Apuntes Finales de La Bitácora de Viaje...
...Intentar reseñar un viaje (algunos meses después de que este ha sucedido), es una tarea un tanto compleja, pues corres el riesgo de olvidar algún detalle, algún instante, o por el contrario... Son tantas las cosas que quisieras compartir por medio de palabras escritas; que igual parecería que caminas como equilibrista principiante, por encima de la delgada cuerda que representa el olvido por omisión.
Muchos fueron los momentos especiales que se dieron durante este gran viaje a Uruguay, que sin duda alguna ha sido el mejor de toda mi vida.
Esta última frase podría parecer algo exagerada o algo "muy hecho", pero cuando digo esto, es porque en realidad es cierto. Estando en ese país, junto a Vane, hubo salidas a lugares en los que a pesar de que no sucediera nada relevante, el espacio en sí o la compañía de ella, hacían del momento algo muy especial.
Hace algún tiempo alguien me dijo que un viaje cambia la percepción que tienes de las cosas, y después de algunos meses de haber regresado y de que el 2008 fue para mi un año en el que la vida me dio la posibilidad de viajar más de lo que yo hubiese podido imaginar un día sería posible para alguien como yo; hoy coincido con esa persona en que eso es cierto.
Muchos fueron los paisajes que se quedaron guardados en mi mente, además de la sensación tan peculiar que te da desde el instante mismo en que te subes a un avión y desde el aire te cae el 20 de que todo eso que conoces y forma parte de tu mundo es tan sólo una idea tan limitada, comparada con todo lo que existe más allá de las fronteras del país que por alguna razón desde siempre ha sido tu casa.
Muchos fueron los paisajes que se quedaron guardados en mi mente, además de la sensación tan peculiar que te da desde el instante mismo en que te subes a un avión y desde el aire te cae el 20 de que todo eso que conoces y forma parte de tu mundo es tan sólo una idea tan limitada, comparada con todo lo que existe más allá de las fronteras del país que por alguna razón desde siempre ha sido tu casa.
Después de todas las cosas que compartí en el blog, relacionadas con la gran experiencia que implicó este viaje, lo único que puedo decir es que regresé a mi casa con más de 700 fotos y con el corazón pesando mucho más que todo mi equipaje junto, porque ha sido la primera vez en mucho tiempo que me costó tanto volver.
Yo sabía desde mucho tiempo antes de pisar tierra Uruguaya, que la despedida en un lugar en el que nunca había estado pesaría mucho más que si yo hubiera sido alguien que permaneció ahí desde siempre; pero no todo es negativo, pues de las cosas buenas que me dejó toda esta aventura -que para mi representó una de las cosas más osadas que he hecho en mi vida-; está la idea de que en días ordinarios, con sólo mirar al cielo o escuchar durante la madrugada el sonido de un avión sobrevolando la ciudad dormida; me remite a mi propia imagen, en el momento en que en plena madrugada yo viajaba sobre el cielo, atravesando ciudades y fronteras, para ir tras la búsqueda de un sueño o en palabras más simples y realistas: para ir a buscar a una persona que sin haberle visto nunca a los ojos yo sabía ya, que era muy, muy especial... Y la verdad que no me equivoqué.
El tiempo pasa, las cosas cambian, pero la vida nos da la posibilidad de quedarnos para siempre con las imágenes y los recuerdos... Por eso, (sin importar que hoy me encuentre a miles de kilómetros de distancia), lo único que me hace falta es cerrar los ojos, para volver a experimentar el ambiente de tranquilidad que se percibe cuando caminas por las calles del centro de Salto; mientras al mismo tiempo, la gente con la que te cruzas en el camino, te habla -sin ni siquiera darse cuenta-, de como son sus costumbres y su vida diaria en un país en el que a pesar de que no tengas ningún vínculo o raíz sólida, lo bien que te sientes estando ahí, te puede llevar a desear con todo tu corazón quedarte para siempre.
El tiempo pasa, las cosas cambian, pero la vida nos da la posibilidad de quedarnos para siempre con las imágenes y los recuerdos... Por eso, (sin importar que hoy me encuentre a miles de kilómetros de distancia), lo único que me hace falta es cerrar los ojos, para volver a experimentar el ambiente de tranquilidad que se percibe cuando caminas por las calles del centro de Salto; mientras al mismo tiempo, la gente con la que te cruzas en el camino, te habla -sin ni siquiera darse cuenta-, de como son sus costumbres y su vida diaria en un país en el que a pesar de que no tengas ningún vínculo o raíz sólida, lo bien que te sientes estando ahí, te puede llevar a desear con todo tu corazón quedarte para siempre.
