Para Soraya...
Domingo 29 de Enero, 2012.
Como ya se ha hecho costumbre, estoy aquí escribiendo de ti entre mis páginas. Los que me conocen saben lo importante que has sido desde siempre en mi vida; porque al igual que todas esas personas que tal vez ni siquiera alcanzaste a mirar directo a los ojos, a pesar de la ausencia física; estás tan presente en todo lo que rodea lo cotidiano...
Por muchos años (incluso aún después de tu partida); me has acompañado tantas veces en el camino de regreso a casa. Por las noches es como si te sentaras con tu guitarra a cantar en una silla mientras yo termino los quehaceres de la cocina; y también durante incontables madrugadas tu voz y tus letras han estado ahí, incluso en los momentos más solitarios y silenciosos cuando al alma no le apetece hablar.
No siempre te escribo, pero siempre te pienso... La última vez que te vi fue en un sueño hace no tanto tiempo, y me dejaste pensando durante muchos días, porque a pesar de que en apariencia era algo irreal, sin que ni siquiera yo me lo esperara esa noche, fue hermoso volver a verte; pero fue muy duro también porque me sacudiste por dentro, pues en medio de la madrugada veniste a decirme las cosas exactamente como son...
En estos últimos meses; diferentes cosas que han pasado allá afuera y se relacionan con mi trabajo como reportera me han llevado a tenerte todavía mucho más presente, recordar lo que fue tu incansable lucha y la fortaleza de tu espíritu, (aún cuando tu cuerpo estuviera demasiado débil)... La lección tan grande que aprendí de ti: Valorar la vida, sin importar en medio de que circunstancias estés.
No sé si en el lugar en donde estás ahora te das cuenta de todo eso... A veces pienso que sí, porque de alguna forma siempre te haces presente cuando uno más te extraña o también te necesita... Hace apenas una semana atrás una noche antes de dormir y mientras rezaba me quedé pensando en ti y fue como si con la voz del pensamiento te hubiera planteado algo que pasó en el lapso de esa semana y me ensombreció por dentro.
Yo siempre te lo he dicho y lo he pensado... Hace poco más de 4 años, tal vez de algún modo conspiraste desde donde estás para que Dios me hiciera uno de los regalos más grandes que he recibido en mi vida; pero al parecer lo sigues haciendo; porque justo cuando parecía que ya nada podía hacerse para solucionar algo que dolía (y mucho); en el camino las señales se mostraron claras para indicar cuál es el camino a seguir.
A veces pienso que Dios, por esa razón te dejó aquí por tan poco tiempo; porque sabía que a pesar de que a muchos nos ibas a seguir haciendo falta y tampoco habría manera alguna de llenar el vacío que tú dejaste; al mandarte llamar a su presencia, todo lo que dejaste aquí iba a ser mucho más grande y especial de lo que te habrías imaginado, precisamente porque después de partir todo lo que tú hiciste en vida, iba a llegar a lugares y personas que ya nunca conociste.
Por eso quise escribirte en esta noche... Porque a pesar de que yo no sé como hacer llegar esta carta hasta el lugar donde te encuentras, necesito contarte que en estos últimos 3 días he visto el alcance y lo reconfortante que pueden las palabras que dijiste hace tiempo en la vida de alguien que quizá las necesita.
Allá afuera hay tanta gente pidiendo que la escuchen y con el alma tan frágil (como yo pensé que sólo era la mía)... Por eso siento la necesidad de hacerte saber que gracias a ti he aprendido entre ayer y hoy que se puede regalar tanto teniendo tan poco entre las manos; porque hay regalos que se vuelven muy valiosos, cuando llegan a tiempo a la vida de alguien que lo necesita; y eso fue lo que tú hiciste, reglar trocitos de tu alma envueltos en canciones; pero también fuiste capaz de regalar parte de la vida que ni tú misma tenías ya; para ayudar a alguien más.
Es muy curioso, porque en todos estos años también he visto que cuando alguien dice "seguir tu ejemplo" se vuelve presuntuoso y es como si se pusiera un saco que además de que no le va, le queda muy grande... Las grandes batallas y los más grandes triunfos se logran de manera silenciosa, (y eso tú lo supiste mejor que nadie); y de esa manera continuas mostrándonos las lecciones más grandes de vida, a pesar de que ya son casi 6 años desde que te fuiste de aquí.
Yo no soy ni seré nunca tan especial como lo fuiste tú; pero sé lo valioso que es cuando alguien te regala aunque sea un ratito de su día o hace un alto en el camino para hablar contigo, mirarte a los ojos y preguntarte con toda la transparencia con la que te puedes ver a ti mismo reflejado en su mirada: ¿Cómo estás por dentro?, o ¿En qué te puedo ayudar?...
Que alguien te ponga atención se vuelve mucho más valioso que aquello que pesa o brilla... Gracias por haberme enseñado eso en tan pocos días, por regalarme un pase para viajar en el mismo barco donde viajan los ángeles que no tienen alas, donde el que busca encuentra, y donde al final del día la palabra ayudar, cobra un real sentido y valor... Gracias por mostrar el camino de regreso hacia la vida de alguien; y el sitio que sin tener un punto definido en el mapa; cualquiera puede llegar hasta ahí y aunque quizá lleve sus propios parches en el alma; podrá encontrar también una razón para creer...
No sé lo que pase, ni si llevo poco o mucho en el alma y entre las manos... Sea como sea, gracias por hacerme parte de esto y volverme a elegir para incluirme en este viaje...
Comments
hermoso post, seguramente Soraya lo lee desde el cielo =)
Siempre se puede aprender, siempre se puede dar un poco más, y siempre se puede estar aunque sea en sueños, en la distancia o en el mismo lugar.
Todo puede suceder y más si está Soraya de testigo y cómplice.
Gracias por todo!
Cada día aprendo un poco más de Soraya y me da por escuchar su música cada que vengo ;)
Un abrazote