Bitácora de Viaje: Día 6: Último Día en México.

Miércoles 14 de Septiembre, 2011.
El último día en la ciudad de México fue de aprovechar cada hora al máximo y caminar entre calles después de tanto tiempo, sin cargar nada en la espalda.

En una ciudad que no es mía, me sentí después de mucho tiempo libre... Yo había ido a buscar algo -como lo he hecho tantas veces- y lo encontré en "El Camino de En Medio"... La única ruta que desde entonces se convirtió en mi principal herramienta para lograr un equilibrio y dominar esa parte de mi tan oscura que a veces no consigo del todo no mostrar...

Yo no sé si a ti te pase, que cuando escribes o recuerdas de repente todo lo que sucedió durante un viaje, en tu interior todo lo que hiciste se refleja como una película en la que tú mismo te ves como si fueras una persona distinta, un personaje más... En mi caso, en una pequeña libreta que permaneció en uno de mis bolsillos todo el tiempo, yo fui escribiendo la historia de una chava eternamente solitaria, pero que por primera vez se vio a si misma como nunca antes quizá nadie más la vio, ni la verá.

Luego de algunos días en que la paz y la espiritualidad se materializaron en un personaje lejano y  también una noche sobre el escenario de un teatro; fue muy curioso, porque para el personaje principal de esa historia, el último día fue de confrontar miedos... Algunos todavía "no dominados" del todo y de tomar la decisión de empezar a pensar después de tanto tiempo primero en ella, antes que en alguien más.

Escultura del artista Sebastian, mi punto de referencia en el D.F. desde hace varios años... De ahí parte siempre mi camino hacia todos los destinos...

La mañana siempre disipa cualquier indicio de nostalgia. Para mi el día comenzó muy temprano y tras desayunar y recorrer una buena parte del centro histórico en pleno corazón de la capital de mi país, el primer punto en el recorrido del día sería Chapultepec.

No creo que haya sido la prisa, pero curiosamente ese día no atrapé en papel tantas notas...Quizá era que debía aprovechar cada minuto y concentrar los sentidos en todas y cada una de las cosas que iba a encontrar en el camino para atraparlas adentro de esa pequeña cajita digital que tantas veces ya me ha ayudado a robar trozos de instantes y tiempo.

Para mi el último día fue eso... La verdad no hubo tantos pensamientos -algo que es poco habitual en una cabeza tan descocada como la mía- y con cada paso que iba dibujando el trayecto hacia mi destino, en mi interior estaba la convicción de que dentro de la Bitácora de Viaje, sin importar el número de página que fuera, las imágenes debían hablar mucho más que las letras y palabras.
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Los primeros pasos en el Centro Histórico...
Avenida Paseo de La Reforma (al fondo se aprecia la Torre Latinoamericana).


Escolta haciendo guardia... La chica sonrió cuando vió que me acerqué a tomar la foto.

Monumento a La Revolución, lugar donde Luis Donaldo Colosio pronunció su célebre discurso.

De camino hacia la estación del metro, tropecé con  El Teatro Metropolitan, lugar que guarda tantos recuerdos tan padres... Cuando lo ví de camino, me detuve un instante en la esquina y entendí que un sueño no realizado y que nunca va a ser posible se desvaneció para siempre allí... Fue hermoso por un tiempo guardarlo en el corazón y contemplarlo como posibilidad, pero ahí mismo lo dejé ir.
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Chapultepec

Llegué a Chapultepec por una ruta distinta, lo que me permitió caminar un rato por las inmediaciones del lago. El primer punto esa mañana era el famoso zoológico, y de camino ahí, cuando iba en un microbus, se subió un muchacho que iba al lado mío y así de la nada sacó de su mochila una piedrita y me la dió. Me llamó mucho la atención porque me dijo que no tenía ningún poder curativo ni tampoco ningún encanto especial, su idea era únicamente juntarlas y regalarlas a la gente. 

Ese trozo de roca que no era ambar, pero si era de un color padre, se quedó en mi mano mucho más tiempo de lo que duró el trayecto de ese chico. Mientras lo escuchaba, pensé en que desde hace mucho tiempo yo cargo un par de piedras siempre en una bolsita con cosas personales que llevo siempre en la mochila, y tan sólo por el hecho de que ese chavo desconocido hizo referencia a la vibración con la que alguien te regala algo, esa piedrita se sumó a las otras dos rocas que ya llevo conmigo, y viaja desde entonces resguardada en el interior de un monedero casi siempre vacío y con zipper.


