Señor Sol
Hoy Domingo, desperté muy temprano y pensando como siempre en un montón de cosas. Hacía frío y me sorprendió desde la ventana el resplandor rojizo del cielo, tan característico de un amanecer en el instante previo cuando el sol está a unos cuantos minutos de aparecer en el horizonte.
No importa el punto del planeta donde te encuentres cuando eso sucede, pero pienso que si alguna vez tuviera la oportunidad de presenciar eso desde alguna otra ciudad lejana, para mi, la sensación sería exactamente la misma de no saber como explicar por medio de letras y palabras lo que experimento en las contadas ocasiones en que me toca despertar y presenciar sin planearlo un amanecer.
Este día por ejemplo, estar despierta y conciente en ese espacio de tiempo tan mágico en que parece que el tiempo se detiene (pero al mismo tiempo avanza muy rápido) y que está delimitado por el instante mismo en que la oscuridad se disipa, el cielo se pinta de rojo y en un microsegundo el sol aparece como un circulo luminoso e intenso que de inmediato se eleva y se apodera del cielo, fue suficiente para que me olvidara por un rato de todas las cosas que en este momento de mi vida me preocupan y vinieran a mi mente un montón de imágenes y recuerdos padres relacionados con ese momento tan especial que representa la primer parte de un nuevo día.
Lo primero que vino a mi mente, fue que una de las primeras cosas que quise captar a través del lente de una cámara fotográfica profesional (para la clase de fotografía en la universidad), fue precisamente el instante cuando el sol sale; recordé también como dentro de una habitación todo el ambiente se llena de ese tono entre rojizo y color rosado, de la sensación tan indescriptible que producen esos rayos de luz que se cuelan por la ventana y vuelven visibles ante tus ojos millones de partículas que flotan en el aire e incluso tu respiras en un espacio en el que a no ser por la luz solar, creerías que no hay absolutamente nada más… Y eso, a su vez me llevó a recordar que cuando era niña yo estaba convencida de que esos rayos de luz que sólo aparecían al amanecer o casi al final del día, no eran otra cosa más que una escalera que Dios ponía para subir al cielo.
Durante esa época, y como ya lo he contado en otras ocasiones, era el tiempo cuando mi madre dejaba prendida toda la noche el radio en una estación de música mexicana para estar pendiente de la hora, y era muy común que pasaran la canción de “Señor Sol” de Juan Gabriel, y no sé si a fuerza de tanto escucharla tan seguido, con el paso del tiempo ese tema se convirtió para mi en algo especial, no sólo porque me remontaba a esa etapa de mi vida, sino porque algunos años después y sin importar la hora del día que fuera, tenía la capacidad de hacerme sonreír incluso si estaba triste.
No recuerdo en que momento de mi vida perdí todo eso. Imaginariamente volví un poco más de 20 años atrás y me ví en el mismo lugar en el cual despierto todos los días, pero en aquel entonces mi cama era mucho más pequeña pero no así todos mis sueños… Y no quiero decir con eso que no sea una mujer feliz, o que ya no tenga sueños, al contrario, me siento muy agradecida con la vida por todo lo que me ha dado y no vivo arrepintiéndome por nada de lo que he hecho hasta ahora, al contrario, hay muchas situaciones, decisiones y personas a las que con todo el corazón si volviera a nacer, pediría volver a vivir y conocer…
Quizá es sólo que hoy tengo los pies más puestos sobre la tierra y que hoy necesitaría tener en mi vida un poquito más de esperanza y de fe.
…Pero bueno, ya sin ahondar en detalles ni desviarme del tema, hoy, caí en la cuenta que es un regalo despertar cada día y poder presenciar cuando el sol sale, porque más allá de un astro luminoso que se ubica en el sistema solar a miles y millones de años luz de nosotros, el sol quizá representa eso, la promesa materializada que a pesar de las circunstancias que en este momento rodeen tu vida, siempre hay posibilidad para comenzar de nuevo, para creer que las cosas pueden ser diferentes, para tener esperanza, pues no en vano dicen que “El Sol Sale Para Todos” y en ese sentido espero que para ti, no sea la excepción.
¡Buen inicio de semana!
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“Señor Sol”
-Juan Gabriel-
Todas las mañanas,
entra por mi ventana El Señor Sol,
doy gracias a Dios por otro día más…
Hoy como otros días,
yo seguiré tratando ser mejor,
y sonriendo haré las cosas con amor…
Buenos días alegría, buenos días Señor Sol,
buenos días al amor, buenos días.
buenos días a la vida, buenos días Señor sol,
buenos días Señor Sol, buenos días…
Yo seguiré tratando de ser mejor,
yo seguiré tratando de ser mejor,
buenos días…
Todas las mañanas,
entra por mi ventana El Señor Sol…
Yo seguiré tratando de ser mejor,
yo seguiré tratando de ser mejor,
buenos días…
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