Bitácora de Viaje: De Encuentros y Reencuentros con Amigos en La Capital del País.
…Llegué otra vez a Bellas Artes, y ella todavía no estaba allí.
A pesar de que el tiempo me superó de nuevo y tuve que llegar en taxi hasta la Zona del Centro Histórico (porque pensé que cuando yo arribara al “Punto, de Todos los Encuentros”, ella ya me estaría esperando); tan sólo me encontré con el mismo panorama de gente en los alrededores del recinto, disfrutando de la tarde -o al igual que yo- esperando que llegara el momento para reunirse con alguien más.
No era la primera vez que asistía a una cita para conocer por fin a alguien con quien después de casi 2 años sólo había mantenido un contacto “cibernético”. El rostro de esta chica, no era del todo para mi desconocido, pero aún así me sentía un tanto inquieta y nerviosa, con una especie de cosquilleo en el estómago que no era más que una reacción física de mi organismo, que en ese momento necesitaba manifestar de alguna forma mi nerviosismo y ansiedad.
A diferencia de otras veces, yo tenía muy clara en la mente la imagen de la persona con quien iría a encontrarme. Algún tiempo atrás recordaba haber visto en su blog una foto donde ella aparecía junto a su hija; y al momento de irme acercando hacia la entrada principal de El Palacio de Bellas Artes, una emoción muy peculiar me llenó el corazón al recordar que un par de horas antes, justo en el momento cuando Fer y yo íbamos muy cerca del Ángel de la Independencia, (ya en el camino de regreso al Hotel), una llamada entró a mi celular.
Era Alejandra, la chica del blog “De La Realidad a Los Sueños”. Desde el momento en que llegué a México, yo traté en distintos momentos del día de comunicarme con todas las personas que desde días previos me expresaron su deseo de que, una vez que yo estuviera en el DF los llamara con la intención de reunirnos.
A esas alturas de mi estancia en la capital, yo ya había localizado a todos y para ahorrar tiempo y no quedar mal con ninguno de ellos, tenía programada una reunión en el “Edificio Santa Fe”, (ubicado casi frente a la Alameda Central), lugar que elegí impulsada por mi amigo Oscar Márquez (del Club Faenza), quien me sugirió que volviéramos a reunirnos en ese lugar donde 3 años atrás comimos todos los fans de Laura Pausini después de haber estado en el “Sound Check” previo al concierto y también por ser un sitio ubicado en un punto bastante céntrico y accesible para todo mundo.
En pleno semáforo, a bordo del auto de Fer y casi enfrente del famoso Ángel de la Independencia, Alejandra me sorprendió. Ella era la única persona a quien no había podido localizar durante esos dos días de estancia en México, y a pesar de que ni siquiera le había podido dejar un mensaje en su buzón de voz por estar su grabadora demasiado saturada; justo cuando yo estaba casi segura de que ya iba a ser prácticamente imposible localizarla, mi celular sonó cuando menos lo pensé y ella me derritió el corazón porque en su llamada me decía que por la hora y el rumbo de la ciudad donde vivía, para ella iba a ser muy difícil asistir a la reunión que yo había convocado.
“Martha, sé que tienes poco tiempo, pero no quiero dejar de conocerte, ¿Me puedes regalar unos minutos de tu tiempo y podemos vernos en algún sitio?... Dime en que punto de la ciudad te encuentras, para ponernos de acuerdo y yo llego hasta ahí”.
¡Wow!, la verdad me impresionó. Alejandra es una chica quien a pesar de ser muy joven, es ya esposa y madre de familia, y por si esto fuera poco, compagina todo eso con sus actividades como estudiante; por eso me “desbarató” –literalmente- tanta disposición de su parte para dejar todo lo que tenía pendiente en ese día para que pudiéramos conocernos.
Por suerte su llamada entró cuando Fer aún estaba conmigo, y por ser él alguien que conoce a la perfección el DF pudimos ponernos bien de acuerdo. El punto de la ciudad donde Ale se encontraba estaba muy lejano, y yo no podía ir, cada vez se estaba haciendo más tarde, pero tras varios minutos de contemplar y descartar opciones de lugares, quedamos por fin en que nos encontraríamos en El Palacio de Bellas Artes.
