Sueño ¿De Boda?...
Soñé mi propia boda. Fue una sensación extraña, pero al mismo tiempo muy padre el visualizarme en medio de un ambiente de fiesta y entre muchos invitados.
Dentro del sueño, me veía rodeada de gente que bailaba y se divertía generando así una atmósfera muy agradable. Yo los observaba divertida, cuando de pronto no sé porque, me sentía muy cansada, al grado de tomar la decisión de irme a sentar en un sillón alargado de esos modernos, que no tienen respaldo y son tipo taburete, en el cual había varios invitados: entre ellos un par de niños (como de unos 4 ó 5 años), que quizá cansados de jugar y correr por todo el salón, optaron también por darse un respiro y entretenerse mientras recuperaban fuerzas, viendo a los invitados bailar.
Algo muy curioso es que al yo tomar asiento, comenzaba a sacarle plática al niño que estaba sentado justo al lado mío, tal y como si lo conociera lo saludaba y le preguntaba: ¿Falta uno de ustedes verdad?, a lo cual el niño me respondía moviendo su cabeza en señal afirmativa. No los conocía tampoco, pero yo sabía que el otro niño que no estaba ahí presente, siempre andaba junto con ellos dos (supongo que eso se debía a que los 3 eran hermanos).
En eso estaba, cuando uno de los invitados me hablaba para decirme que otra persona invitada a la fiesta, quería bailar una pieza conmigo. Yo accedí y me acerqué de inmediato a la pista, para encontrarme con un muchacho moreno, gordito, y mientras bailaba con él, me invadió un sentimiento de tristeza y duda, porque entonces me cayó el veinte de que me había casado, estaba en mi propia boda, pero de pronto tuve mucho miedo de haber tomado una decisión equivocada o de no haber hecho lo correcto.
Ese es uno de los temores más grandes que tengo en este momento. Desde hace tiempo, me prometí a mi misma que no voy a casarme con nadie sin estar enamorada, por esa razón me sentí triste y al mismo tiempo preocupada también dentro del sueño, y así estando yo en esa sintonía, de repente mi baile con el invitado se veía interrumpido cuando se acercaba a nosotros el muchacho que ahora era mi esposo, para indicarnos que era ya tiempo de que bailara con él.
He escuchado decir mucho que la gente que sueña que se casa, por lo regular no logra ver el rostro de su pareja. En lo personal yo solamente en una ocasión (hasta donde recuerdo) había soñado que me casaba, pero en este segundo sueño la persona a la cual estaba uniendo mi vida, era alguien que no conozco y jamás he visto en mi vida.
Cuando él se acercaba a mi y me ofrecía su mano para que bailaramos juntos, pude ver a la perfección cómo era: un muchacho alto de cabello oscuro, de complexión regular (o sea algo “llenito”) tenía bigote y su sonrisa y su mirada me inspiraron muchísima confianza. Es extraño, pero cuando lo tomé de la mano y él me envolvió para comenzar el baile, como un espejismo se desvanecieron todos mis temores y dudas y experimenté una sensación de calidez y seguridad que no he sentido en mucho tiempo.
No sé como se llamaba, no es alguien que conozco, jamás lo he visto, ni tampoco recuerdo las cosas que me dijo mientras bailaba con él, pero me sentía tan bien, era como si lo conociera de siempre, como si dentro del sueño yo estuviera dentro de una película o hubiera llegado a tomar el lugar de un personaje al que previamente ya le sucedieron un montón de cosas. En mi interior yo sentía que lo amaba, que él para mi era muy importante y lo más curioso es que mientras bailábamos yo recordaba que tenía ya ¿un hijo?, y ambos buscábamos establecer contacto visual con él para saber dónde estaba, y así descubríamos –y tal y como sucede con la mayoría de los niños cuyo padre o madre es el novio o la novia dentro de una boda- se pasa la noche entera cambiando de brazos entre un invitado y otro.
Ya que hablo de invitados, hasta esa parte del sueño encontraba dentro de los invitados a varios amigos y conocidos míos. Sin mencionarlos a todos, puedo decir que fue muy padre reconocer los rostros de mi familia, así como de otras personas que para mi son importantes y en resumen puedo decir que en esa boda estaban sólo quienes tenían que estar.
