50 Días (Día 47).
Hoy volví al parque, después de mucho tiempo. Por la mañana, en cuanto desperté decidí que iría, porque es el único lugar en el que de sobra yo sabía, encontraría el ambiente y la tranquilidad necesarias para sentarme a escribir en el diario sobre los sueños que he tenido en las últimas semanas.
Antes de pensar en el parque y tomarlo en cuenta como alternativa; yo llevaba ya muchos días en el intento de sentarme a llenar algunas páginas del diario a última hora de la noche; y quería hacerlo sobre todo, porque dentro de uno de esos sueños estaba Soraya; ella se hizo presente, y aunque no la vi físicamente, ni tampoco tengo ningún tipo de conexión con ella y que no vaya más allá de la admiración y el cariño que en todos estos años he sentido por su ejemplo de vida y su música; no había ninguna otra razón que justificara que esa noche apareciera en uno de mis sueños... Fue muy lindo, porque a pesar de que no la vi, a través de su música la sentí muy cerca... Fue como poder percibir otra vez toda su fuerza, como si en realidad otra vez hubiera vuelto a verla, y por eso fue un sueño tan hermoso y especial que yo tenía que escribir, para que lo que pasó ahí ojalá se realice.
Por otro lado, a pocos días ya de terminar el reto que hace más de 1 año imaginé en este parque; la tarde de hoy me la gasté desde este lugar, primero para escribir sobre Soraya (porque siempre que sueño algo relacionado con ella lo escribo); para contar en papel también otros sueños de otros días, que la verdad no tengo idea de qué signifiquen; pero tampoco me quiebro la cabeza, es nada más que algunos fueron muy curiosos y no los quise dejar en el olvido.
Fuera de todo eso, han sido días muy tranquilos (hablando a nivel interior), porque afuera si hay mucho trabajo, demasiado por hacer, aunque las cosas sigan como siempre.
Sigo todos los días en el intento de aprender cosas, escribiendo mucho; y creo que los regalos que he recibido -aparte de poder estar viva- han sido estos últimos atardeceres y mañanas de color gris nublado; así como la lluvia casi imperceptible de madrugada, y el viento fresco que le ha dado tregua a días de calor sofocante; y a mi, todo eso me ayuda...
Por cierto: hoy vi el arcoíris de regreso a casa, esta noche es de lluvia, y mientras yo escribo esto, pienso en que creo que desde el fin de semana pasado, por dentro he estado bien.
Sobre lo del Dalai Lama y la vista a México, todavía no hay novedades (según esto a finales de este mes se dará a conocer la información que se requiere para obtener acreditaciones de prensa); y aunque todo eso para mi todavía no es nada seguro, ha sido algo que de sólo contemplarlo como posibilidad me emociona y me llena el corazón (y yo ahorita necesito mucho, mucho de ese tipo de cosas); pero haber que pasa...
Por ahora todos mis esfuerzos están enfocados en eso y en unas hojas de color amarillo y de papel un poco más grueso, que están sin usarse en la parte media de adentro de mi diario. Llevo ya varios días pensando ¿en qué uso darles?... Tiene que ser algo muy padre, y tengo ya varias ideas en mente; pero ya luego escribiré sobre eso... Por hoy el tiempo se me agotó aquí...
Espero que para ti que me lees (o algún día me leerás, si es que este post lo descubres en el futuro), sin importar cómo sea tu presente, ojalá hoy, haya sido un buen día para ti también.
¡Hasta Mañana!
Comments
Sobre Soraya siempre está presente y es una hermosa sensación encontrase con un texto donde se hable de ella, y ni que hablar de soñarla, eso sólo puede sentirlo los que la queremos muy profundamente, y la paz de compartir algo en sueños es indescriptible.
Yo creo que a las hojas amarillas le vas a dar un toque especial, si hay algo que vos podes hacer con papel en blanco es magia, así que desde ya te digo que será fantástico.
Desde acá hago fuerza con vos para que todo se vaya organizando y hagas ese viaje que te permitirá vivir una de tus más grandes experiencias, yo creo que es cuestión de esperar, porque de tu parte vas a hacer todo lo posible para emprender el viaje.
Te quiero mucho!
P.D. Muy linda la foto, pero más linda es la pluma jajajajajaja.
Si fue un buen ejercicio para mi, pero se me hace bien curioso porque salió totalmente diferente a lo que yo me imaginaba; pero me gustó el resultado... Cuando uno escribe en un diario, y después de un tiempo analiza lo que hay en páginas anteriores, te das cuenta de como va cambiando tu forma de pensar y sobre todo: tus sentimientos se transforman.
Sobre Soraya ¡UFF! ¿Qué te puedo decir que tú no sepas?... Yo le debo tanto... Y en ese sueño también estabas tú... ¿Sabes algo?, hoy más que nunca me pregunto: ¿Qué tengo que ver yo ahí en medio de ustedes dos?
La suertuda fui yo cuando llegaste al blog.
Sobre las hojas amarillas del diario, algo padre saldrá, gracias por confiar en mi.
P.D. La pluma no es linda, ¡es hermosa!, es uno de los objetos materiales más valiosos que tengo y por eso siempre va junto conmigo, es una forma material de llevar muy cerca de mi a alguien que siempre está presente en mi corazón.