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Zoológico de Chapultepec







Tortugas Caramelas... ¿Empanizadas?
El zoológico está dividido según el habitat de las distintas especies... ¿Se imaginan a cuál se metió Martuchis primero y sin pensarlo dos veces?... Al desierto ¡Obvioooo!!!!




Como a la media hora de haber entrado, me di cuenta que como era una mañana calurosa, la mayoría de los animales estarían en sus respectivas guaridas... Así que realmente no pude hacer gran cosa con las fotos, pero pues como ya estaba ahí, ni modo que me fuera, así que seguí recorriendo el parque lo más rápido posible para aprovechar el tiempo.



Un rinoceronte enseñando su trasero... No quiso voltear ni mostrar más.



Esa masa voluminosa  que se ve en el agua, era un hipopótamo que se la pasó pujando y nunca se asomó al exterior.
¿Qué estarían viendo todos tan atentos?


Zzzzzz....













En este lugar había una sección especial con un insectario... Creo que ahí fue donde confronté y me di cuenta de la magnitud de uno de mis más arraigados miedos... En la parte final de este espacio había un lugar donde había mariposas, y aunque me hubiera encantado verlo, para poder llegar ahí tenías que atravesar toda el área donde se encontraban los insectos y animales ponzoñosos... ¿Se fijan que en la mesa hay recipientes tipo pecera?... Pues bueno, el contenido no era precisamente peces... Dentro de ellos había escorpiones, tarántulas, arañas y eso fue motivo más que suficiente para que ni siquiera me acercara ahí... El muchacho que está de pie era el encargado de invitar a la gente que pasaba para que entrara a esa sección especial del zoológico, y le dio risa cuando de "lejitos" y amablemente desistí de su invitación... Me hubiera encantado ver las mariposas, pero en ese lugar y en ese momento descubrí que mi aversión hacia cierto tipo de insectos es mucho más grande de lo que yo imaginaba...


Lo más bonito de Chapultepec ¡El oso panda!

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Castillo de Chapultepec
El siguiente punto del recorrido fue el Castillo de Chapultepec. Yo ya había estado ahí, pero la última vez que lo visité (creo que en el 2009), estaba lloviendo, y me quedé sin conocer toda la parte del Álcazar y el área donde se encuentra todo lo que perteneció a Carlota y Maximiliano, así como a Porfirio Díaz (que era lo que más me interesaba)... El problema es que aunque todo (el zóologico, el bosque, el lago, etc.) se encuentra dentro de la misma área, las distancias que hay entre un lugar y otro son inmensas... No existen carritos que te den un recorrido o algo por el estilo y si tomamos en cuenta que yo llevaba desde temprano caminando, A la hora en que llegué a las faldas del Castillo ya estaba súper cansada y lo que hice fue esperar el trenecito que te sube hasta la entrada principal de ese legendario edificio histórico.

Mientras iba caminando me puse a pensar en que en la época de Porfirio Díaz o cuando los archiduques de Austria habitaron Chapultepec, no me quiero imaginar como terminaría al final del día la gente que estaba a su servicio y que era encargada de acarrear agua (cuando aún no había sistema de drenaje) o la comida... Sería interesante averiguar sobre eso...




Murales en el interior del castillo que reflejan la época de la Revolución.



Cuantos ecos de voces de otros tiempos resguardan estos pasillos...



Desde arriba del Alcázar.

¿Cómo será la percepción del tiempo en este lugar?
Mural que refleja la época en que gobernó Benito Juárez.
Carruaje que perteneció a Benito Juárez.

Porfirio Díaz (mi personaje favorito de la historia de México).
Carruaje que perteneció a Carlota y Maximiliano y luego a Porfirio Díaz.


¿Les recuerda algo este vestido?... Si, ya sé que tenemos una historia pendiente... No se me ha olvidado.
La vista desde El Castillo de Chapultepec es hermosa.
El pasado y el presente divididos por un bosque nada más...
Ciudad de México
Comedor de la época del Segundo Imperio.
Así vivían en la época de Maximiliano y Carlota.
Paseo de La Reforma y El Bosque de Chapultepec visto desde El Castillo.
Esta foto me gustó...
La Archiduquesa María Carlota Amalia.


Los pianos que pertenecieron a Carlota y Maximiliano.... Tal vez más adelante cuente su historia.

Sala que usaron en alguna época los archiduques.
Maximiliano de Habsburgo.
Recámara de Carlota.

Muy interesante esto para averiguar más sobre el tema...

