12 de Diciembre: Día de La Virgen de Guadalupe.

Un 12 de Diciembre más, otro año de celebrar una fecha tan importante para todos los que somos creyentes y mexicanos.

Este año no quiero hacer una apología de lo que representa esta festividad, que conforme ha pasado el tiempo, para mi se ha vuelto como el día en que todo un pueblo se desborda en una muestra colectiva de su fe. Desde niña me gustó esta fecha, por el ambiente que se respira, por todo lo que se acostumbra hacer; y hoy salí a la calle buscando encontrar ese colorido que se manifiesta en los ropajes y las plumas de los danzantes, las peregrinaciones, la plazuela de la Catedral repleta de gente y de puestos de comidas; y la fe reflejada en los ojos y los rostros de todas las personas que en un día como este dejan lo que estén haciendo para venir a postrarse ante el altar de la Virgen Morena.

Hoy que caminé por la zona centro, a la par de ir pensando en que me gustaría mucho regresar mañana para tomar fotografías, me quedé reflexionando (aunque yo no entré al templo), en que toda la gente que si lo hizo, llevaba algo para ofrecer y al mismo tiempo muchas peticiones en el alma para expresar y exponer ante la madre de Dios.

A lo largo de los años, conmigo ha sido más que generosa y se ha hecho presente en mi vida de muy distintas formas. Me ha concedido varias cosas y hasta me permitió conocerla de otra manera y visitarla en otro punto en un país distinto; para dejarle una carta que escribí junto a una de las personas más importantes que hay en mi vida.

Esta tarde, yo no tenía nada para ofrecerle, no llevaba flores (como mis padres le regalan cada año), pero si mucha gratitud, porque en ese instante recordé que hace apenas muy poco tiempo, me encontré un día, de regreso a casa con un grupo de chavos con los que hice una pequeña oración así en plena calle, y desde esa vez pasó algo, me quedé súper tranquila por dentro, porque me di cuenta de que yo no necesito pedir nada para mi, porque tengo en mi interior todo lo necesario para estar bien cada día.

Tal vez mañana vaya yo también hasta su casa, pero mi idea es hacer algo distinto... Yo no voy a llevar flores,  ni tampoco una promesa que con el tiempo quede en el olvido. No voy a pedirle nada tampoco, pues creo que ELLA sabe muy bien lo que soy y lo que hay en mi interior en este momento; y como regalo, en silencio, le voy a ofrecer mi corazón, resguardado en este disfraz de humano desde hace tanto tiempo; para que todo lo bueno y positivo que exista dentro de mi -más allá de todos mis defectos y debilidades-  sea útil en lo que pueda a quien se cruce en el camino.

Eso es lo único que yo tengo para ofrecer en este momento, toda mi buena disposición, toda mi paciencia, montones de ternura y de ganas de buscar la magia dentro de lo cotidiano, además de ese inmenso deseo de que en medio de esta ciudad tan golpeada, existan muchas otras personas que quieran ofrecer todo lo bueno que exista dentro de cada uno de ellos.

Gracias por otro año junto a mi familia y junto a esas 3 hermanas que no tuve, pero de allá arriba me dejaron elegir en forma de amigas.

Dicen que la fe mueve montañas, y ojalá que la mía sea más grande siempre que mis miedos, y prevalezca más en los días oscuros, que aprenda a ser más espiritual y menos religiosa; a quejarme menos; para poder  servir más.

Ese es mi regalo, eso es lo que yo quiero ofrecer... Hoy es 12 de Diciembre, pero todos los días se puede depositar todo eso con lo que no se puede más; y tener fe en que algo bueno puede suceder.