El hotel donde yo me hospedé no estaba nada lejos del Centro Histórico, pero empezó a llover otra vez y para llegar más rápido tomé un taxi. Cada vez se hacía más tarde y tráfico era muy denso a esa hora; así que me empecé a desesperar porque Alejandra me avisó que ya iba de camino hacia allá.
En cuanto estuve a escasos metros de la entrada de El Palacio, comencé a buscarla. En medio de toda esa gente, encontré a una chica que volteaba hacia todos lados, como buscando también “a alguien”, pero al acercarme me di cuenta que no era Alejandra, porque no se parecía, su imagen no coincidía para nada con el recuerdo que yo tenía de la fotografía.
No se si por los nervios di un par de vueltas y recorrí visualmente el pórtico que da acceso a ese recinto, y aún así nunca me di cuenta que Alejandra ya estaba ahí –al menos yo nunca la ví en esos primeros minutos-, pero al observar con mayor detenimiento, cercana a una de las columnas y sobre uno de los escalones de mármol, me encontré con una chica muy bonita, de cabellos oscuros largos y rizados que llevaba un abrigo largo y un paraguas reposando sobre el hombro.
En ese primer instante ella no me vio, y la imagen que ella proyectaba era casi, casi como de película o no sé porque en ese momento me la imaginé como el personaje principal de una canción de La Oreja de Van Gogh: estaba del todo enfocada mirando hacia la explanada, buscando establecer contacto visual con alguien que no aparecía y yo aproveché que estaba distraída para acercame y preguntarle: "¡Hola! ¿Eres Ale?"
Ella volteó y me miró y con una gran sonrisa me respondió: “Sí”. Luego de esto, lo primero que hizo fue darme un gran abrazo, impuso espontáneo que me mató de la ternura, pero ante el cual no supe como reaccionar… No porque no me haya dado gusto ni haya compartido ese mismo sentimiento, sino porque precisamente cuando más me emociono puedo reaccionar como si yo fuera la persona más indiferente del mundo, pero por dentro expermiento exactamente lo contrario.
Después del encuentro de ese primer instante, la segunda interrogante que surgió fue: ¿Qué hacemos? ¿o a dónde vamos? Y ambas acordamos en caminar hacia la zona del centro para buscar un local cercano donde poder tomar un café y conversar.
Así empezó nuestra charla, entre las callecitas repletas de gente dirigiéndose hacia todos lados y el tráfico de la tarde en pleno Centro Histórico. Caminamos durante varios minutos, pero ningún café nos invitaba a pasar y quedarnos, hasta que finalmente salió a nuestro paso un pequeño local de "Dunkin Donuts", sobre la callecita desde donde a lo lejos se podía observar La Torre Latinoaméricana.
Dos capuccinos tamaño grande y un par de donas fueron el preámbulo para que tanto Alejandra como yo, entráramos de lleno en la conversación. Comenzamos hablando de los blogs, Ale me compartía que a pesar de que en varias ocasiones la invitaron a las reuniones blogueras que se han llevado a cabo en la ciudad de México, era la primera vez que asistía a una cita para conocer a alguien del ciberespacio.
Creo que como casi siempre lo hago, dejé que fuera ella quien me contara todo lo que quisiera y mientras escuchaba con atención las cosas que me decía, comprobé por su manera de transmitir las cosas, que Ale es una chava sencilla y que es exactamente como se percibe en su blog. Una mujer que escribe las cosas tal como las siente y las vive, que no se mete en rollos y quien a pesar de las dificultades que había tenido que afrontar, en el momento presente, se encontraba comprometida con su futuro e intentando salir adelante a pesar de las adversidades que no faltan en el camino.
Me cuesta mucho trabajo aceptar cuando alguien me dice un cumplido. No es que no lo crea, pero yo me considero una mujer de lo más común; pero aún así me resultó sorprendente escuchar a Ale decirme mirándome a los ojos que a ella le gustaba mucho la forma como yo escribía porque siempre le “transmitía cosas”… ¡Uff! Creo que me vuelvo a poner roja de sólo recordar el instante cuando me dijo eso, puesto que no es lo mismo que te lo expresen en un comentario por escrito a que lo escuches de alguien que te mira de frente y el brillo de sus ojos te habla de que hay congruencia entre lo que te dice y te proyecta.