Después de que el Castillo fue declarado edificio histórico y ya no fue residencia presidencial, en este salón se reunía el Presidente Plutarco Elías Calles con su gabinete.
General Porfirio Díaz
Fuente del Chapulín.
El Castillo desde el exterior...
Jardínes exteriores.
El lago de Chapultepec visto desde El Castillo.
Hermosa la vista desde cualquiera de los cuatro puntos cardinales.
Todo el tiempo que estuve ahí pensé en Fernando y Margarita...

Esta ventana me daba la idea de que era un portal en el tiempo.
El Alcázar del Castillo.
Aquí me imaginé caminando a Fernando y Margarita y se me ocurrió otra historia...
Ya afuera del Castillo esperando al trenecito para bajar... Estaba exhausta...
En la parte baja del Castillo, ya de salida...
La bandera más hermosa del mundo.
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De regreso al Centro Histórico...

La tarde se esfumó como arena entre las manos, salí tarde del Castillo, fui a comer y aunque el plan era visitar el Museo de La Memoria y Tolerancia, donde estaba la exposición del Tibet que el Dalai Lama había inagurado, cuando llegué ya estaba cerrado el museo y ya no lo pude conocer (se quedó pendiente para la próxima visita a México).

Como ya era tarde y al día siguiente mi vuelo a Ciudad Juárez salía muy temprano, ya no me podía ir a otra parte, tenía que regresar temprano al hotel y lo que hice fue turistear una vez más en el Centro Histórico, pero ahora hacia un punto donde no había dirigido mis pasos durante todas las veces que he estado en México, y esto fue un poco de lo que ese día encontré...



Figuras afuera del Museo de La Memoria y Tolerancia.

Museo de la Memoria y Tolerancia.
Chavos que me encontré bailando afuera, casi frente al Hemiciclo a Juárez.
Sin palabras... La gente que más gana y menos trabaja...

El famoso Teatro Lírico.. ¡Wow!
Lo único que no encontré cerrado a esa hora fue El Colegio de San Ildefonso, donde había una exposición de José Saramago... Lo primero que me vino a la mente fue "El Viaje del Elefante"...

Entrada Colegio de San Ildefonso.
En este edificio estuvo albergada alguna vez la UNAM.



El antiguo Colegio de San Ildefonso, lo primero que me vino a la mente al estar ahí fueron los mitos y verdades que contó la directora del Museo Anacahuali, sobre la época en que Diego Rivera y Frida Kahlo pasaron tiempo ahí.


La Torre Latinoamericana y yo tenemos una historia pendiente por contar...

El edificio de Sears frente a Bellas Artes (en la parte de arriba hay un restaurant que también me quedé con ganas de conocer).
El día se estaba terminando, y antes de que oscureciera fui de nuevo a sentarme un ratito en Bellas Artes para despedirme de la ciudad. Esa tarde ya no hubo notas, tampoco cartas, sólo un par de historias en la mente que se quedaron pendientes y espero que no se pierdan en el olvido y con el tiempo... Al día siguiente había que volver muy temprano, pero antes de poner punto final a la última nota de la Bitácora de Viaje, quedó como siempre esa sensación de nostalgia que acompaña a las despedidas y que deja también una interrogante... ¿Cuándo nos volveremos a encontrar?... La respuesta está en el aire y sólo Dios la sabe interpretar...
"Los viajes son como el amor. Cuanto más lejos vas, más recuerdos te dejan".

Comments

Tus viajes son tan intensos como a la hora de compartirlos, no sólo por tu relato tan preciso, también por eso que se dice sin palabras y son las imágenes que plasman cualquier vivencia, sentimientos, emociones, o un lugar determinado.

Desde la primer bitácora hasta la última el resultado fue muy positivo, este tipo de viajes como el que hiciste siempre dejan cosas buenas, a pesar de que a veces te acompañe por momentos la nostalgia todo suma a la hora de juntar instantes para llenarte de nuevas experiencias, y hacer de cada paso en tu recorrido algo que valga la pena guardar para siempre y sobre todo querer compartirlo.

Seguramente vas a volver, sé que vas a volver y no sólo al DF.
ѕocιaѕ said…
Que padre, México brinda muchas opciones, muchas más de las que creemos justo hace rato leía sobre eso, que por ejemplo la gente del extranjero cree que la ciudad de México es un caos, y dicen ellos que sí, así es, pero aunque suene tonto es un caos en el buen sentido, puedes encontrar cualquier tipo de actividad y disfrutar de sus calles.
Que bueno que tengas la oportunidad de conocer y así mismo nos permites atraves de los pots también conocer un poco más

Saludotes

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