Un detalle curioso fue por ejemplo que Diana Pinto (la hermana de Irene –mi jefa en la revista-) era una de las invitadas y traía una cámara profesional de fotografía, entonces ella me sugería que hiciéramos un “set de fotos” mías con el niño que dentro del sueño se suponía era mi hijo, y le causaba risa que yo le respondiera que tal vez no era una buena idea, tomando en cuenta que los niños con dificultad logras mantenerlos quietos, mientras que por mi parte, nunca he sido nada fotogénica y siempre salgo con “cara de papa” en las fotos.
Cuando terminamos de bailar, él muchacho que se supone era mi esposo, me pidió que lo acompañara porque quería mostrarme algo y entonces me llevó hasta una puerta, que al parecer estaba conectada con ese lugar donde se estaba llevando a cabo la fiesta (y que por cierto era un salón muy grande). Al cruzar por el umbral, me encontraba con un cuarto muy grande, con las paredes impregnadas sólo del color blanco del yeso, algunas divisiones para recámaras todavía inacabadas, los cuadros de la malla del techo todavía visible, los cristales de unas puertas corredizas -todavía marcadas para hacerlas visibles- con pintura blanca, la entrada principal y la puerta a lo que era una estancia o sala, cubierta solamente con una hoja delgada de triplay y los muebles de una cocina de amplísimas ventanas (y que eran lo único que ya estaba instalado por completo), me hicieron saber que esa sería mi casa.
Me dio mucha ternura y emoción ver el entusiasmo con el que ese muchacho me llevo hasta ahí para mostrarme todo eso. Yo creo que quería que fuera una sorpresa y yo le preguntaba simplemente ¿por eso habías estado llegando tan tarde verdad?, a lo que él me respondía que sí.
Mientras hablaba con él de eso, veía a mi amiga Tere, que salía de una de las recámaras, al parecer me estaba esperando, venía junto con Liza (otra de las chavas de mi “bolita” de amigas) y ambas venían discutiendo en tono de broma, porque al parecer Tere recién había llegado del aeropuerto y Liza la había llevado a comer unos tacos que no le gustaron. Tere llevaba un vestido negro y se veía muy bonita y radiante (yo creo que me dio tanto gusto verla así la última vez que la ví, que decidí quedarme con esa impresión de ella).
Eso es todo lo que recuerdo hasta ahora del sueño… Se me hace muy curioso porque la noche previa, no me fui a dormir pensando en nada de eso, lo único que estaba en mi mente antes de dormir era un sentimiento de alegría y satisfacción porque por fin logré reparar mi computadora y aunque terminé ya bien entrada la madrugada, logré dejarla con todos los programas instalados y funcionando.
Busqué en internet el significado de ese sueño y menos mal que las 2 ó 3 páginas donde consulté, coincidían en augurios buenos (ojalá que así sea), pero lo que más me sorprende es haber visto el rostro de ese muchacho que no conozco y haber experimentado de la nada un montón de sentimientos por él.
Un detalle curioso y que no creo que tenga nada que ver, pero si me deja pensando es que esa noche, antes de dormir, de una de las listas de correo a la cual estoy inscrita, me llegó un correo con una especie de “oración” para encontrar a tu Alma Gemela, la leí –como leo todos los mensajes que recibo-, pero no le di importancia –incluso creo que borré el mail-, pero se me hace raro haber soñado eso, justo en este momento, cuando no estoy enamorada de nadie, ni me llama la atención ningún hombre y que siento que ese aspecto de mi vida se ve por demás incierto.
He estado pensando mucho durante el día en todo lo que vi y sentí dentro del sueño, en la mezcla de sentimientos que por un lado me inspiró un muchacho totalmente desconocido y que al despertar me dejaron con una sensación de tranquilidad y esperanza de creer que en cierta forma se me permitió ver algo que probablemente ocurrirá en el futuro, la idea de que si vuelvo a ver a ese muchacho, fácilmente lo voy a reconocer; mientras que por otro lado, tal vez no sea más que un simple sueño que expresa muchas de las cosas que emocionalmente necesito desde hace tiempo… ¿Pero cómo saber?
Ojalá pronto cambien las circunstancias para bien en ese aspecto de mi vida y pues si ese muchacho de verdad existe, si su espíritu está “materializado” en un hombre de carne y hueso, espero que Dios, el destino, las leyes de la probabilidad o de la física me permitan coincidir con él en algún punto, pues de verdad me gustaría conocerlo y volverlo a ver otra vez.
