El Viaje "Al Revés"...
Caminé hoy, en busca de un futuro incierto. Aún no era mediodía y en algún punto del camino me encontré con el reflejo brillante de sus ojos... Las dos conectamos de inmediato a través de un cristal transparente, y fue apenas un instante en el que la barrera del tiempo se disolvió...
Yo me quedé ahí y dejé de ser yo para viajar en su interior. En ese disfraz que hace tantos años usó ella, y aunque al principio se sentía un poco estrecho, dejaron de pesarme algunas cosas que se quedaron de pie, ahí junto a mi, esperando a unos cuantos kilómetros de la estación.
...Reviví entonces la sensación del borde frío, mientras con los brazos recargados miraba a través de sus ojos de sorpresa la ventana... Las infinitas ganas de ganarle al sueño, para no perder ningún detalle del paisaje, aunque del otro lado del cristal estuviera ya oscuro, inmersa por completo en la aventura de "El Viaje Al Revés"...
Aún sin tener noción del tiempo, la travesía allí podía parecer eterna... Estando en su interior recordé que en el equipaje y siendo tan niña, ya llevaba un trozo de nostalgia; ese que podía hacer que los ojos se humedecieran tan sólo al recordar que Papá y Mamá se habían quedado junto a su propia despedida en el andén.
Pero a esa edad la tristeza se evapora al igual que un monigote pintado con el dedo sobre el cristal empañado... Ahí me di cuenta que nunca supo ni llegaría a dibujar muy bien, pero con el paso del tiempo compensaría en forma de letras, ese frustrado deseo de plasmar en forma gráfica todo lo que ya desde entonces llevaba en su imaginación.
Durante el viaje nunca se dio cuenta que yo era ella... No sé si fue porque aún era demasiado pequeña o porque jamás se imaginó que sería una mujer como la que yo soy ahora, o si fue nada más que se hallaba demasiado inmersa en su pequeño mundo pletórico de magia.
Antes de que le ganara el sueño me habló de lo fascinante que puede ser mirar el cielo estrellado si te recuestas por completo en el asiento, mientras el tren recorre el camino empezando por el final.
Todavía no era muy tarde, cuando ella me preguntó ¿si yo conocía algún lugar lejano?... Le dije que sí, y sus ojos brillaron llenos de curiosidad y de ganas porque le contara.
Sonreí en silencio y le dije que estaba ya muy próxima la estación donde yo tendría que bajar, pero la realidad era que no podía revelarle que en el futuro ella volaría hasta un país lejano donde jamás, (ni en su propio mundo de fantasía), imaginó, su propio corazón sería capaz de llevarla.
Pasaba de la una de la madrugada cuando descendí del tren y como este viajaba "al revés" yo volví al punto de partida... Empecé a caminar sobre el riel todavía con la sensación de la tibieza de su frente cuando me despedí de ella con un beso mientras dormía. Pero más allá de ese espíritu de inocencia, me di cuenta que aún así mientras permanecía en el mundo de los sueños, ella me regaló como souvenir de ese viaje al pasado, los recuerdos de una ciudad distinta a la que nunca más he vuelto... Allí donde la leche todavía se vende en frasco, donde una tía que ya no existe y los primos que ya no son pequeños, tienen su casa... En ese lugar donde hay una tele de bulbos que transmite caricaturas y programas que ya no existen... Chihuahua, una ciudad de nombre curioso, ideal para explorar con ojos de curiosidad, porque se pueden encontrar objetos y adornos que están en desuso hoy.
Ojalá otra vez suceda... No sé si en el camino, en un sueño o en un punto intermedio entre lo que ella era y lo que yo soy... No lo sé bien a ciencia cierta... Tan sólo tengo la convicción de que necesito volver a verla para recuperar tanto de lo que sé que en mi dejó.
¡Gracias por hoy!
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