La Historia de Alex.

Alex era el nombre de un loro africano de color gris, pero no era un loro cualquiera...

Nació en 1976 y cuando sólo tenía 1 año y un mes de edad, la Dra. Irene Pepperberg (una científica que logró destacar gracias a sus estudios de Cognición Animal, enfocada en específico a los loros), lo compró en una tienda de mascotas en la ciudad de Chicago, para convertirlo en parte de uno de los experimentos científicos más interesantes que han podido darse en la historia de la ciencia.

A pesar de que Alex fue elegido al azar, la Dra. Pepperberg se lo llevó a todos los centros en donde trabajó, primero en la Universidad de Arizona y finalmente en Harvard y Brandeis. El loro recibió ese nombre, cuyas iniciales significaban "Animal Learning Experiment".

El método para adiestrar a Alex fue creado por el etólogo alemán Dietmar Todt, de la Universidad Libre de Berlín, quien creó un método llamado: M/R (Modelo / Rival) y que consistía en que dos personas se colocaban frente al loro, una de ellas hacía el papel de entrenador, y la segunda de "Loro Rival". El entrenador formulaba una pregunta y la otra persona contestaba vocalizando correctamente una palabra, para recibir a cambio una recompensa muy atractiva para el ave, que en ese momento también se encontraba contemplando la escena.

Dra. Irene Pepperbeg y Alex.

De cuando en cuando y de forma intencional, el rival buscaba equivocarse y no recibía la recompensa, pero cuando corregía su intervención y acertaba, entonces esta si le era otorgada, y el loro, quien desde su lugar observaba todo con el irreprimible deseo de intervenir -para ser él quien recibiera la recompensa- a fuerza de tanto observar, terminaba por aprender que debía hacer exactamente lo mismo que el humano.

Cuando tocó el turno de entrenar a Alex, la Dra. Pepperberg hizo algunas modificaciones al "Método Modelo-Rival", la más importante fue que ella estableció que no siempre fueran las mismas personas quienes participaran en el papel de entrenador y rival.

El propósito primordial al hacer esto, era que el loro respondiera en forma adecuada ante cualquier persona que se dirigiera a él, ya que sólo así aprendería que las vocalizaciones son específicas de un individuo en concreto y terminaría de comprender también, que el lenguaje verbal es un medio de comunicación de doble vía.

Respecto a la recompensa, la Dra. Pepperberg buscó que no fuera algo diferente al objeto sobre el cual se le cuestionaba algo a Alex.

A esto se le conoce como "refuerzo intrínseco", ya que si por ejemplo: se ponía un grano de maíz sobre un plato, para luego preguntarle a Alex: ¿Qué es esto?, si la respuesta era correcta, en lugar de darle como premio su alimento preferido (que le gustaban mucho lo cacahuates), optaba por premiar su esfuerzo, mejor con ese mismo grano de maíz.

Cuando el objeto sobre el cual se le cuestionaba no era un alimento, sino un simple trozo de papel de color azul, entonces el premio era entregarle ese papel acompañado de un efusivo elogio: ¿De qué color es este papel Alex?, Azul, ¡Muy bien Alex!!!, es de color azul, ¡tómalo!.

Además de esto, se buscaba hablarle a Alex del objeto en cuestión con frases completas, subrayando con la entonación la palabra, pero permitiendo que no se presentara como sonido único y repetitivo, sino más bien como una vocalización integrada con otras, con las que él aprendió a combinar expresiones.

Bajo este entrenamiento Alex progresó de modo considerable y aprendió a pronunciar en inglés 150 palabras diferentes, reconocía los nombres de los colores, distinguía conceptos como "grande" y "pequeño", entendía numeraciones hasta el 6, estaba consciente del valor del "0", estaba aprendiendo a leer; y lo más importante: no repetía las cosas en forma mecánica (como lo harían la mayoría de las aves de su misma especie), ya que aunque no actuaba de manera totalmente lógica, a veces lo parecía.

Posteriormente se comenzaron a hacer estudios con otras dos aves a las que nombraron Wart y Griffin, a quienes Alex corregía o alentaba durante sus lecciones.

Se dice también que los juguetes favoritos de Alex eran las cajas de cartas, las llaves y los corchos.

