La Breve Historia de "Tobías".


Nació una noche calurosa de Verano, para ser exactos el décimo séptimo día del sexto mes.
...No sé si fue el primero, o de los cachorros de enmedio que antecedieron a sus últimos hermanos... Nosotros pensábamos que a "La Negra" (su madre), todavía le faltaban varios días para que nacieran sus crías, y ese día de entre semana el aviso de una tía -que vive enseguida de mi casa- me hizo salir para descubrir que "La Mamá Primeriza" terminaba de limpiar sobre la banqueta a un cachorro color miel que acababa de dar a luz.
Por lo que yo recordaba de la única experiencia que había adquirido con otra perrita que tuvimos muchos años antes, yo supuse que si ese era el primer cachorro, en menos de media hora no tardaría en "arribar al mundo" uno, y luego otro, y así sucesivamente todos los demás... Así que el sentido común me indicó que lo primero que había que hacer era proteger a "La Negra" y meterla al patio, para luego acomodar el taburete con la almohada para ir poniendo ahí a los cachorros.

Nunca me acordé que días previos al alumbramiento, "La Negra" había cavado un agujero enorme en el exterior de la casa, supongo fue lo que su instinto le indicó era lo único que necesitaba para resguardar a sus crías de otros perros más grandes y del calor del sol.
Por fortuna, esa vez mi madre fue más prudente y tomó en cuenta eso, puesto que cuando ya había oscurecido por completo, me habló para que volviera a salir, ya que a pesar de que el agujero en la tierra era muy profundo y no se alcanzaba a ver nada, ella escuchó el ruido característico de cachorros que tenían pocas horas de nacidos.
Esa era la razón por la cual "La Negra" estaba intraquila y buscaba la manera de salirse del patio. En el momento cuando yo la encontré era obvio no había sido el inicio del alumbramiento, llevaba ya un buen rato en eso y por ende, tenía ya varios cachorros que conforme fueron naciendo, ella colocó en ese agujero.
Dentro de esa "camada" se encontraba ya Tobías, quien desde el principio se destacó de sus hermanos por ser una "bolita peluda y gorda" con patitas rojas y de pancita rosada; que siempre se las "ingeniaba" para colocarse en un muy buen lugar a la hora de que su madre los amamantaba.
Era muy curioso, porque a pesar de que todos sus hermanos eran muy diferentes, el color de su pelaje era tan peculiar que era el único cachorro que no se parecía en lo absoluto ni a su padre ni a su madre. Su carita roja todavía y las manchas: negra en un lado si, y blanco en el otro extremo cubriéndole el ojo y pintando sus pequeñitas pestañas, además del triángulito de color blanco en la punta de su cola, te daban la impresión de que a "La Negra" se le había acabado la pintura antes de tiempo y el diseño que la madre naturaleza designó para Tobías, quedó desde entonces -con toda la intención- sin completar.


Pasaron un par de semanas y la mayoría de sus hermanos se murieron. A 3 les encontramos una casa y una familia que los adoptara y en ese lapso Tobías ya tenía nombre (a pesar de que no sabíamos si se quedaría con nosotros).
Cerca de las 3 semanas de vida, y aún cuando todavía no abría los ojos ni se despegaban sus oídos, era muy gracioso escuchar en las noches como "según él", ya ladraba como si fuera todo un perro adulto... Con el paso de los días el hecho de haber estado siempre en primera fila a la hora de la repartición de leche, lo fortaleció todavía más, y a la par de irse alargando, su pancita rosa se empezó a adornar con un montón de manchas de color oscuro (muy parecidas a las que tiene su madre en todo el cuerpo).
Unos cuantos días antes de cumplir el primer mes, sus ojos se abrieron por fin al mundo, develando con ese hecho la mirada más tierna y transparente que yo haya conocido en algún ser vivo... En un principio, ese brillito en sus ojos, de cachorro travieso y curioso se matizó de una tonalidad gris que conforme se fue haciendo más grande, se transformó hasta quedar en un color marrón que evocaba al "chocolate".
Así, la ternura que te inspiraba cada vez que esa "brochita" de pestañitas blancas y negras permanecía durante mucho tiempo sin subir o bajar para indicar que Tobías te miraba concentrado como si tú fueras lo único que existiera en el universo, te hacía sentir -al verte reflejado en su ojos- que justo en ese instante, él se había hecho solo y para siempre "un campito" adentro de tu corazón.
Por esa época daba tres o cuatro pasos y se cansaba. Pero aún así se aventuraba a salirse de la caja donde a diario su madre lo alimentaba y había veces en que (al igual que lo hacía cuando aún no abría los ojos), amanecía dormido a medio patio y en el extremo opuesto a donde habían pasado la noche sus hermanos.
Le gustaba dormir la siesta escondido atrás de botes o de cualquier otro objeto que en más de una ocasión me llevó a buscarlo como loca por todo el patio; y no obstante que debido a su tamaño, el exterior de la casa para el implicaba "todo un mundo", poco a poco fue conociendo la dimensión de los espacios, aprendió a ser cauto con los escalones (que en ese entonces eran muros infranqueables para él); a medir distancias y fuerzas a la hora de jugar con "Poncho"; así como hacer de los rincones frescos, húmedos y con sombra el lugar perfecto para dormir la siesta.
Yo no sé si tuvo que ver la forma como lo tratamos, pero a pesar de ser un cachorro travieso, "destroyer" (porque todo mordía) y que podía pasar las horas entretenido correteando algún objeto de forma redonda o cilíndrica, era al mismo tiempo, un ser muy sensible y cariñoso.
Como a todos los perros, le encantaba que le rascaras la panza, o si salías al patio, para hacer cualquier actividad -por más insignificante que esta fuera- sí para él representaba un aprendizaje nuevo, siempre te miraba centrando en ti toda su atención.