Agotado el tema de los blogs, Ale me compartió algunas cosas de su vida personal, (algunos detalles al respecto, por ser asidua lectora de su bitácora, yo ya los conocía), así que le pregunté por algunas cosas en específico y posterior a eso me sorprendió que cuando menos me di cuenta yo ya estaba hablando también sobre aspectos de mi vida de los cuales no había comentado con nadie en mucho, mucho tiempo.
Si tuviera que reseñar la charla que Ale y yo tuvimos en medio de ese café, diría que se resume a 3 temas súper importantes: La Amistad, El Amor y Los Blogs.
Mientras Ale me expresaba sus puntos de vista y me compartía algunas de sus vivencias, me di cuenta de que en esencia, ella era exactamente como yo la percibía en su blog y por eso tenía también muchas ganas de conocerla, pero por otro lado, era una verdadera lástima que ambas viviéramos en ciudades diferentes y tan distantes, porque de no ser así seguramente podríamos llegar a ser buenas amigas.
Yo no me quería ir, pero tenía que regresar de nuevo al hotel y pasar por la lavandería por una ropa que había dejado para no regresar con las maletas llenas de ropa sucia. Antes de salir del café, Ale me regaló una pulsera de bolitas color naranja, que en varias de sus caras tenía impresa la imagen en “Caricaturita” de la Virgen de Guadalupe que tanto me gusta.
Ella sin saberlo y sin conocerme le dio justo en el clavo, porque me encantan las pulseras tejidas o de madera y muy artesanales, y curiosamente yo también le regalé un llavero con la imagen de esa misma Virgen (que me enteré por su blog hace un par de días), ahora resguarda las llaves de la casa nueva a donde ella y su familia se acaban de mudar.
Al salir del café, volvimos a perdernos entre la gente y el bullicio de las calles conversando. Retomamos el punto inicial de nuestro encuentro, donde una vez más fue inevitable para mi, “rehuir” a algo que detesto tanto: “Las Despedidas”.
En la escalera de entrada a la zona del metro y justo a un lado de Bellas Artes, Ale y yo nos despedimos con un gran abrazo y una sonrisa que –al menos en mi- disfrazó el sentimiento de nostalgia de pensar ¿si alguna vez volveré a verla otra vez?... No lo sé, ojalá que sí, pero si no sucede así, sé que a pesar de la distancia seguiremos compartiendo cosas (no de forma tan cercana), porque la semilla de amistad ya fue sembrada desde tiempo atrás.
Encuentro y Reencuentro con Amigos en el Restaurant del Edificio Santa Fé
La lluvia –como había sido en las últimas horas- una vez más otorgó una tregua, que a mi apenas si me dio tiempo de permitió volver al hotel, luego a la lavandería y minutos más tarde, volver a recorrer la Avenida Guerrero y atravesar El Paseo de la Reforma para llegar al siguiente punto de encuentro.
Cuando llegué al restaurant (ubicado en el primer piso), Oscar y Dora ya estaban ahí. Fue una sensación extraña, porque al mirarlos a los dos ahí esperándome, me dio la impresión de que el tiempo se detuvo desde que en compañia de muchos chavos y chavas “Pausinimaniacos” estuvimos ahí para compartir el pan y la sal.
La charla con ellos en esos primeros minutos (y posterior a haber ordenado algo para beber), consistió en ponernos al día con más detalle de todo cuanto sucedió en nuestras vidas durante los últimos meses. Siempre hemos estado en contacto, pero rara vez profundizamos, puesto que entre nosotros, casi todo gira en torno a Laura Pausini, la persona que nos unió y nos regaló a través de su música ese lazo de amistad.
Unos minutos después apareció Erika, una chica que conocí a través del foro del sitio oficial de Soraya. A pesar de que no sabía cómo era físicamente, en cuanto la vi en la entrada, supe que era ella. Y todos le hicimos señas para hacerle saber que en la mesa al final del pasillo y pegada al borde de la escalera era la reunión.
A esa hora Erika venía de su trabajo. En cuanto le presenté a Oscar y a Dora comenzamos a hablar un poco acerca de como nos conocimos en el foro de Soraya y ella le contó un poquito a mis antiguos amigos, como fue que dio con mi blog y se dio cuenta que yo era la misma chica que andaba siempre “husmeando” y dejando mensajes en el foro, y al hablar de eso, ella dijo que “Yo era famosa en el foro oficial”, afirmación que me sorprendió, debido a que eso era algo que ni siquiera sabía.