Según la Dra. Pepperberg, este singular loro poseía una inteligencia equivalente a la de un niño de 5 años, y eso que no había completado aún su desarrollo; puesto que los ejemplares de su especie llegan a vivir hasta medio siglo.

Uno de los detalles que más llamaban la atención de Alex, era que expresaba deseos y frustraciones cuando las pruebas científicas eran demasiado difíciles o agotadoras, además de la estrecha relación de cercanía que estableció con la doctora, a la cual saludaba y se despedía cada día con expresiones cariñosas y llenas de efusividad; ya que por ejemplo, cuando la Dra. Pepperberg salía cada tarde de su trabajo, una fuerte voz la despedía con frases como: "¡Chau!, ¡Que estés bien!, Me voy a cenar... ¡Nos vemos mañana!"

Por supuesto, había cosas que a Alex le interesaban mucho más que una llave: una nuez, por ejemplo. Otra de las reglas del juego era que, si él lograba identificar correctamente una llave y esta se le daba, luego podía cambiarla por una nuez, pero sólo si era capaz de pedirla verbalmente y en forma correcta.

Es decir: si alguien le mostraba una llave, él decía: "Llave"; se le otorgaba la llave, y entonces él decía: "Quiero una nuez". Entonces se procedía a quitarle la llave, para reemplazarla por una nuez. De este modo, el animal realizaba una doble tarea cognoscitiva: reconocer objetos nuevos o distintos, y se veía también obligado a desplegar todo un vocabulario de cosas deseadas o necesarias para él.

El loro gris es la tercera especie más vendida como mascota de entre todas las aves y la primera en ventas en los Estados Unidos. Esto, por supuesto, se debe a su brillante inteligencia y a su increíble capacidad mímica.

Irónicamente, no sabemos casi nada del comportamiento de estos loros en su estado natural. Por lo que un motivo importante que justifique el estudio de esta especie es, primero, comprender: ¿cómo usan en libertad la capacidad cognitiva que demuestran poseer en el laboratorio?, ya que los nuevos conocimientos obtenidos a través de la neurofisiología comparada de los cerebros avícolas y mamíferos, podría aportar resultados muy útiles para su posible aplicación en la terapia lingüística sobre niños discapacitados.

Alex falleció el jueves 6 de Septiembre del 2007, a la edad de 31 años; la Dra. Pepperberg estuvo trabajando con él la tarde anterior con un ejercicio de palabras compuestas y de difícil pronunciación.

Cuando ella lo metió en su jaula, Alex la miró y le dijo: "Se buena, te veo mañana. Te quiero". Al siguiente día lo encontraron muerto en su jaula.

Aparentemente murió de causas naturales, y la Dra. Pepperberg, a la par de continuar sus investigaciones con los loros grises, suma sus esfuerzos por la conservación y el estudio de campo de esta especie en libertad.

Junto a sus colaboradores creó una fundación: Alex Foundation, y en 1999, publicó un grueso volumen en el que compilaba sus más de 20 años de trabajo con Alex y otros loros: "The Alex Studies. Cognitive and Communicative Abilities of Grey Parrots"; un libro técnico, arduo y muy completo, que al igual que el libro "Alex & Me" se ha convertido en una referencia inexcusable para muchos estudiosos en el área de la cognición animal.

A lo largo de la historia de la ciencia, muchos son los experimentos que se han hecho con animales que después se volvieron famosos. Tenemos a Laika, al gorila Koko o el chimpancé Washoe, quienes al igual que Alex forman ya parte de la lista de mascotas singulares, cuya vida ha representado una importante contribución al desarrollo de la ciencia.

En el caso particular de Alex y de su especie, siendo tan distinta a la de los humanos, su inteligencia se asemejó por mucho a la de un niño de 2 ó 3 años, argumento con el cual la Dra. Pepperberg logró demostrar que no se debe subestimar la mente de un animal, por el simple hecho de que su cerebro no se parezca para nada al nuestro... Lo que representa, sin duda alguna, "una bofetada con guante blanco", para nuestro ya tradicional "antropocentrismo".

P.D. Saludos a "Luly" en Uruguay, que interpreta como nadie "Llévame" de Soraya.

Más de La Historia de Alex en:

www.alexfoundation.org