Por esa época, su instinto travieso y aventurero lo llevó a descubrir en la banca del patio que mi madre tiene llena de plantas, una maceta con una rama horrorosa a la que Tobías "le echó el ojo"; pues desde el principio, le resultó un juego muy divertido sacarla con sus colmillos de la maceta, mientras que al mismo tiempo dejaba regada la tierra por todo el patio.
Conforme crecía y se volvía cada vez más fuerte, sus travesuras también evolucionaban; así, el saldo reflejo de sus primeros meses de vida fue: el asiento de una silla de madera roto, una sábila "liciada" para siempre (porque él le arrancó las hojas de un lado con los dientes), un costal de pega-azulejo esparcido por todo el patio (y que pintó el suelo de blanco durante varios días), ropa arrancada del tendedero y arrastrada por todo el piso, así como la almohada donde se dormía "destripada".
Todo esto culminó en "prácticas y muy efectivas" lecciones de disciplina aplicada con la escoba y que Tobías recibió por parte de mi madre...
Si bien es cierto, que con eso no se volvió un cachorro obediente, por lo menos si se hizo "modosito" -o al menos eso parecía cuando él se daba cuenta que ella estaba presente- y que ya siendo más grande, sirvió para que aprendiera a avisar de alguna forma cuando tenía que salir afuera para hacer sus necesidades o que había cosas en el patio que por muy tentadoras que fueran las ganas de "morder", era mejor ni siquiera tocar.
Tobías era un perro feliz... Por las mañanas se despertaba muy temprano y se salía a jugar. Lloraba sólo cuando tenía hambre o cuando quería que alguien le abriera la puerta para entrar de nuevo al patio por un juguete que servía para morder y que él sabía ya exactamente donde se lo guardaba siempre.
Podía pasar horas jugando con eso o con un hueso de plástico que originalmente también fue de Poncho; pero Tobías era tan inteligente y manipulador que cuando se recostaba en la entrada de su casita con las patas delanteras cruzadas o cuando se sentaba delante de ti, inclinaba un poco su cabeza para un lado y te veía mostrándote un poco los dientes, tal y como si estuviera sonriendo... No podías negarle nada en lo absoluto...
Es muy extraño, como una mascota puede darte tanto amor incondicional, mucho más allá de lo que tendría capacidad de darte un ser humano... En ocasiones, durante las madrugadas de fin de semana, él siempre esperaba a que antes de dormir pasara unos minutos con él, diciéndole cosas tiernas y pasándole la mano por el pelo de su cabeza o lomo (que era muy sedoso), y cuando regresaba a casa por las tardes, bastaba que reconociera mi auto (no sé si por el color o el sonido del motor), para que empezara a llorar y a brincar emocionado como si hubieran pasado siglos enteros sin habernos visto.
El día en que regresé de México, él fue quien me recibió como nadie lo hubiera hecho nunca, y yo creo que Tobías en la condición propia de su especie, era capaz de comprender a la perfección el cariño y la ternura que él mismo también inspiraba en mi.
Noble, curioso, chiple y travieso... Era ya casi un perro adulto que no se preocupaba por nada y durante los días de lluvia tranquilamente se metía solo a su casita para aprovechar el tiempo y dormir una siesta, hasta el momento en que las nubes grises se iban, y con el cielo abierto y despejado, el sol volvía a brillar y entonces él salía a jugar de nuevo...
Comportamiento que me llamaba mucho la atención que Tobías adoptara; ya que transportado a una analogía aplicable a la vida de nosotros "los humanos" podría traducirse a lo que a nivel introspectivo cada uno debería hacer cuando la sombra de la tristeza amenaza o las cosas irrelevantes de la vida no nos permiten ver que como él -que en apariencia era simplemente un perro-, tenemos exactamente lo que necesitamos para estar bien.
