Lo que siempre quise del amor...

Hace tiempo comprendí que el amor no es permanecer las veinticuatro horas del día juntas, haciendo las mismas actividades ni yendo a todos lados, sin darse un respiro. 

Siempre quise vivir mis propias experiencias y dejar que tú vivieras las tuyas, para que cuando llegara el tiempo de vernos, tener conversaciones interesantes y no perder nunca la capacidad de asombrarnos una de la otra, al imaginar cada aventura experimentada por separado.

Y ese tiempo llegó... Pero también desde entonces hay noches en que deseo estar sola, quedarme en casa y leer, o ver una película acostada en la cama, recién bañada y en pijama, y me encanta que lo entiendes, porque sabes perfecto que no quiere decir que estoy molesta contigo o que algo no está bien, no; sabes bien que es solo que quiero pasar tiempo conmigo. Igual como pasa contigo algunas veces y yo lo entiendo también.

Hay épocas de mucho trabajo, de salir a deshoras, tú de tu escuela o de la oficina, a veces cuando tienes que viajar para ver a tu familia y aunque te extrañe, he aprendido a saber esperarte; haciendo cosas interesantes, aprovecho para cuidar mi apariencia, salgo al cine o a tomar ese café con las amigas que para mi son importantes y hace tiempo no frecuento. 

He entendido que así no te presiono ni me presionas por el poco tiempo libre. Cuando eso sucede y me llamas, sé que lo haces porque en realidad te nace, porque de verdad me extrañas, pero me gusta más escuchar tu voz relajada, sin sentirte culpable de no estar, y es encantador platicar contigo, porque ambas sabemos que yo tendré mucho que contarte al regresar a la normalidad.

Este breve tiempo ha sido así... De ofrecerte un amor abierto, totalmente maduro, franco, honesto, lleno de confianza. Mi mayor deseo ha sido amarte de una manera mucho más sana de lo que lo hice en el pasado con otras personas, lo mejor que puedo… Por eso sé que estás aquí por convicción, y yo lo respetaré por el tiempo que decidas que así sea.

¿Sabes?, no te amaré mucho, ni demasiado, porque eso es un error. No tendré apego ni necesidad; estaré junto a ti, sin asfixiarte ni mimetizarnos en una; quiero que siga siendo como hasta ahora, que al abrir la puerta y me veas, sonrías con la mayor de las alegrías porque ambas somos afortunadas de elegir estar una al lado de la otra. 

Quiero que independientemente del tiempo, cuando estés lejos pienses en mí y te preguntes… ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Qué tendrá para contarme de nuevo? ¿Qué me enseñará esta vez de la vida? porque siempre seremos nosotras mismas, personas independientes e individuales, con sus propias vidas y al final al estar juntas, siempre habrá algo de misterio y novedad.

Estaré contigo durante el tiempo que ambas decidamos estar, nunca te forzaré a permanecer; quiero tenerte por voluntad propia y por un cariño nacido desde el deseo… nunca venido de una necesidad.

Yo sólo te pido… Ámame como hasta ahora lo has hecho, tal como hasta ahora también lo he hecho yo; porque mucho y demasiado, sería un error.

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