Pensamientos en época de Pandemia

Siempre que pasa mucho tiempo sin que escriba nada en el blog, siento como si hubiera perdido la capacidad de escribir o que quienes vienen y me leen después de tanto tiempo sin encontrar nada nuevo en este espacio terminaron por marcharse.

En el fondo, la intuición, esa voz interna, el alma o como quiera que se llame eso que nos hace saber cosas sin necesidad de cuestionarlo, me dice que no es así y la prueba de ello es que hoy estoy una vez más aquí, a última hora del día hablando en letras sobre las cosas que pasan por mi cabeza y mi corazón en esta noche que ya se encamina para convertirse en madrugada.

Todos los días pienso en escribir... Al final desisto de la idea y no lo hago porque a pesar de que han pasado tantas cosas, desde hace más de tres años me enfoqué a vivir de manera mucho más intensa y fue como de pronto el saberme protagonista de mi propia historia se volvió el motivo por el que tantísimas cosas se me quedaron no sólo en el tintero sino fuera de este espacio... Algunas, las más importantes si las escribí y las guardé tan sólo para mi.

En el punto de mi vida en que escribo esto estoy (como todas las personas que les ha tocado vivir en esta misma época cronológica), adaptándome a eso de que ya nada es como antes... A lo largo de toda mi vida, nunca me había tocado experimentar lo que es una pandemia... Si han muerto varias personas que de manera directa o indirecta han estado relacionadas con mi entorno; pero también he visto como el miedo es más viral, contagioso y dañino que un virus mortal.

Hay veces, en que durante los momentos en que me quedo a solas, o cuando voy manejando en el auto y son tan sólo mis propios pensamientos los que hablan, que tomo consciencia de que la vida, sin darnos cuenta nos va preparando para lo que viene más adelante.

Desde antes que pasara todo esto, yo ya había aprendido que cuando las circunstancias son adversas, tu única salvación es tirar de ti mismo y adaptarte... Tratar de salir adelante con las herramientas que tienes en el momento y vivir el día a día.

Eso fue lo que hice y es lo mismo que veo que han hecho todas las personas cercanas y no cercanas... Durante muchas semanas me lo cuestioné, si era una buena idea en una época tan incierta arriesgarme a dejar un trabajo estable y seguro, para poner en marcha una idea que si bien no era el hilo negro, si funcionaba, me iba a permitir tener una mayor libertad personal y económica... No me equivoqué.

Terminé una carrera, pero nunca me imaginé que terminaría trabajando prestando un servicio tan básico como ayudar a alguien más a tener limpia y ordenada su casa... He aprendido mucho en el ya casi un año en que llevo haciendo eso, pero ese es tema para otro post.

A lo que me quiero enfocar es a que es evidente que, todo lo que viví unos años atrás, cuando me quedé sin empleo y por necesidad empecé a trabajar "en lo que fuera", sobre todo en empleos de atención al cliente y relacionados con servicios, todo eso me preparó para esto que hago hoy.

Ha sido pesado físicamente hablando, pero desde que era adolescente me cayó el veinte de que es muy cierto eso que dice Martha Debayle relacionado con la idea de que "para tener lo que nadie más tiene, es necesario hacer lo que nadie más está dispuesto a hacer".

Todo se relaciona siempre y en el instante en que escribo esto, me viene a la mente una chica que es cliente mía, quien hace unos meses empezó un negocio muy padre de vender cosas americanas por internet y le ha ido tan bien que en una ocasión comentaba con sus socios el hecho de que su "trabajo estable comenzaba a estorbarle" y se estaba cuestionando ya la posibilidad de dejarlo para arriesgarse en esa aventura de generar su propia fuente de empleo... No se lo dije, pero me vi reflejada en ella ya casi un año atrás, mientras al mismo tiempo sonreí porque tuve la certeza de que ella, si pierde el miedo  -aún en esta época en que es lo que más abunda- va a tomar la decisión correcta.

Eso es lo más sorprendente... Como a veces la vida pone mi propio reflejo en otras personas... Entre presente y pasado: unas semanas después, me tocó charlar también con una chica recién egresada de la carrera de comunicación llena de dudas e incertidumbre ante el panorama laboral y mi mejor consejo, ese que yo me habria dado a mi misma hace 25 años atrás fue: utiliza lo que sabes para generar tu propia empresa, no esperes a que te surja una oportunidad dorada en alguna empresa o medio de comunicación.

 Con un reflejo tan evidente de 25 años antes y 25 años después, la conclusión es: adaptarse a lo que hay en el momento, "surfear" la vida y tratar de mantenerse de pie aún en los días malos o en medio de circunstancias que nunca van a ser lo ideal...

Supongo que cada quien a su manera, es lo que ha hecho. En este tiempo existen quienes colapsaron de plano y también otros que lograron aprender a nadar de la manera que menos imaginaron... Creo que yo estoy entre esas personas y aunque hay un aspecto de mi vida en particular que sigue tan incierto como suspendido, eso me ha ayudado a crecer, a darme cuenta que yo soy la única responsable de estar bien o mal, de mi propia felicidad, y eso es lo que me ha dado una visión hermosa de mi misma que llevó a protegerme y cuidarme como nunca lo hice en años.... Es como si hubiera abierto los ojos por fin y pudiera reconocerme.

Los años pasan y hoy estoy bien. Sigo sin saber que pasará más adelante, pero ya no me preocupa... No sé si cambié, Tal vez si... Tan sólo sé que desde que le cerré la vuelta a las cosas del pasado me volví mucho más práctica y una persona más feliz -a pesar de los problemas-

Supongo que allá afuera, más allá de la página suelta de hoy, existen más personas que se encuentran en lo mismo. Con miedos, defectos y equivocaciones cada uno lo hace, o al menos intenta salir adelante de la mejor manera posible, y yo, no soy especial, ni tampoco soy la excepción.

En este inicio de semana, espero de corazón que cada persona tenga la fuerza para afrontar las situaciones y conflictos que se le presenten de la manera más amorosa posible.