Creció muchísimo en muy poco tiempo y a veces viéndolo jugar con Poncho y La Negra, me daba cuenta que era YO quien tenía bastante que aprender de ellos... De Tobías, a vivir de modo más ligero, disfrutando al máximo cada cosa o elemento que tuviera en el presente; de "La Negra" la humildad y la ternura para no escatimar en las muestras de cariño hacia las personas que para mi son importantes; mientras que de Poncho; esforzarme por cultivar un poco de esa simpatía que propicia que él sea muy sociable y a todas las personas que a veces se acercan para conocerlo, él simplemente les simpatice.
Respecto a Toby, sólo puedo decir que él estaba incluido en mis planes, cuando me imaginaba el día de un futuro no lejano en el que finalmente yo tendría la posibilidad de ya habitar mi casa propia; al primero que me imaginaba en el asiento de al lado del auto, mientras el espacio restante iba lleno de cosas para transportar de "la mudanza" era a él.
Desde el primer momento en que lo pude cargar aún siendo tan pequeño, yo estaba convencida de que la vida me daría oportunidad de cuidarlo porque -según yo- ibamos a convivir muchos años juntos; pero uno hace sus planes y Dios se ríe de ellos... Hace apenas un par de semanas atrás, Toby se enfermó y con la misma rapidez que pasa un fin de semana, se debilitó tanto que todo lo que él era se evaporó en un par de días, en los que simplemente dejó de comer hasta que murió.
Supongo que una de esas tantas cosas que mordía para jugar se le fue al estómago. El veterinario dijo que tenía el intestino muy inflamado y le dio medicamento inyectado para ayudar a que su organismo eliminara lo que en apariencia era una simple infección... Yo me di cuenta que era algo mucho más grave cuando lo vi acostado a poca distancia de la maceta con la planta horrorosa y ni siquiera tuve que cambiarla de lugar, porque a pesar de que Tobías sabía que ahí estaba, ni siquiera hizo el intento por alcanzarla para jugar con ella como tanto le divertía hacerlo.
De nada sirvió el medicamento, así como de nada sirve ahora el sentimiento de culpa por no haber estado "más al pendiente" de las cosas que mordía, de las vacunas que faltaban de aplicarle, porque ninguno de nosotros pudo aminorar el dolor físico que probablemente él sentía y que terminó un martes reciente, cuando lo encontré recostado sobre la banqueta con la mirada fija en los escalones que dan acceso a la entrada de la casa, y no me gusta imaginar que esperando tal vez a que yo llegara...
Para algunas personas podría parecer "exagerado" lo que uno puede ser capaz de querer a una mascota; pero Tobías era mucho más que eso, fue el mejor regalito que Dios nos envió temporalmente y a través de "La Negra"; en quien lo veo reflejado ahora que ya no está y cada vez que ella me sostiene la mirada.
La Historia de Tobías fue breve, pues tan sólo le bastaron casi 6 meses para ser capaz de inspirar toda la ternura que únicamente alguien como él podía producir...
Yo no sé que tan cierto sea y si para las especies distintas a los humanos aplique la misma ley natural... No sé tampoco si cuenten "las despedidas" que tienen lugar y suceden a través de los sueños (aún estoy en espera todas las noches de obtener el acceso a una en el mundo irreal)...
Mientras eso sucede, sigo pensando que la vida no termina, simplemente se transforma; pero si es verdad eso de que LA MUERTE es un RENACER hacia otra vida, a mi me gustaría jugar a imaginar que debe ser como despertar un día y abrir los ojos a otra dimensión.
Probablemente ahi me encontraré de nuevo en mi casa, en medio de una gran fiesta, en la que todas esas personas que conocí, amé y no he vuelto a ver en vida me estarán esperando para recibirme con un abrazo para celebrar mi llegada; entonces ahí va a ser donde va a estar él...
A pesar de que lo extraño muchísimo, sin importar el tiempo que haya que esperar hasta que ese momento llegue; ahora sé a quien va a ser el primero que voy a buscar y voy a morir de ganas de volver a ver otra vez.
... Hasta entonces Tobías, gracias por todo lo que me enseñaste en el poco tiempo que estuviste aquí.

