Seis Meses...

                                                                                                      Fotos: Victoria Naranjos.

Melissa:

Y los días se siguen sumando y tú sigues creciendo... En estos días he estado recordando que parece que fue ayer cuando apenas eras algo tan pequeño, y aún así, una llamada telefónica nos anunció que habías decidido emprender el viaje para llegar hasta aquí...

Ya han pasado alrededor de 150 días desde tu llegada, tiempo más que suficiente para que:

- La luna se acerque mucho más a la tierra después de mucho tiempo, tan sólo para venir a velar tu sueño.

- Una casa se haya llenado con los colores de los peluches y juguetes, que desde que llegaste tú se han ido instalando por todos los rincones.

- Alguien experimente lo que se siente en el alma, cada vez que tú miras y con tu sonrisa le derrites.

- Se pueda entender lo que es ver muy de cerca a una mamá, intentar por ti, ser cada día mejor.

En seis meses... Mirarte a ti abrir los ojos cada mañana puede ser una experiencia tan mágica como diferente... Es también la enorme bendición de saber que no importa lo que haya pasado en el día; porque para tus padres, llegar a casa, contigo al lado, es reconocer no sólo que Dios se hace presente en todo momento, sino que además la vida tiene ahora un nuevo sentido, porque en ella ahora estás tú.

Es increíble pensar como alguien tan pequeño puede ser capaz de transmitir tanta fortaleza, y en un lapso de 6 vueltas exactas al calendario, regalar mucho más de lo que un adulto te podría dar a ti en una vida entera...

Tenemos mucho tiempo por delante... Pero eso no significa que quienes estamos alrededor de ti podamos confiarnos... Se puede escribir tanto, tan sólo para hablar de toda la ternura que inspira el brillito de tus ojos, y hay también tantos cuentos e historias fantásticas, que quisiera recopilar para sentarme junto a ti un día y empezarlas a contar.

Mientras tú sigues creciendo, yo sigo buscando acá los colores y pinceles con los que le daré forma a las criaturas mágicas que estarán en ese cuento que aún no te he escrito; y preparo también montones de hojas sobre las que te seguiré escribiendo cartas, tan sólo para contarte como son las cosas sobre las que más adelante te dará curiosidad y comenzarás a preguntar.

Es muy tarde ya, para contarte que: "Había una vez una pequeña princesa a la que le encantaban los cuentos que nunca terminan"... Te mostraría la página de mi cuaderno, donde el dibujo en el que ella aparece, un día, así de la nada vino y se instaló porque quería que justo a ti te contara esa historia... Pero aún eres muy pequeña y ya habrá tiempo para que descubras un día -además de ese cuento- la magia de poder abrir un libro con tus propias manos... 150 días apenas son muy pocos... Así que vamos por más...