Cuando la tecnología nos alcance, o el rollo de una revista en la Prehistoria (Parte I).

Una Mac bieeenn viejita...

Han sido días de mucha reflexión (o demasiada "ociosidad" -dirían en mi rancho-), pero el caso es que no me acuerdo si ustedes se acuerdan, o si ustedes no se acuerdan y yo tampoco, eso significa que nada más "aluciné" con la idea de que les dije algo que en realidad nunca les dije.... 

Pero bueno... Antes de que este diálogo interno se vuelva una retórica "cantinflesca", les diré que a lo que me estoy refiriendo es a que hace mucho tiempo, prometí que algún día, cuando los planetas se alinearan, yo tuviera tiempo y además de todo eso, estuviera de "buenas" (3 condiciones que está cañón para que se den todas juntas); yo vendría hasta este changarro para escribir un post acerca de como se hace una revista y de como ha evolucionado la tecnología desde entonces... 

Pues bien, hoy es ese día, pero tengo un poco de "sentimientos encontrados", porque la verdad no sé ni por donde empezar, puesto que respecto a la tecnología, mi historia comenzó mucho antes de que entrara a trabajar en Avanza Diseño (la agencia de publicidad que originalmente fue la casa editora de Fíjate Bien! en sus inicios) y todavía mucho tiempo más atrás de que existiera internet y por ende este "H" blog..

Así que si hoy tuviera que contarles mi historia en forma de cuento, el mío empezaría así:

"Había una vez... una chava que era muy curiosita, que nunca fue "Nerd" ni tampoco de las aplicadas de la clase, pero que si algo le llamaba la atención podía pasar horas y horas en la biblioteca aunque no tuviera algo que buscar. A veces hojeaba los libros, nomás para ver que cosas interesantes encontraba, y fue gracias a eso que su historia con la tecnología se comenzó a escribir mucho antes de que fuera profesionista y tuviera idea de que demonios era un blog".

Ya hablando en serio, la verdad no recuerdo cuando fue mi primer contacto con una computadora. En la época cuando yo iba ya de salida de la secundaria, habilitaron uno de los salones para hacer el primer centro de cómputo... Todo era como que muy sofisticado, puesto que ese salón lo acondicionaron con sistema de refrigeración, pues las computadoras necesitaban estar a cierta temperatura y pues en mi caso, a mi nada más me tocó verlas desde "afuerita", porque aparte de que yo ya iba de salida; al laboratorio de cómputo sólo entraban los alumnos que tenían mejor promedio y sólo por esa razón yo ni a balazos encajaba ahí... 

Instalaciones del CBTIS 114.

Ya en la prepa, la cosa fue distinta, porque al elegir cursar el bachillerato en una escuela que además de eso te ofrecía una carrera técnica; tuve mucha suerte porque al aplicar el examen de admisión quedé en el taller de "Programación", una carrera que era nueva en el plan de estudios de ese año en el CBTIS 114 (Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios), y por ende todos los que egresáramos después de esos 3 años, íbamos a ser la flamante primer generación de técnico en programación.... (¡voyyy, voooyyy!)


El acceso al laboratorio de cómputo ya no era tan restringido como en la secundaria, seguía eso sí, siendo un lugar en el que año con año la escuela invertía una buena lana en equipo e infraestructura; y fue el lugar donde a la par de llevar materias como métodos numéricos, lenguaje de programación, y otras tantas que acabaron con las pocas neuronas que traía de nacimiento; empece a usar disquetes de 5 1/4 de pulgada y también aprendí algunos lenguajes que ya ni se usan (Cobol, Pascal, Turbopascal etc, etc); y entonces, yo y mis compañeritos, diseñábamos programas de 5000 líneas, tan sólo para que en el monitor monocromático, te apareciera un cuadrito que se prendía y se apagaba diciendo "Hola"...


Algo que me daba mucha risa en ese entonces, era que el teclado de ese tipo de computadoras tenía una tecla que se llamaba MACRO, nunca, jamás de los jamases supe para que demonios servía, pero la maldita tecla tenía la habilidad de borrarte todo lo que ya llevabas programado, justo cuando ya ibas más allá de la línea No. 1000 y por accidente la apachurrabas en lugar de Enter... 