Comments

Victoria said…
Martha que historia tan hermosa le has escrito a este ser de Luz que tanto te dio en el tiempo que tuvo para estar contigo.

No sabia de tu perrito y me da tristeza porque no te habia dado una palabra de aliento. No te olvides de el amiga, pero abre tu corazoncito a que llegue un perrito nuevo a tu vida para tu casa nueva sale?.

Te dejo un abrazo fuerte fuerte!!!!

Victoria

(te he dicho alguna vez que escribes precioso????) PUES ESCRIBES PRECIOSO!
Graciela said…
Hola Marthis, aqui pasando de carrera a saludar, no puedo ver las fotos :S no se porqué, pero igual me imagino a un perro muy bonito y travieso =)
es una lástima cuando mueren porque desde el principio se convierten en parte de nuestra familia, yo no creo que exageres, a mi me ha pasado igual, duré varios dias depre, asi que decidimos ya no tener perros en la casa, hasta que hace unos meses mi hermano llegó con una perrita que le regalaron, asi que ya te imaginarás que como mi hermano casi nunca está en la casa, pues ya la adopté, y la baño, la peino, la visto, etc, además que es muy chiple y hace eso que hacia tu perrito, de sacarle el relleno a su almohada, pero como no la rompe, nomás tengo que estar cada rato volviendolo a meter.
además que los perros son muy nobles y cariñosos =)
Martiuks said…
VICKY:

Gracias por el comment y la verdad si Toby era un ser con mucha luz.

Gracias por las palabras y por la opinión sobre el escrito y sip, si me llega otro perro, aunque no sea igual que Tobías yo lo voy a adoptar de corazón

GRACIELA:
Tu que también tienes mascota entiendes del cariño que uno les puede llegar a tener, porque como bien dijiste, ellos pasan a ser parte de la familia.

Las fotos de Tobías las puedes ver en el blog de Wordpress:

http://elespaciodemartha.blogspot.com

Gracias por pasar y por el comentario. Buen Jueves.
Ay tesorito!!! me mataste con el post, yo de alguna manera estuve ahí cuando nacieron, y también estuve ahí cuando te morías de las ganas por quedarte con Tobías, y yo me inventaba cosas para convencer a tu mamá para que aceptara.

Yo te lo dije vos no tuviste la culpa, los cachorros son eso simplemente como niños y por ende muchas veces no conocen el peligro, y si algo tragó no fue culpa de nadie.
Entiendo muy bien tu dolor, vos sabes como yo amo a los animales, y más a los perros, y si le pasa algo a mi luna negra hermosa me voy a morir de la tristeza.

La verdad que hermoso tu post, ahora Tobías vive en tu blog, en tu corazón, y en alguna parte del pedacito de cielo que le tocó, porque ahora es la mascota de Santino, uy ahora si que vas a estar más que protegida.

Te mando miles de abrazos de oso, no te olvides que te quiero muchisisisisisisisimo.
Mr. Magoo... said…
Recuerdo cuando nos contabas de los perritos nuevos y como le dabas atencion, sobre todo a Tobias. Mira, tal vez yo no lo pueda relacionar muy bien porque mi historia con las mascotas es casi nula y ademas nunca me dejaron tener, en fin. Pero de que te encarinas, te encarinas. El no se fue, simplemente siempre ha sido parte de la legion de los perros que se van al cielo, y alrato regresa en otra mascota, pero siempre se va a quedar contigo, con todos esos recuerdos.

Un abrazo fuerte, y veras que Tobias esta ahi, mas que en el patio esperandote y moviendo su cola, en tu corazon.
Anonymous said…
Entiendo perfectamente como te sientes, pues yo tambien he perdido "amigos" como Tobias, pero mejor piensa en todos los momentos felices que pasaron juntos y que el fue feliz a tu lado. Y estoy seguro que cuando otro perrito llegue a tu vida, lo vas a adoptar igual que a Tobias y lo vas a querer muchisimo.