Hasta ese momento, estabamos reunidos en la misma mesa, dos fans de Laura Pausini, una chica bloguera y una fan de Soraya.
Erika, al expresar con cierta nostalgia que pocas personas tuvieron la fortuna de conocer a Soraya en persona y presenciar alguno de sus conciertos, me dio la impresión de ser una chica seria, que se toma las cosas con bastante responsabilidad. Ella asegura que no, pero al menos esa fue la impresión inicial que a mi me inspiró.
Mientras la escuchaba conversar con Oscar y Dora, yo pensaba en que me hubiera gustado tener más tiempo y más días disponibles en la Ciudad de México, para poder tener la posiblidad de conversar con todo el tiempo del mundo y más en privado con ella.
El tiempo transcurrió muy rápido y Tere Chacón (del bloger de Los Beatles) no aparecía por ningún lado, entonces Oscar y Dora me decían en tono de broma que era probable que ella tuviera hoooorasss en el restaurant italiano que estaba ubicado frente al de nosotros, esperando también a que yo me dignara a aparecer.
Me levanté de mi lugar con toda la intención del mundo de ir hasta el local de enfrente para averiguar si de verdad Tere se encontraba allí esperando, y no sé porque en ese instante se me ocurrió revisar mi celular.
Ahí me di cuenta que tenía varios mensajes y llamadas perdidas de Tere, avisándome que no encontraba ningún restaurante con el nombre que yo le había dado y que tenía ya rato esperando en el exterior del edificio.
Un hueco en el estómago y una sensación de nervios, mezclada con desesperación se comenzó a apoderar de mi, al contemplar la sola idea de que esos mensajes tuvieran ya mucho tiempo en mi buzón (y como yo nunca le cambié la hora al reloj del celular, y en el DF es una hora más tarde), obviamente había pasado un buen lapso desde que mi teléfono los recibió y muy probablemente Tere se hubiera ido ya.
Afortunadamente esa sensación me duró muy poco, porque recién me había levantado de la silla, cuando en la entrada del restaurante reconocí a Tere, acompañada de otras dos chicas que minutos más tarde supe que eran sus hijas, y preguntando a uno de los meseros (quizá por la mesa donde se llevaba a cabo nuestra reunión).
Ahora si estábamos todos completos. Tras las presentaciones iniciales, se dio una química muy padre entre todos los asistentes. Tere y yo hablamos un poco de como nos conocimos en el medio bloguero, mientras que Oscar y Dora escuchaban con mucho interés todo lo que Tere nos compartió acerca de como terminó convirtiéndose en una de las pocas conferencistas profesionales en el mundo Beatlero.
Es curioso, en todos estos años en que Tere y yo habíamos tenido comunicación a través de las recíprocas visitas entre su blog al mío, nunca me hubiera imaginado que ella, a pesar de ser una mujer de personalidad muy fuerte y que te impacta desde el primer instante en que la conoces, transmite también que es una mujer demasiado honesta y con una gran sensiblidad.
La verdad yo estaba fascinada, presenciando como en ese encuentro en medio de un restaurant que nos resguardaba de una lluvia que se tornó intensa a medida que avanzó la noche, todos hablaban como si se conocieran de toda la vida y lo más padre era que yo había sido –por así decirlo- el vínculo de conexión que en esa noche propició que las historias y las vidas de todos ellos coincidieran por unas horas.
Tere muy amable, invitó a todos a un evento que tendría lugar el fin de semana siguiente y de ella en particular me conmovió que llevara a La Srita. Lennon y a Wendy para compartir junto a todos nosotros esa velada tan agradable y todas las cosas tan lindas que comentó con Dora, Oscar y Erika acerca de mi.
No tengo palabras para expresar mi agradecimiento a cada uno de ellos, no sé si se dieron cuenta, pero esa noche, todos ellos en conjunto, me hicieron sentir después de mucho tiempo una persona muy, muy especial, porque además de “desbaratarme” en sobremanera el detalle de que –al igual que Alejandra- cada uno dejó en esa tarde todas sus actividades cotidianas para darse un tiempo y trasladarse desde el punto de la ciudad donde vivía (sin importar que fuera de extremo a extremo), para atender a mi llamado y acompañarme a esa reunión; me llenó muchísimo el hecho de que en esa noche pudiera existir la posibilidad de un lazo de amistad entre todos ellos.