Internet aún no existía (tal vez sólo en el pentágono, pero para nosotros era algo impensable que ni siquiera imaginábamos) y nos sentíamos "la última Coca Cola en el refri", cuando gracias a los disquetes o floppy disk de 3 1/2  pulgadas dejamos atrás todas las calamidades que le podían pasar a un disquete de 5 1/4" y que iban desde que se te "achicharrara" en la mochila o en el asiento del carro (los que tenían en ese entonces) con los calores extremos de "Juaritos", o algún ocurrente le pasara su dedito por la ranurita esa súper flexible que tenían, y en consecuencia te echara a perder todos tus trabajos y programas de chorromil líneas...

Con estos floppys todo era felicidad... ¡Oh si!... (bueno ni tanto, porque también se echaban a perder, se corrompían los archivos y los estragos que ocasionaban en los equipos y los programas, fueron como que los "tatarabuelos" de los virus que conocemos en la actualidad), pero ese es un capítulo "oscuro y tenebroso" que tocaremos ya entrados de lleno en el rollo de como fueron los inicios de la revista; pero volviendo al punto, la onda es que usando esos mini disquetes -que además eran de alta densidad- salí de milagro de la prepa, para seguirlos usando todavía durante la universidad... 

Para ese entonces las computadoras ya eran ligeramente más modernas, los monitores dejaron de ser monocromáticos y se volvieron a colores (Sí así como las páginas de mi "Bló", ¡Ay ternurita!). Yo ya empezaba a descomponer computadoras picándole a todos los botones y hacía mis "pininos" con Word, Excel y un programa que era la neta del planeta para hacer tus tareas: Power Point... Si lo dominabas y presentabas tus trabajos o exponías un tema usándolo, no sólo eras master, tenías casi, casi asegurado el 10...

Instalaciones de la UACH.

Fue en ese entonces cuando recién se empezó a usar internet... Creo que ya les había comentado (si no lo hice, ya de plano pensaré que estoy loca); pero teníamos una compañera que se la pasaba horas y horas metida en el laboratorio de cómputo chateando con un amigo nuevo que tenía y con el cual se comunicaba a la universidad de Campeche o no sé donde... Nosotros le preguntábamos al respecto y ella toda emocionada nos contaba de su compa, pero era algo así como que de ciencia ficción pensar que fuera del teléfono, podías comunicarte en tiempo real con alguien que a pesar de estar dentro del mismo país, se encontrara a miles de kilómetros de distancia... Por esa época, en la universidad se rumoraba que muchos estudiantes tenían ya sus cuentas de correo electrónico de Hotmail, pero como que eso era algo que yo no entendía bien del todo, por ende ni me llamaba la atención...

En ese entonces, para mi usar una computadora era simplemente como usar una máquina de escribir más sofisticada que me permitía entregar de una manera más elaborada y presentable mis trabajos escolares y llevaba también clases de diseño, con programas que de plano ni siquiera se usan para eso.

En el fondo yo seguía siendo de ese tipo de estudiantes que pertenecieron a la generación de que si por ejemplo en la primaria, le encargaban de tarea averiguar la biografía de Ignacio Zaragoza; se tenía que ir a la biblioteca pública (porque la de la escuela, obvioooo tenía muy poquitos libros), claro que había estampitas, de esas tipo planilla que venden en la papelería y que al reverso traen la biografía del personaje en cuestión... ¿pero qué pasaba si al profe se le ocurría pedir un escrito de 1 cuartilla donde tú le explicaras las repercusiones políticas y sociales durante la revolución industrial?... Pos ahí si ya estaba del nabo y aparte de tener a fuerzas que irte a meter a la biblio, no podías "piratearte" la información tal cual la encontraras en un libro (si tenías suerte de encontrar bibliografía sobre el tema en la primera biblioteca a la que fueras); porque por cosas del destino, el profe siempre tenía un sexto sentido que le decía si tu tarea era un "vil fusil" y a parte se veía muy chafa eso, y así era como aprendías a desarrollar cierta capacidad para condensar no sólo información; sino para analizarla y así poder darle tu punto de vista al profe acerca de lo que te pedía.

