All Roads...


Un fin de semana cualquiera, haciendo otra cosa, se encontró en casa con sus sueños empolvados. Habían permanecido durante tanto tiempo envueltos y guardados en trocitos de papel, que ella misma se olvidó de que existían; pero bastó con que abriera el doblez de algunos de ellos para volver a recordar incluso el instante mismo en que los escribió.

Habían sido otros tiempos en los que ella era también una persona distinta... En esencia seguía siendo la misma, por eso le provocaron una sonrisa espontánea y una alegría genuina a su alma, en especial uno que en esa tarde volvió a ver como una promesa hecha para ella misma en el futuro.

El trozo de papel hablaba de un viaje pendiente en carretera. Aquel que una vez soñó realizar a bordo de un auto compacto sin más compañía que la de su alma y la de sus propios pensamientos. Una travesía sin un intinerario fijo sin llevar en la maleta fantasmas del pasado ni recuerdos de otros tiempos. Tan sólo con el alma y los sentidos muy abiertos a lo que el viento y el silencio pudiesen revelar a su corazón.

Le emocionaba tan sólo la idea de captar a través de su mirada instantáneas de paisajes y lugares nunca antes vistos. Atardeceres calurosos y amaneceres con lluvia mojando cada tramo del trayecto... Habría también música... Canciones que incitaran a su imaginación a volar mucho más rápido y lejos de lo que su cuerpo podría hacerlo adentro de un vehículo, para adelantar pasos y proyectarse en kilómetros más lejanos con historias y personajes fascinantes...

Si cerraba los ojos podía sentir el viento y la paz de esos días... Los kilómetros aún no andados de un día cualquiera en carretera, de camino hacia ninguna parte, escuchando esta canción...

Suspiró y se echó ese sueño doblado al bolsillo, lo necesitaba llevar consigo... Muy cerca, hasta que llegara el día de liberarlo del papel doblado para convertirlo en realidad.

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