Eso fue lo que me pasó a mi. Bastaron unos cuantos días de estadía en uno de los 19 departamentos que conforman "El Pequeño Paisito", para echar de menos lo que Ciudad Juárez fue en otro tiempo y también para que mi cabeza descocada y llena de churros comenzara a idear desde entonces en sus ratos de ocio, la manera de poder volver y de quedarme la mayor cantidad de tiempo que se pueda ahí.
La realidad casi siempre supera a los sueños, cuando estos no son más que eso: simples sueños... Pero bueno, creo que era importante mencionar eso como parte de los apuntes finales de esta Bitácora de Viaje, en la que como dije al inicio, quisiera compartir la mayor cantidad de recuerdos posibles, para no dejar que nada se pierda en el olvido.
Comer "Chivitos" de este lugar fue toda una experiencia, más que por la comida en sí, por la compañía, la charla y el lugar.
De los días y las noches en Uruguay, me traje charlas interminables antes de dormir, muchas risas, una salida al cine seguida de un recorrido fantástico por la noche; la sensación indescriptible de libertad (al viajar en moto); caminatas por las calles de Salto, compartir día a día los alimentos y hasta una pequeña "travesura" en la que Vane y yo tuvimos la osadía de "brincarnos" la barda de un museo que estaba cerrado (pues de otra forma nos hubiéramos perdido la oportunidad de conocer y poder estar cerca de un tren que tiene una historia fascinante que involucra a la familia de mi mejor amiga y además, nos remonta a más de 100 años en el tiempo)... Esto por mencionar sólo algunas de las cosas que me quedaron de este viaje.
"Criollo" un tren de más de 100 años que se encuentra en el patio trasero del Museo del Hombre y La Tecnología en Uruguay.
Una bitácora tiene como función detallar de la mejor manera posible una circunstancia o evento, pero más allá de todo eso yo me quiero quedar con:
- Los instantes en el río escuchando el sonido del agua entre las rocas, mientras Vane y yo conversábamos, o también en los momentos en que cada una estaba muy inmiscuida en sus propios pensamientos.
- Los instantes en el río escuchando el sonido del agua entre las rocas, mientras Vane y yo conversábamos, o también en los momentos en que cada una estaba muy inmiscuida en sus propios pensamientos.
- Las noches estrelladas en Salto, buscando satélites y pidiendo deseos a las estrellas fugaces...
- La sensación de libertad y todas las cosas que pensaba mientras Vane conducía la moto...
- La tranquilidad al caminar sola por las calles del centro.
- Los edificios antiguos que invitaban a detenerse un momento para escuchar lo que fue un poco de su historia en otro tiempo.
- El cielo despejado, la paz y el silencio que te inspiraba con tan sólo ver el paisaje en el puerto.
- Los caminos que tantas veces surgieron a nuestro paso y que siempre me dio curiosidad preguntar: ¿Hacia dónde conducían?
- El sabor de los alfajores y del dulce de leche que es distinto cuando se comparte.
- El sonido de campanas llamando a los fieles desde La Catedral, lugar desde el que nos tocó contemplar a lo lejos durante un fin de semana, una boda, y entonces un montón de ideas y pensamientos sobre cosas y circunstancias que ya no fueron cruzaron por mi mente.
- El sonido de campanas llamando a los fieles desde La Catedral, lugar desde el que nos tocó contemplar a lo lejos durante un fin de semana, una boda, y entonces un montón de ideas y pensamientos sobre cosas y circunstancias que ya no fueron cruzaron por mi mente.
Me quedo también con la sensación en los aviones, pensando en que todo eso que vivía era un sueño...
La tristeza durante el vuelo de regreso, que logró disciparse cuando una chica chilena (que viajaba en el asiento de al lado mío) me hizo voltear hacia la ventana para apreciar lo hermoso que se veía una cordillera (que no supe identificar de que país era), pero nunca en mi vida había visto algo así.
La idea de que al volver, mi ciudad y el lugar en el que vivo los vi totalmente distintos; todas esas horas en los aeropuertos, estadía en la que descubrí que ese es el mejor lugar para encontrar historias sobre destinos que se entrelazan en un mismo punto y tal vez ya nunca más se vuelven a cruzar.
La tristeza durante el vuelo de regreso, que logró disciparse cuando una chica chilena (que viajaba en el asiento de al lado mío) me hizo voltear hacia la ventana para apreciar lo hermoso que se veía una cordillera (que no supe identificar de que país era), pero nunca en mi vida había visto algo así.
La idea de que al volver, mi ciudad y el lugar en el que vivo los vi totalmente distintos; todas esas horas en los aeropuertos, estadía en la que descubrí que ese es el mejor lugar para encontrar historias sobre destinos que se entrelazan en un mismo punto y tal vez ya nunca más se vuelven a cruzar.
