Oraciones Cruzadas


Lunes 19 de Julio, 2021.

Hola Chicos:

Hoy se cumplió un año más sin ustedes... 29 para ser exactos, una vida completa y todo un mundo de distancia en espacio y tiempo en el que aún permanecen jóvenes, mientras que nosotros (los que nos quedamos): pero convivimos y coincidimos en la época de la prepa, hoy nos vemos físicamente como tal vez se veían sus padres en el tiempo en que a ustedes les tocó partir.

Es la 1:20 de la madrugada, y para nada me olvidé que era hoy la fecha... Por el contrario, los tuve muy presente desde anoche, y fue sólo que el inicio de semana se volvió tan demandante y ocupado, que no dio tiempo para sentarme a escribir, pero si de pensarlos y buscar en algún momento del día algún indicio de ustedes en medio de un lunes que empezó con lluvia y mantuvo el cielo durante algunas horas nublado...

Es curioso... Tal vez ninguno de ustedes se acuerde (obvio porque ya no estaban); pero hace 29 años, unos cuantos días después de que a petición de Dios se desprendieron de su cuerpo físico, en esta misma ciudad (que quizá hoy no reconocerían), llovió tanto, tanto, que era algo así como si el cielo estuviera llorando su ausencia también.

Cuando por fin paró de caer agua, fue como si por un instante, hubieran sido ustedes  mismos quienes provocaron eso, en señal de que debía confortarnos el hecho de que partieron felices, entregados a algo que amaban hacer: bailar..

Hace poco menos de 2 meses soñé a Adriana. Como ya lo saben siempre que pasa eso, yo lo considero como una visita en el mundo irreal, y aunque escribí al respecto, no publiqué porque la conversación tan breve que se dio dentro del sueño fue carente de palabras y a pesar de eso sorprendentemente personal...

Durante el resto del día ya no llovió, pero al salir del trabajo mientras iba de camino por Roque, (que hoy tuvo cirugía y es un tema aparte), en el lapso de algún semáforo me asomé para ver como estaba el cielo cuando el sol se asomó de nuevo; y entonces caí en la cuenta que en esos espacios luminosos que de pronto se abren y parecen escaleras hacia el cielo; quizá de pronto se encuentran oraciones cruzadas.

Hace muchos años atrás caí en la cuenta que por esos espacios suben y bajan almas (las de los bebés que encarnan); mientras que al mismo tiempo ascienden las de quienes terminan su experiencia terrenal... Pero hoy por primera vez, también caí en la cuenta de que por esos mismos resquicios suben las peticiones, los suspiros y las oraciones sinceras de quienes todavía estamos aquí.

Estoy segura que cada uno de los Makahui sabe muy bien acerca de todo eso, y me encantaría que si volvemos a encontrarnos, o que si en una madrugada futura, Adriana vuelve de visita por alguno de mis sueños, preguntarle al respecto...

Lo más probable es que su respuesta sea como siempre sin palabras; y entonces sabré que todas las peticiones en forma de oración se cruzan en el cielo y no obstante que pareciera que no son escuchadas, es tan sólo que la respuesta difiere, quizá porque el tiempo y el espacio entre el cielo y este mundo real en que vivimos parecieran ser tan distintos como incompatibles... Aunque pensándolo bien, la realidad es que Dios responde en el instante preciso, no antes ni después...

Estoy segura que durante gran parte del día y aún más en esta madrugada, desde cualquier punto del cielo para ustedes fueron visibles las oraciones de un montón de personas que sin importar la fecha siempre los recordamos... Las oraciones de sus hermanos y sus padres; así como los suspiros en forma de petición que a pesar del tiempo no ha caducado y consiste en un deseo muy simple; que no tenga que pasar toda una vida entera para poderlos volver a ver.

No tengo idea de si será aquí o en otra vida, con trajes físicos nuevos que nos hagan ver a todos como personas tan distintas; pero me encanta pensar que será con la misma esencia y ojalá con un lazo emocional mucho más cercano... Todavía mejor aún: que cuando ese reencuentro por fin suceda, sea por un lapso de tiempo mucho más largo que el instante tan breve en el que nos tocó coincidir aquí.

Un abrazo hasta el cielo muchachos... Se les recuerda y se les extraña ¡siempre!

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