50 Días (Día 7).


El primer día de Marzo me regaló varias cosas y me llenó el día con imágenes...
Por la mañana, cuando iba en el camión, vi a través del espejo retrovisor a un niño pequeño que parecía que estaba triste... Tenía un dedito machucado y llevaba entre las manos un carrito de juguete. Yo iba casi a un lado de él, pero en todo el tiempo que permanecí ahí (porque ese trayecto es muy cortito), él nunca volteó a mirar a nadie; sus ojos estaban concentrados en darle vuelta a una de las ruedas.

Yo creo que su papá era el chofer del camión, y todavía un buen rato después de que me bajé de ese camión para caminar hasta la terminal donde tomo otro; me quedé pensando ¿por qué razón ese niño podría estar triste?... Si en un adulto la tristeza es algo gris, en un niño, ese color ni siquiera debería existir.

La siguiente parte del camino, me fui anotando frases que fui descubriendo a cada paso y que me dieron la idea para una pequeña historia medio imaginaria y medio real...

A la hora de la comida, me compartieron una canción muy especial y ese tipo de cosas alimentan la imaginación y llenan tanto el alma; y entre las cosas que aprendí hoy, está el hecho de haber descubierto que la basura, también se acumula en la mente; y vaciarla ayuda bastante, no sólo a que las cosas que pasan a tu alrededor no te afecten; sino también a vivir de un modo más intenso el presente, que a final de cuentas es lo único con lo que cuentas...

En resumen, aunque pareciera que fue un día normal y rutinario; creo que me vi como una mujer diferente, y eso me gustó.

Cierro el día pensando en que a mi familia ha llegado hace poco menos de 14 días un nuevo integrante; mientras otro más, que en otro tiempo fue distinto; lleva mucho tiempo queriéndose ya ir... Caigo en la cuenta de esto y no puedo dejar de pensar en esos resquicios entre nubes, que hacen visibles de cuando en cuando esos rayos tan definidos de luz que parecen escaleras de acceso y descenso del cielo a la tierra y viceversa... 

Entonces me pregunto si el alma cansada de mi tío y la de Ximena, (que recién ha estrenado su disfraz de humano), no se cruzaron en algún punto del camino... Tal vez si, pero creo que es un poco tarde para estar pensando en eso... Hoy es el 1er. día de un nuevo mes, y me quedan 43 más para seguir encontrado lo que vale la pena, a través de las cosas más sencillas.

Gracias por todo el aprendizaje, las imágenes, los pensamientos y las cosas compartidas que recibí hoy.

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Seguimos en la ruta, y por lo que veo a pesar de los matices algo tristes la meta está ahí con cimientos firmes.

Lamentablemente los niños con más frecuencia conocen el color gris y la tristeza mucho antes de tiempo.

Vamos por un día más!

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