Hasta aquí La Bitácora de Viaje... No sé si más adelante habrá más viajes, y con ello la posibilidad de escribir para compartir nuevas vivencias sobre cosas que vea por primera vez y me sorprendan... Pero lo que si sé es que le agradezco a Dios por haber cruzado a Vane en mi camino y por la posibilidad de este viaje que cambió para siempre mi visión y la percepción de mi entorno en todos los sentidos...
¡Hasta La Próxima Bitácora de Viaje!
Comments
Pero más allá de la distancia, lo más importante es habernos encontrado en el camino, compartir todo lo que compartimos incluso antes de que llegaras, y lo que compartimos aún, y seguramente vamos a vivir en el futuro.
Yo creo que la distancia deja algo positivo, valorar más a las personas que tenes lejos y tanto queres tener cerca, yo creo que eso hace más grande el cariño y la complicidad, y en nuestro caso cada vez que la vida nos de la posibilad de viajar para encontranos vamos a aprovechar cada minuto al máximo, así como lo hicimos acá.
Gracias por todo, por el esfuerzo de viajar hasta mi paisito, por tu cariño tan grande, por tu apoyo, por todo lo que hablamos, por todos los proyectos, por tus detalles, por todo, todo, absolutamente todo!, hasta por las lagrimitas que me robaste con el post de hoy.
Ojalá la vida me de la oportunidad de irte a visitar pronto, para continuar saltando muros de museos, jajajajaja.
Otra vez gracias por todo, sos un sol, te dejo muchos abrazos y no te olvides que te adoro.
Pues sí Martha, que bonitas han sido tus bitácoras de este viaje, y qué entrañable ha sido ésta última. ¿Hay previsto algún viaje más de cara a verano? ¿Le toca ahora el turno a Vane no? Y además, qué alegría y que buen rollo (o buena onda que se dice por ahí no?) desprendes cuando hablas de Vane y de la amistad que os une. No sé si tenías más ganas tú o yo de que os conociérais jejejejeej... y me tuviste en vilo durante un tiempo, esperando ansiosa por ver cómo te había ido el viaje, y sobre todo EL ENCUENTRO!!
Este verano seré yo la que haga el viaje de mi vida. Me voy a la isla de Pascua y luego al desierto de Atacama con una muy buena amiga. Espero vivir con ella momentos tan dulces y bonitos como los que has vivido tú con Vane.
Un besote a las dos, y buenas noches, que por aquí ya es hora de irse a dormir!
Un abrazo Martha, excelentes tus letras, como siempre.
A mi también me dio tristeza porque esta fue la última parte de La Bitácora. Disfruté mucho no sólo el escribirla, sino volver a revivir todo lo que pasamos en Uruguay.
Este viaje me dejó mucho, no sólo el haberte conocido y haber comprobado que eres una de las pocas personas que valen la pena, sino también corroboré una vez más que las cosas que más tienen valor no tienen valor monetario y sobre todo no son tangibles y son lo único con lo que te quedas para siempre.
Gracias por haberme enseñado eso, por todo lo que aprendo estando contigo y por todo eso que descubrí gracias a ti y ni yo sabía que tenía.
Creo que hasta las despedidas saben diferente cuando se trata de ti.
¡TQM!
DUNIA:
Por lo pronto este año no tengo programado ningún viaje, creo que todo este año me voy a enfocar a la posibilidad de poder irme a vivir ya sola a una casa que tengo desde hace ya casi 4 años.
Vane es probable que venga a finales de año y apenas estamos viendo la posibilidad de hacer un viaje corto a la Sierra de Chihuahua. Ojalá que todo salga como lo planeamos y gracias por compartir mis letras y las emociones que plasmo a través de ellas.
Saludos.
Espero que tu también la pases bien en ese viaje que estás por hacer.
TIPICO HOMBRE:
Totalmente de acuerdo con lo que expresas, y pues si, hay cosas que no tienen precio y curiosamente son las que valen más... ¡ups! te sigo debiendo una visita para ponerme al día con tu blog.
MAGOO:
Gracias por tu visita y gracias por tus palabras también. Un saludo grande.
Dios te oiga y pueda volver pronto a Uruguay. Si por mi fuera me quedaba allá.
Si quieres permanecer mas tiempo lo unico que hay que hacer es desahcerse del equipaje pesado, ahorrar y volar hacia tu destino, esto te lo digo porque yo tuve la oportunidad de irme a la ciudad que mas me gusta en el mundo porque tenia un dinero que me sostendria al menos 7 meses alla, pero preferi engancharme otra casa que hoy pago y mejor la rento porque ni vivo en ella.... Equipaje pesado