Saludos
Mariana said…
Ay Martuchis... para nada es exageracion y creeme que este tema me hace llorar sin ningun esfuerzo... mis chuchas son lo que mas amo en esta vida por que siempre estan en los momentos felices y en los tristes... de hecho cuando lloro la mas grande (Becky) empieza a llorar tambien y a ladrarme hasta que me hace reir con las caras que pone... la mas chikita (Frida) duerme conmigo y cuando se despierta en la mañana lo primero k hace es darme besitos... esas son las cosas que te hacen enamorarte de ellos... es el amor mas puro e incondicional que puede haber en este mundo..

Muy lindo tu post Martuchis

Te mando un beso!!
Anonymous said…
Hola Martha...
Yo adoro a los perros.
Me encantaron las entradas que hiciste hace tiempo de Poncho y del parto de la Negra. Recuerdo que en los dos estuve largo rato mirando las fotos que adjuntabas.
Dos de Poncho que recuerdo en particular fueron en la que salía dándose un baño y otra paseando por el parque.
Y sobre las fotos que adjuntaste de los cachorros de la Negra... uffff... yo me los hubiera comido a besos a todos. Tobías era muy bonito, gracioso, juguetón... y aunque nunca nos hemos tenido delante, en las fotos ya se ve la cara de pillo-tierno que tenía... Sólo con ver las fotos ya te entraban ganas de rascarle la barriguita y darle achuchones :)
Siento muchísimo lo que le ha pasado.
Un besote y un abrazo enormes.
Eat-lyrics said…
martha; Me has hecho llorar!! Me encanto tu perrito; yo tenía uno que se llamaba Brandy y era hermoso, mi bb....bonito post!! sorry, pero todavía estoy moqueando!!


buen finde!
Anonymous said…
Dios te hizo el regalo de dejártelo por seis meses, de poder aprender de su ternura y cariño. Es tristísima la muerte, y ya sea de personas o símplemente de seres queridos, porque las mascotas lo son, y muchas veces nos dan más que los otros seres humanos...

Simplemente que ponga su nariz en tu cara, te mire con sus ojillos, o su 'tono de voz' al verte...

Lo siento, amiga. Me quedo con la idea de la gran fiesta. 1 abrazo.
Martiuks said…
VANE:

Efectivamente tu estabas ahí la tarde en que nacieron, y a los pocos días te mostré a Toby con su colita de triángulo en la camarita y lo escuchaste en los días de lluvia cuando lo metía y se ponía a morderme los zapatos...

También estuviste ahí y de volada te diste cuenta porque estaba triste el día que se murió.

Gracias por estar conmigo siempre y en todo momento.

KANELO:
Gracias por tu comentario ¿Te digo algo?, yo pensé que se te iba a hacer algo cursi mi post, por eso te agradezco más tu comentario y si, yo también pienso que si llego a tener otro cachorro, aunque no sea igual que Tobías, lo voy a querer muchísimo también.

Gracias, gracias por pasar.

MAGOO:
Sí, parece que fue ayer cuando publiqué las fotos de cuando nacieron los cachorros. Aunque me quedan todavía "La Negra", gracias por tus palabras, sobre todo la última parte, me apachurró el corazón.

Saludos.

MARIANA:
Tus perritas también son un encanto y me mata de la ternura las fotos que pones de ella en tu blog.
Y si es verdad, te enamoras hasta de las caras que te hacen. Toby también nada más esperaba que me agachara a hacer algo y me daba besos y a mi me mataba de la risa (porque me hacía cosquillas), pero me moría de amor por él también.

Gracias por el comment.

DUNIA:
Efectivamente, he tratado de poner fotos de mis cachorros en el blog porque son una parte importante de mi vida (yo creo que son lo que más quiero, porque son parte de mi familia), afortunadamente Poncho y La Negra están muy bien.
Respecto a Toby, era un manipulador, no sólo las caras que te hacía, te subía las patitas y no te podías resistir a abrazarlo.

SYNN:
Así lo veo yo, como un regalo que fue sólo por 6 meses. No sé si lo cuidé como debía o si aproveché el tiempo; lo que si sé es que Toby se quedó en mi corazón para siempre.

Gracias como siempre por pasar.

Gracias por tus palabras.

¡GRACIAS A TODOS POR SUS PALABRAS EN ESTE POST EN ESPECIAL!!!
Martiuks said…
ERIKA:

¡Éjele!, parece que yo andaba en tu blog cuando tú estabas en el mío.