Dentro del sueño, me veía rodeada de gente que bailaba y se divertía generando así una atmósfera muy agradable. Yo los observaba divertida, cuando de pronto no sé porque, me sentía muy cansada, al grado de tomar la decisión de irme a sentar en un sillón alargado de esos modernos, que no tienen respaldo y son tipo taburete, en el cual había varios invitados: entre ellos un par de niños (como de unos 4 ó 5 años), que quizá cansados de jugar y correr por todo el salón, optaron también por darse un respiro y entretenerse mientras recuperaban fuerzas, viendo a los invitados bailar.
Algo muy curioso es que al yo tomar asiento, comenzaba a sacarle plática al niño que estaba sentado justo al lado mío, tal y como si lo conociera lo saludaba y le preguntaba: ¿Falta uno de ustedes verdad?, a lo cual el niño me respondía moviendo su cabeza en señal afirmativa. No los conocía tampoco, pero yo sabía que el otro niño que no estaba ahí presente, siempre andaba junto con ellos dos (supongo que eso se debía a que los 3 eran hermanos).
En eso estaba, cuando uno de los invitados me hablaba para decirme que otra persona invitada a la fiesta, quería bailar una pieza conmigo. Yo accedí y me acerqué de inmediato a la pista, para encontrarme con un muchacho moreno, gordito, y mientras bailaba con él, me invadió un sentimiento de tristeza y duda, porque entonces me cayó el veinte de que me había casado, estaba en mi propia boda, pero de pronto tuve mucho miedo de haber tomado una decisión equivocada o de no haber hecho lo correcto.
Ese es uno de los temores más grandes que tengo en este momento. Desde hace tiempo, me prometí a mi misma que no voy a casarme con nadie sin estar enamorada, por esa razón me sentí triste y al mismo tiempo preocupada también dentro del sueño, y así estando yo en esa sintonía, de repente mi baile con el invitado se veía interrumpido cuando se acercaba a nosotros el muchacho que ahora era mi esposo, para indicarnos que era ya tiempo de que bailara con él.
He escuchado decir mucho que la gente que sueña que se casa, por lo regular no logra ver el rostro de su pareja. En lo personal yo solamente en una ocasión (hasta donde recuerdo) había soñado que me casaba, pero en este segundo sueño la persona a la cual estaba uniendo mi vida, era alguien que no conozco y jamás he visto en mi vida.
Cuando él se acercaba a mi y me ofrecía su mano para que bailaramos juntos, pude ver a la perfección cómo era: un muchacho alto de cabello oscuro, de complexión regular (o sea algo “llenito”) tenía bigote y su sonrisa y su mirada me inspiraron muchísima confianza. Es extraño, pero cuando lo tomé de la mano y él me envolvió para comenzar el baile, como un espejismo se desvanecieron todos mis temores y dudas y experimenté una sensación de calidez y seguridad que no he sentido en mucho tiempo.
No sé como se llamaba, no es alguien que conozco, jamás lo he visto, ni tampoco recuerdo las cosas que me dijo mientras bailaba con él, pero me sentía tan bien, era como si lo conociera de siempre, como si dentro del sueño yo estuviera dentro de una película o hubiera llegado a tomar el lugar de un personaje al que previamente ya le sucedieron un montón de cosas. En mi interior yo sentía que lo amaba, que él para mi era muy importante y lo más curioso es que mientras bailábamos yo recordaba que tenía ya ¿un hijo?, y ambos buscábamos establecer contacto visual con él para saber dónde estaba, y así descubríamos –y tal y como sucede con la mayoría de los niños cuyo padre o madre es el novio o la novia dentro de una boda- se pasa la noche entera cambiando de brazos entre un invitado y otro.
Ya que hablo de invitados, hasta esa parte del sueño encontraba dentro de los invitados a varios amigos y conocidos míos. Sin mencionarlos a todos, puedo decir que fue muy padre reconocer los rostros de mi familia, así como de otras personas que para mi son importantes y en resumen puedo decir que en esa boda estaban sólo quienes tenían que estar.
Un detalle curioso fue por ejemplo que Diana Pinto (la hermana de Irene –mi jefa en la revista-) era una de las invitadas y traía una cámara profesional de fotografía, entonces ella me sugería que hiciéramos un “set de fotos” mías con el niño que dentro del sueño se suponía era mi hijo, y le causaba risa que yo le respondiera que tal vez no era una buena idea, tomando en cuenta que los niños con dificultad logras mantenerlos quietos, mientras que por mi parte, nunca he sido nada fotogénica y siempre salgo con “cara de papa” en las fotos.
