuera a buscarlo a veces cuando salía del trabajo, o cuando pasaba cerca de su casa, y fue entonces cuando opté por alejarme yo también.

A pesar de que su llamado era muy fuerte, todavía algo en mi interior se resistía a escucharle. Todos los días lo consultaba con la almohada y una semana antes de la fecha, todavía me cuestionaba acerca de si "ir o no ir"... Hasta que los comentarios por parte de Claudia y Miriam formaron un argumento bastante convincente, al hacerme ver que cuando se trata de conciertos, salir con los amigos, ir al cine -o cualquier otra cosa que implique diversión- uno siempre "se da el tiempo", pero cuando se trata de "Dios", surgen mil pretextos y nunca tenemos la disponibilidad.

Así fue como llegué hasta su casa, para "vivir" el primer día del retiro, que comenzó como una gran fiesta en la que Él nos invitó a compartir todos juntos una semana completa de "buenas noticias". La primera de ellas y la más importante: la grandeza de su amor hacia cada uno de nosotros y que se manifiesta a través de muchísimas cosas que experimentamos a diario, como el tener una familia, los atardeceres bellos y hasta los días grises y nublados... o de esa capacidad para "sentir" el frío y el calor (de los que tantas veces nos quejamos)...

Cuando alguien menciona la palabra "retiro", lo primero que viene a la mente es un grupo de personas metidas en la iglesia rezando durante horas y horas... Sin embargo, esta experiencia fue algo totalmente diferente y yo en lo personal podría definirlo como un Encuentro Personal con Dios, en el que durante toda una semana, me percaté de pronto que yo empecé a salirme del trabajo corriendo, porque quería llegar pronto, para saber ¿qué era? lo que -cada día distinto- Él me iba a decir.

Sería muy difícil para mi, compartirles todo lo que vi y aprendí durante toda esa semana; pero a modo de resumen, puedo decir que me encantó ver a mi amiga Diana cantando en el coro.

En los momentos cuando se reunían los grupos de pastoreo para comentar el tema expuesto durante el día, yo la observaba a lo lejos y además de pensar en que su mirada ahora irradía un brillo muy especial que la hace verse muy bonita, me hizo experimentar muchísima alegría al saber que después de todo lo que sucedió varios meses atrás, ella no sólo le dio un nuevo sentido a su vida; si no que además ya se imaginarán "Quien", al darle una nueva oportunidad, permitió con eso, que todos los que somos sus amigos vamos a poder seguir acumulando momentos y anécdotas padres junto a ella.

Me gustó mucho también, el día en que una gordita muy simpática a la que todos conocen como "Tony" dio testimonio de como después de ser ella una chava "reventada", llegó a perder todo, e incluso a dormir en la calle y en una ocasión de esas, andando totalmente ebria, un hombre empezó a perseguirla -obvio que no con muy buenas intenciones- y ella sintió que "alguien la protegía" y como a partir de esa experiencia cambió por completo su vida.

Otro día de la semana, el tema giró en trono al pasaje Bíblico de Zaqueo, un hombre que en la época de Jesús era recaudador de impuestos y por ende una persona de buena posición económica.

En ese entonces, la fama del maestro comenzaba a expandirse gracias a los milagros que realizaba y el pasaje habla de que en una ocasión cuando Zaqueo se enteró de que Jesús estaría en Jericó -la ciudad donde él vivía-, era tanta la curiosidad que sentía por conocer y ver de cerca a ese hombre del que todo mundo hablaba, que se lanzó a la calle para poder verlo cuando pasara por ahí.

Sin embargo, dice la escritura que Zaqueo era un hombre muy chaparrito y como Jesús estaba siempre rodeado de muchísimas personas, por esa razón no pudo verlo y en su desesperación por conocerlo, Zaqueo fue y se subió a un árbol para poder verlo (aunque fuera de lejos), y grande fue su sorpresa cuando en medio de toda esa multitud Jesús volteó a verlo y le llamo directamente por su nombre; invitándolo a bajarse del árbol y a acercarse a él para decirle que esa noche necesitaba quedarse en su casa.

Lo padre de este pasaje bíblico fue la manera como lo expusieron para ser "aplicable" a nuestra vida diaria.

Cada uno de nosotros somos como Zaqueo, y nuestra fe a veces es demasiado baja de estatura como lo era el recaudador de impuestos. El árbol representa el egoísmo, la soberbia, el miedo, (y todos las demás cosas que se les ocurran), y en las que hemos vivido "trepados" quizá durante toda nuestra vida y es lo que tal vez también en todos estos años ha evitado que "escuchemos" la voz de Dios que nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre para decirnos que necesita quedarse en nuestra casa no nada más por una noche, sino quedarse con nosotros para siempre...

¡Ay gueee...ro!... Escuchar y caer en la cuenta de eso, me derritió el corazón... y así por el estilo pasaron otras cosas durante todo el retiro, y ¡Quiero contarles todo!!!!... Pero como este post me ha salido ya kilométrico (¿que raro de mi no?), por el momento hasta aquí le dejo, pero prometo regresar para contarles más, ¿va?

Continuará...

Comentarios

Anónimo dijo…
Que bonita la experiencia que narras, creo que yo tmb necesito re-encontrarme con esa parte que por algún motivo está sepultada en capaz de polvo...

Abrazos!
dehg dijo…
El llamado de Dios, unos acuden y otros no. Tiene rato que no voy a misa ni rezo, y hace falta, muchisima falta, tener fé en ocasiones. Saludos desde aquí.
Bery dijo…
Fui criada bajo la fe católica pero en el camino la dejé de lado. No me gusta la forma en la que la iglesia católica está siendo llevada y como que eso ha mermado mi fe, pero una cosa es la iglesia y otra muy diferente Dios.
No sé, yo creo que últimamente he guiado más mi vida por el lado de la espiritualidad que por el de la religión y ya no sé si es bueno o no, pero es que he visto tanta gente que no sale de la iglesia y afuera viven una vida que jijo.

Fue muy bonita la experiencia que narras, no toda la gente quiere o tiene la oportunidad de volver al redil con tanta fe y tener un encuentro así tan bonito como tú lo tuviste!!

Saludos!
Mr. Magoo... dijo…
Uy Martha, me transportaste a una infinidad de momentos en mi juventud, que curioso, tan cerca, tan lejos...
Actualmente, casi le tiro a agnostico, jejeje rojillo, pero no te creas, si creo, tengo mi fe, muy maltratada pero la tengo todavia, pero si me hace falta volver a descubrir esas raices... como dije antes, tan lejos, tan cerca....
Un abrazo...
Yo al igual que tu, viví esa experiencia. Es indescriptible, sales con el corazón lleno de alegría, aunque siento que cuando fui al retiro no tuve tanta "disponibilidad" o tal vez madurez para dejar que entrara totalmente en mí. Aun así esa experiencia me dejó un bonito recuerdo y una gran huella en mi corazón.

Saluditos!!
Bery dijo…
Martha:

Se me olvidó decirte que el otro día que fui a Julia detrás de una rebanada de pastel, vi un bonchecito de revistas Fijate Bien! y me acordé que tú trabajabas ahí, la abrí y sí, ahí vi tu nombre!!

Saludos!
Anónimo dijo…
Lety
Hola Martha: El leer tu experiencia me hizo sentir la necesidad muy fuerte de algo así para mi en estos momentos. Me gusta como externas tus pensamientos y sentimientos, tanto que me gustaría conocerte. Gracias y Saludos.

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