Carta Abierta para Yalitza Aparicio y Marina de Tavira
Hay muchos temas que no he comentado en el blog por falta de tiempo. Uno de ellos y que considero muy importante, previo a los Oscares y por todo el revuelo que ha provocado es todo lo que está sucediendo con Yalitza Aparicio, la chica Oaxaqueña que se ha vuelto internacionalmente conocida gracias a la película Roma de Alfonso Cuarón.
No voy a hablar de la película, e independientemente de si ya la vieron o no, de si les gusta o les pareció aburrida, desde hace días yo tenía la intención de escribir en concreto sobre Yali, quien a pesar de todas las críticas y comentarios racistas, misóginos y denigrantes, habemos muchos mexicanos quienes nos sentimos enormemente orgullosos y felices de todo cuanto le está sucediendo.
Hoy por la mañana muy temprano, una de mis mejores amigas me etiquetó una carta hermosísima, que reseña en parte algo de lo que yo quería decir y que en esta mitad de semana me tomo el atrevimiento de republicarla porque, contrario a lo que mucha gente piensa, desde la aparición de esta joven maestra de primaria en la película que fue lanzada en la plataforma de Netflix, ella ha sacado lo peor, pero también lo mejor de muchos de nosotros como mexicanos.
En lo personal a mi me cae súper bien, porque viendo todo cuanto le ha sucedido y la manera como se expresa, pero sobre todo, la elegancia y la educación con la que ha respondido a los severos comentarios de algunas personas que más allá de si son figuras públicas o no, es lamentable decir que son paisanos nuestros; uno se da cuenta de la sencillez y grandeza del espíritu de esta chica, cuya belleza (sí, ella es hermosa aunque muchos opinen lo contrario) es evidente desde su interior.
Estamos a unos cuantos días de la entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, y de verdad, de verdad todos estamos muy nerviosos y esperando ese momento magico que de sólo imaginarlo, a mi me dan ganas de llorar de emoción... Yalitza se lo merece y de verdad que increíble que todo esto le esté sucediendo.
Mientras se llega la ceremonia de entrega, los dejo con esta carta tan hermosa que me hizo sonreír esta mañana, porque expresa, justo lo que muchos mexicanos (muy aparte de los que discriminan por envidia), sentimos y nos encantaría decirle.
Yali: Te mereces todo lo que estás viviendo, y habemos muchos mexicanos que sí, estamos muy orgullosos de tí. ¡Mucha luz en la entrega de los Oscares!
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Carta Abierta a Yalitza Aparicio y Marina de Tavira
Yalitza: honestamente, llevo semanas conteniendo el deseo de contestar cada uno de los comentarios racistas, clasistas, entre otros, que te han enviado por redes sociales o en los que has sido etiquetada. Mensajes que están disfrazados de “humildes opiniones”, pero que no son otra cosa que comentarios cargados de agresividad y de ignorancia, ataques directos no sólo a tu desempeño como actriz (que ya los expertos a nivel internacional se están encargando de evaluar), sino también hacia tu persona, a tu color de piel, tus raíces..., lo que me hace sentir coraje y tristeza. Y esto incluso va más allá, pues se han metido en un terreno tan privado como el de tu mente y tu ser al cuestionar si mereces el reconocimiento, la gloria y la felicidad que gracias a tu esfuerzo y talento estás disfrutando en este momento de tu vida. Son tantos los mensajes; algunos explícitos y otros, simbólicos. Pero a fin de cuentas, todos son agresiones, ataques en toda la extensión de la palabra.
Así que esta es la razón por la cual llevo muchos días pensando en ti. Me pregunto cómo te sentirás al enfrentar estos comentarios, cómo estarás sobrellevando este mundo que se te revela de golpe, con sus matices hermosos y con el lado oscuro del ser humano. Pensé que tienes a Cuarón, a Marina y que como ellos de seguro estás rodeada de personas inteligentes y sensibles que te están apoyando emocionalmente, así que concluí que escribirte estas palabras no era necesario, aunque después, reflexionando, recordé que muchas veces por más fuertes, inteligentes, activistas, cultas y revolucionarias que podamos ser las mujeres, desgraciadamente no alcanzamos a detectar ni a dejar de interiorizar las voces críticas que nos invalidan, nos atacan y, de alguna forma, logran colarse a nuestra mente haciéndonos sentir inseguras, logran instalarse en un lugar profundo de nuestro corazón y las creemos, comenzamos a cuestionarnos sobre si realmente merecemos el éxito, el reconocimiento, el bienestar, la prosperidad.... Y finalmente destruyen nuestros sueños.