Cuando terminamos de bailar, él muchacho que se supone era mi esposo, me pidió que lo acompañara porque quería mostrarme algo y entonces me llevó hasta una puerta, que al parecer estaba conectada con ese lugar donde se estaba llevando a cabo la fiesta (y que por cierto era un salón muy grande). Al cruzar por el umbral, me encontraba con un cuarto muy grande, con las paredes impregnadas sólo del color blanco del yeso, algunas divisiones para recámaras todavía inacabadas, los cuadros de la malla del techo todavía visible, los cristales de unas puertas corredizas -todavía marcadas para hacerlas visibles- con pintura blanca, la entrada principal y la puerta a lo que era una estancia o sala, cubierta solamente con una hoja delgada de triplay y los muebles de una cocina de amplísimas ventanas (y que eran lo único que ya estaba instalado por completo), me hicieron saber que esa sería mi casa.
Me dio mucha ternura y emoción ver el entusiasmo con el que ese muchacho me llevo hasta ahí para mostrarme todo eso. Yo creo que quería que fuera una sorpresa y yo le preguntaba simplemente ¿por eso habías estado llegando tan tarde verdad?, a lo que él me respondía que sí.
Mientras hablaba con él de eso, veía a mi amiga Tere, que salía de una de las recámaras, al parecer me estaba esperando, venía junto con Liza (otra de las chavas de mi “bolita” de amigas) y ambas venían discutiendo en tono de broma, porque al parecer Tere recién había llegado del aeropuerto y Liza la había llevado a comer unos tacos que no le gustaron. Tere llevaba un vestido negro y se veía muy bonita y radiante (yo creo que me dio tanto gusto verla así la última vez que la ví, que decidí quedarme con esa impresión de ella).
Eso es todo lo que recuerdo hasta ahora del sueño… Se me hace muy curioso porque la noche previa, no me fui a dormir pensando en nada de eso, lo único que estaba en mi mente antes de dormir era un sentimiento de alegría y satisfacción porque por fin logré reparar mi computadora y aunque terminé ya bien entrada la madrugada, logré dejarla con todos los programas instalados y funcionando.
Busqué en internet el significado de ese sueño y menos mal que las 2 ó 3 páginas donde consulté, coincidían en augurios buenos (ojalá que así sea), pero lo que más me sorprende es haber visto el rostro de ese muchacho que no conozco y haber experimentado de la nada un montón de sentimientos por él.
Un detalle curioso y que no creo que tenga nada que ver, pero si me deja pensando es que esa noche, antes de dormir, de una de las listas de correo a la cual estoy inscrita, me llegó un correo con una especie de “oración” para encontrar a tu Alma Gemela, la leí –como leo todos los mensajes que recibo-, pero no le di importancia –incluso creo que borré el mail-, pero se me hace raro haber soñado eso, justo en este momento, cuando no estoy enamorada de nadie, ni me llama la atención ningún hombre y que siento que ese aspecto de mi vida se ve por demás incierto.
He estado pensando mucho durante el día en todo lo que vi y sentí dentro del sueño, en la mezcla de sentimientos que por un lado me inspiró un muchacho totalmente desconocido y que al despertar me dejaron con una sensación de tranquilidad y esperanza de creer que en cierta forma se me permitió ver algo que probablemente ocurrirá en el futuro, la idea de que si vuelvo a ver a ese muchacho, fácilmente lo voy a reconocer; mientras que por otro lado, tal vez no sea más que un simple sueño que expresa muchas de las cosas que emocionalmente necesito desde hace tiempo… ¿Pero cómo saber?
Ojalá pronto cambien las circunstancias para bien en ese aspecto de mi vida y pues si ese muchacho de verdad existe, si su espíritu está “materializado” en un hombre de carne y hueso, espero que Dios, el destino, las leyes de la probabilidad o de la física me permitan coincidir con él en algún punto, pues de verdad me gustaría conocerlo y volverlo a ver otra vez.
Comments
Sabes? En los sueños no siempre representan situaciones reales o ideas concretas, solo es eso (para mi), una representación de sentimientos e ideas que se manifiestan a través de los sueños, lo que si es un hecho es que encontrarás a ese gran ser con quien compartir tu vida.
Saluditos!!
¡Saludos!
Saludos!
Pienso que independientemente del significado que pueda o no tener, el suenio representa tus senitmientos, tus anhelos, y eso es bonito. Si es el muchacho de bigotes o no, espero que lo encuentres pronto, tu suenio de una familia se hara realidad, un dia de estos, todo a su tiempo.
Saludos, ahh y aqui esta mi direccion de email: el_magoo@hotmail.com