Así es mis queridos 4 lectores, en ese entonces no quedaba de otra más que ir a buscar información, o si tenías más lana, ir a comprar un libro... Yo me la pasaba en la biblioteca del Tec de Juárez, en la Arturo Tolentino del Parque Borunda o en otra que está por una estación de bomberos, allá por el rumbo del rastro (y a esas dos me gustaba mucho ir, porque aunque ahí nunca encontraba nada de lo que iba a investigar, tenían muchos libros viejos).

Las visitas a la hemeroteca del Diario de Juárez también comenzaron a ser frecuentes para la materia de Seminario de Titulación; y ya de plano cuando las tareas eran grado de dificultad "C", (todavía en la prepa), de plano me iba IADA (Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte de la UACJ), con los estudiantes que ya iban avanzados en los semestres de la carrera de Ingeniería en Sistemas, y que eran los que siempre le entraban al quite, y me ayudaban con las tareas de Métodos Numéricos (que eran mi "coco") y con los diagramas de flujo.


Ya en la universidad, cuando inauguraron la Biblioteca Central, yo iba muchas veces y sigo yendo de cuando en cuando para cosas bien padres que ustedes han visto publicadas a través de todos estos años en el blog, porque para no hacerles tan largo este cuento, en mis tiemposhhh no había Wikipedia ni "Rincón del Vago", que me diera ya la tarea hecha o un ensayo ya redactado sobre algún libro que me hubieran encargado leer en 1 semana para poder presentar un examen (como una vez me tocó ver a un chavito en un cibercafé a donde fui a escanear unas cosas, y estaba sacando un resumen ya hecho de un libro a través de internet) y yo me quedé impresionada con eso, pero bueno, este post se trata sobre los avances de la tecnología y era necesario que les contara algunas de mis "piñaventuras" de cuando era joven, para luego poder entrar de lleno a contarles todo lo que a mi me tocó presenciar de la evolución de la tecnología, a través de todos estos años en que he estado inmersa en el proceso editorial de elaboración de una revista...

Por el momento hasta aquí le corto y luego regreso para contarles todo lo que he visto y aprendido a lo largo de casi 14 años en que Fíjate Bien! ha sido una parte muy importante de mi vida....
Continuará...

Comments

Que recuerdos, jajajaja, me río porque cuando vi los disquetes, me acordé que cuando yo empecé con mis clases con esta nueva tecnología el profe nos pedía que guardáramos los trabajos, después él se los llevaba, y nos regresaba para seguir guardando los ejercicios ahí hasta terminar con la capacidad del disquete, el tema era que por aquel entonces yo moría por el mexicano Flavio Cesar, acá nadie lo conocía sólo yo, y estaba completamente enamorada de él, entonces mis trabajos y ejercicios estaban guardados así en el disquete...

Flavio 1
Flavio 2
Flavio 3
Flavio 4
ETC, ETC, ETC, ETC, ETC, ETC, ETC.

Obviamente lo más lógico era guardar el texto por lo menos con algún nombre parecido al trabajo.
Un día llegó la pregunta que tarde o temprano esperaba, el profe dijo: alumna Vanessa R. Por que sus trabajos los guarda con ese nombre???, y yo le respondí: Acaso le cuesta encontrar mis trabajos??? y el respondio: no porque al lado le ponés el número. Ahí yo seguí: entonces hay algún problema???, y el me dijo no, ninguno, nada más curiosidad, y ahí viene mi gran final y le dije: es que mis trabajos salen tan bien porque ese nombre es una inspiración para mí, ay Dios lo peor del caso que de eso pasaron miles de años y sigo siendo igual jajajajajajaja. Ay yo y mis respuestas!!!!

Gracias por el recuerdo, más allá de tu post que como siempre te aporta algo.
Mr. fuser said…
O.O wow!! entonces me puedes entender mi carrera (ing en Sistemas computacionales) con lo de programacion y asi

Quisiera imaginar esas situaciones donde uno se queda maravillado con cosas que son nuevas para casi todas las personas que estan a nuestro alrededor.

saludos y cuidate

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