Es por esto que decidí alzar mi voz y unirla a esas otras personas que creemos que eres suficiente, que eres digna de ser visible, reconocida y si los expertos así lo deciden ser premiada. Porque, Yalitza, las voces que se empeñan en decirnos que por más que nos esforcemos nunca seremos lo suficientemente hermosas o valiosas o preparadas para tener éxito son voces históricas, son muchas y están por todas partes, nos golpean constantemente hasta someternos. Por ello, quienes nos rebelamos ante esas ideas represivas debemos de ser más, debemos de expresarnos más fuerte y desde todas las trincheras.
Te escribo para expresarte mi solidaridad y mis respetos. Mira que atreverte a soñar en medio de la pobreza y del olvido no es fácil, hacer piñatas para costear tus estudios, salir de tu zona de confort e incursionar en un mundo completamente ajeno es admirable. “No sé expresar mis sentimientos”, le dijiste a Cuarón. “Mi familia no sabe cuándo estoy triste, enojada, o cuando he llorado”. Aquí vas a aprender, te dijo. Eso fue suficiente para ti.
Hay quien dice que te interpretaste a ti misma, que eso fue fácil..., no les hagas caso, se atreven a criticarte por ignorantes y clasistas, pues tú no limpiabas casas, hacías piñatas, estudiabas para maestra. Y aunque así haya sido. Hay personas, Yalitza, que por más viajes que hagan no han conquistado el mundo más importante, que es el interior, y creen que aquellos que no lucen como ellas y ellos y, en cambio, lucen más bien como una mexicana promedio, seguramente limpian casas (un trabajo muy digno, dicho sea de paso). Ni siquiera se molestaron en averiguar quién eres o qué hacías, simplemente lo dieron por hecho. Te imagino ahí, actuando, tratando de parecer tranquila frente a treinta o cuarenta personas, entre micrófonos, productores dándote instrucciones, ruido, y tú concentrada, como toda actriz; incluso te esforzaste en aprender otra lengua, el mixteco, porque no lo dominabas. Te esforzaste, venciste tus miedos y nos regalaste una interpretación llena de emociones expresadas.
Esta carta también la dirijo a ti, Marina de Tavira, que interpretaste a una mujer solidaria y humana en Roma, un personaje que sin duda alguna superas en la vida real, pues te vimos tomar la mano de tu compañera Yalitza, un gesto con el que parecías decirle: Estamos juntas, no tengas miedo. Y en cada gala incluso le traducías. Sabes, a veces creo que a la prensa amarillista le habría gustado verlas pelear, resentidas por la atención que ha tenido una o la otra, pero tú, Marina, rompiste con los paradigmas y has enviado un poderoso mensaje al mundo: sororidad. Gracias por hacerlo. Me llenas de emoción y esperanza, me haces creer que las mujeres juntas sí podemos, que hace falta ser más seguras de nosotras mismas, que sí hay espacio para todas, porque cuando ayudas a otro ser humano, tu luz no se disminuye, se multiplica.
Marina, además de estar viviendo tu sueño, de regalarnos una espléndida actuación, estás enviando un mensaje a muchas mujeres en el mundo: tenemos la responsabilidad de apoyar y vincularnos desde lo más profundo con las mujeres más desfavorecidas. Este compromiso se vuelve una maravillosa oportunidad de crecimiento personal, de satisfacción por hacer un mundo más equitativo para todas.
Yalitza, millones de niñas y mujeres en todo el mundo estamos viéndote, nos haces creer que es posible, que podemos atrevernos a alcanzar nuestros sueños, creer que se pueden romper estereotipos. No sé qué esté pasando por tu mente en estos momentos. Te escuché decir que quieres ir a pueblos más desfavorecidos que el tuyo para promover el arte, sobre todo en los niños, ya que los padres creen que el arte es una pérdida de tiempo. También te he escuchado decir que no sabes si seguirás en la carrera de actuación. Pues bien, quiero que sepas que decidas lo que decidas hacer con tu vida, ya nos has dado una clase magistral de cómo tomar y crear una oportunidad y hacer realidad los sueños. Así que gracias, maestra Aparicio.
Marina y Yalitza, hermanas mexicanas, con mucho orgullo seremos testigos de su paso por la alfombra roja. Es importante que sepan que no van solas; al momento de bajar de la gran limusina, por favor, cierren sus ojos un segundo y sientan la fuerza y la compañía de millones de niñas y mujeres que en espíritu caminaremos con ustedes, porque así como cada mexicano y mexicana que triunfa en el mundo, ustedes también son dignas embajadoras de nuestros más grandes sueños.
De todo corazón: ¡gracias!
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