Yo también lloré cuando hice el post. Ya había planeado escribirlo antes de que Toby se enfermara (de hecho la fotos con el juguete eran las que iba a usar para el post y estaba esperando para tomarle una adentro de la casita), pero ya ves, uno propone y Dios dispone...

Si era hermoso mi cachorro.

Saludos y buen finde para ti también.
Dulce said…
Marthita, yo pensaba que Tobías se recuperaría, hacía pocos días que recién me hablabas de tus mascotas, cuando me informabas de tu preocupación x Tobías...rayos, no pensé que la cosa fuera tan seria xq los animalitos saben defenderse de lo que les hace daño, son juguetones y a veces la riegan, pero...entiendo el sentimiento cuando te das cuenta de su partida, son seres vivos, que nos regalan lo mejor, su cariño incondicional y su fidelidad. Si sufría pues ahora no lo está, duele no volverlos a ver pero allá arriba Dios sabe lo que hace, aunque duela y nos parezca medio incomprensible.

Un abrazoo.
Dul.
Ericarol said…
Marta
lo siento mucho!!! de verdad!!!
que linda historia, siento que haya tenido un final a destiempo.
pero asi es, Tobias esta en el cielo y es lindo saber que lo volveras a ver...algun dia...
besos!!!
Anonymous said…
Martha muy emotivo tu post, se me arrugó el corazón al ir leyendo toda la historia sobre todo porque de alguna manera Tobías a los que te leemos y nos gustan los animalitos nos robó el corazón desde las fotos de su nacimiento.

La parte triste es que todos tenemos "caducidad" y no sabemos cuando aplique... por eso hay que vivir con intensidad cada momento,valorar mucho a cada persona, cada ser vivo que conocemos ya que todo tiene una razón de ser.

Descanse en paz Tobías quien seguramente estará de aquél "lado" esperando pacientemente el reencuentro para en su momento recibirte con brincos de felicidad, después de todo no hay muerte, hay mudanza...

Te mando un fuerte abrazo Martha.
Martiuks said…
DULCE:

Sí apenas estuve comentando contigo el problema que tenía Toby y lq siguiente vez que nos conectamos en el messenger lo primero que hiciste fue preguntarme por él. Yo al igual que tu pensé que su malestar era algo simple y con medicamento se iba aliviar, pero desafortunadamente no fue así... Ni modo.... Gracias por haberte preocupado por él y gracias por venir a comentar.

ERICAROL:
Yo también estoy segura que lo voy a volver a ver algún día.
Ojalá el tiempo no permita que me olvide de él.

ELISA:
Tienes toda la razón en eso que dices que todos tenemos una fecha de caducidad. La de Toby fue por 6 meses en los que vino a llenarnos de amor y de alegría con sus travesuras... Se le echa muchísimo de menos (yo creo que hasta la planta horrorosa lo extraña), pero como dijiste tú, no hay muerte, solo mudanza.

Gracias por pasar.
SERHUMANA said…
Martuchis, siempre que alguien "se va", sentimos culpa, es parte de la impotencia que nos produce, y de buscar incoscientemente posibles acciopnes que hubieran podido evitarlo. Es imposible controlar todo lo que un cachorro muerde, es imposible, es parte de ser cachorro, es lo que lo hace feliz. Seguramente te reencontraras con Tobias, sabes que creo en eso, quizas no sepas que es él, pero te reecontraras, yo creo en eso, y quiero seguir creyendo que eso es posible.
Y dejame decirte algo, lo mejor que podes darle a un perro, es amor. Y a un ser humano, por supuesto. Pero en los animales, esto se nota más, porque se nutren, principalmente de eso, no se olvidaron como a veces nos pasa a los humanos, que eso es lo esencial. Asi que, si le brindaron amor, una casa, comida, caricias, y cosas para morder, Tobias fue un perro feliz. Eso tenes que recordar!!!!!!!!!
BESOS GRANDES!!!!!!!!!!!!!!!
Martiuks said…
Serhumana:

Pues si tienes razón en lo que dices, pero aún así siento que debí haber estado más pendiente de Tobías, pero bueno ni modo... Ya de nada sirve, por otro lado yo también estoy convencida de que a las personas que dejas de ver en esta vida, tarde o temprano las vas a volver a ver.

Muchísimas gracias por tus palabras y por pasar por acá. Como siempre eres bienvenida.

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