Sueños enterrados en la arena...


Hace apenas un par de semanas volví a estar frente al mar después de mucho tiempo... Por esos días pensé y no pensé en tantas cosas y hoy, así de la nada, (mientras evocaba el sonido del oleaje por las noches); de pronto vino a mi mente también una historia que leí en el libro de Soraya y tiempo atrás recuerdo haber visto antes en algún otro lado que hoy no se precisar.

La historia habla sobre un niño que en una playa que se encuentra tapizada de estrellas marinas, corre de un extremo a otro en un intento desesperado por rescatar el mayor número de estas de la arena, para así lanzarlas de regreso al mar.

No sé porque de repente me acordé hoy de eso. Estaba en casa realizando mis pendientes del fin de semana, pero al mismo tiempo casi podía ver la imagen de ese niño catapultando estrellas desde la orilla de la playa, con la diferencia de que empecé imaginarlas como si estas fueran sueños...

Mi mente materializó de esa forma lo intangible, porque muchas veces pasa que todo aquello que soñamos, deseamos -o vemos como inalcanzable-, con el paso del tiempo se queda en el olvido hasta que el tiempo lo sepulta por completo...

Es así como la desidia hace que se quede incrustado sobre la arena el sueño de aprender a tocar un instrumento, viajar para conocer un lugar increíble o a una persona que se admira, hablar un idioma nuevo, comprarte aquello que deseas o cualquier cosa que represente un sueño... Pero lo más triste es que queden también en el abandono todas nuestras ilusiones y ganas de hacer cosas nuevas o aprender...

Yo siempre digo que la vida es un viaje, y aunque cada persona tiene un mapa distinto para llegar a su destino, si usando nuestra imaginación visualizáramos que la existencia es un camino por la orilla de la playa en días soleados o de tormenta; nos daríamos cuenta también de que no todos los sueños que se han quedado en la arena están perdidos: porque existen también los de otras personas que iluminan el espacio donde se encuentran.

Esta madrugada, o en el instante mismo en que tú lees esto, si caminaras a mi lado por la orilla de la playa, sintiendo las partículas de roca disgregada bajo tus pies, podrías decirme y reconocer: ¿cuáles son los sueños que has ido dejando abandonados en el camino?

¿Podrías rescatar alguno?... Por muy imposible que parezca a veces, yo casi estoy segura que la respuesta  es "Sí"...

Es muy curioso, porque la mayoría de las veces esperamos conocer gente especial, encontrar en el camino alguien que nos haga ver la vida de manera diferente, sin saber que aún cuando hayamos dejado muchas estrellas apagadas sobre la arena de la playa, en nuestro interior llevamos todo lo necesario para encender no sólo nuevos sueños, sino para regalar un poco de LUZ a cada persona que se cruce en nuestro camino. 

Y no se trata de ser una especie de iluminado o ser privilegiado... Las personas que marcan la diferencia son aquellas que de la manera más simple pueden cambiarle el día a alguien con tan sólo regalar una sonrisa, hacerle un favor sin esperar algo a cambio, o preguntando con genuino interés: ¿Cómo estás?

Creo que cada uno de nosotros sabe mejor que nadie, cuáles son esas cosas que podemos hacer para rescatar dentro de una estrella los sueños que hemos ido dejando enterrados en la arena, y del mismo modo ayudar a encender los de alguien más, puesto que nunca sabemos el eco que los deseos bien intencionados de nuestro corazón pueden provocar en el alma de otra persona...

Tal vez en este punto del camino y viendo tantas estrellas varadas en la orilla -y en apariencia abandonadas a su suerte- no sepas por cual de todas empezar... pero como diría Mathias Malzieu en la "Alargada Sombra del Amor": "Usa tus sueños. ¡Y si están rotos, pégalos! ¡Frótalos con tu sombra mágica, ya verás, amigo! Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello y sólido. Hasta el punto de hacer añicos los límites de lo real". 


En conclusión, nunca es tarde para "desempolvar" un sueño que en apariencia ha quedado olvidado... En unas cuantas horas nos espera una nueva semana y con ello, la oportunidad de desenterrar estrellas que terminarán por rescatarnos a nosotros... y ¿por qué no?, quizá también a alguien más.

¡Buen inicio de semana, nos leemos pronto!

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