Reunión de amigos: (De Izq. a Der.) Daniela "La Srita. Lennon", Oscar, Dora, Yo, Tere, Erika y Wendy.
Una vez más llegó el momento de la despedida. La lluvia afuera se apoderó de las calles y de la noche por completo, y posterior a tomarnos una foto todos juntos, Erika terminó de desbaratarme el corazon al regalarme un poster de Soraya y un demo con el sencillo de la canción “Cómo Sería”.
Como fan de Soraya me imagino que ella tiene una idea, (aunque desconozco hasta que extremo), pero fue un detalle genial que nunca voy a olvidar, precisamente porque material de ese tipo –y sobre todo tratándose de Soraya- no es algo que se pueda conseguir con tanta facilidad.
La noche terminó cuando bajé del auto de Erika y sólo pude despedirme de Oscar, que en medio de la lluvia que arreciaba y no cedía fue el único que se bajó del auto para cambiarse al asiento de enfrente para que Erika no emprendiera el camino de regreso sola.
Después de darme un baño y sin poder dormir por tener el corazón a tope y acelerado por todas las emociones de esas últimas horas, me fui al lobby de hotel a escribir todo en el cuaderno del Hippo. Ahí me encontré con varias de las personas del grupo con las que yo estaba realizando ese viaje, y la organizadora me decía con un poco de risa, que durante toda la estadía en la Ciudad de México a mi nadie me vio el polvo ni siquiera por equivocación.
No se porque razón, varias de esas personas se enteraron de que yo era fan de Laura Pausini y cuando menos lo pensé, la pequeña estancia de sillones rojos ya estaba llena de gente preguntándome cosas acerca de ella (como si de verdad yo la conociera), y de las anécdotas que en los últimos 10 años he vivido junto a “Los Faenzos” como fan.
Esa noche me fui a dormir, cansadísima –la verdad sin muchas ganas hacerlo-, pero volví a expermientar después de mucho tiempo lo que es irte a la cama sintiendo como digo yo: “El corazón tan lleno”, de saber que a veces no te das cuenta, pero hay personas en las que verdaderamente has logrado sembrado algo, y por ser tan afortunada de que gracias a Soraya, Laura Pausini y los blogs, he conocido lo que es LA VERDADERA AMISTAD.
El día terminó ahí, y eso fue lo más padre que he vivido en mucho, mucho tiempo… La estancia en la Ciudad de México concluía hasta el siguiente día, pero apenas estábamos por iniciar la segunda mitad del viaje.
Comments
CHICOS AMIGOS DE MARTHA: LES QUIERO AGRADECER POR TODO LO QUE LE HICIERON VIVIR, ELLA SE LO MERECE, OJALÁ AHORA SI PUEDA CREERSE TODO LO QUE YO LE VENGO DICIENDO HACE MÁS DE UN AÑO, CREO QUE USTEDES SI LO LOGRARON!!!
FELICIDADES!!!!!!
Y yo también coincido con vane y los demás en que eres especial y tienes un talentazo para escribir, apoyo la moción de que te la creas! ;)
Que tengas muy buen fin de semana (acá hace un caloronnn que uff)
Un abrazo Martha!
saludos
aqui visitando
orale que padre conocer a los amigos del ciberespacio
eso esta bien genial
sale cuidate muchote
byE
Bueno antes que nada coincido con Vane de que si eres especial y de que te la creas :)
Y como siempre que buen post me
encanta como escribes, para mi fue un gusto haberte conocido y estar en esa reunión me la pase super bien escuchando y conversando con los fans de Laura Pausini y de los Beatles fue muy divertido e interesante.
Y bueno si sé que significa el tener un poster de la grande Soraya. (Es un tesoroo!!!)Que bueno que te gusto!!
Gracias por platicarme tu experiencia cuando la conociste me dio nostalgia pero también alegría!!
También me hubiera gustado platicar más contigo pero bueno ya habrá otra oportunidad..
Espero que regreses pronto y bueno seguimos en contacto.
Un abrazo y saludos
Saludos!