Con Roque en la mente
Él ha sido lo único que ha estado en mi cabeza en los días más recientes... Esta semana, estando en mi trabajo, entre la mercancía que había que acomodar me salió una cacerola doble de plástico, que aunque era evidente no pertenecía al área de la tienda en la que yo estoy, de inmediato me conectó con un recuerdo de cuando Roque estaba en sus primeros meses de vida, y no le duraban las cacerolas de la comida porque las destrozaba al jugar con ellas y entonces tuve que optar con comprarle recipientes para el agua y la comida hechos de aluminio.
Esos utensilios han permanecido con él desde entonces. Ya no juega con ellos y aunque ese par de objetos permanecen intactos, no ha sido lo mismo con el cuerpo y la energía que lo caracteriza y lo hizo desde su nacimiento un perro muy especial.
La primer foto que ilustra este escrito fue tomada hace poco menos de un año. El día en que volvíamos muy contentos a casa después de que él venció los lipomas que se derivaron de un cáncer por tercera ocasión. En todo este tiempo él ha tenido una determinación y unas ganas de vivir que me asombran y me hacen amarlo y admirarlo todavía más, pero en los días recientes no sé decir bien a ciencia cierta que ha pasado, que de pronto pareciera que ha envejecido a pasos agigantados y su cuerpo y energía parece ser que ya llegaron al límite.
En diciembre del 2022 se enfermó del hígado y volvió a recuperarse; pero el tiempo no perdona y ha hecho estragos en todo su cuerpo. Casi ya no ve y sus patas traseras ya no responden de la manera que él quisiera, y aunque ha estado en tratamiento veterinario constante, su repentina apatía y su falta de apetito me han hecho saber que está demasiado cansado para librar una batalla más.
Mañana es su último día en casa. Durante las últimas 72 horas, y a pesar del diagnóstico del veterinario quien afirma que podría vivir un poco más pero bajo tratamiento médico permanente y siendo sometido quizá a otra cirugía de la que si algo es lo único seguro le devolvería si mucho entre un 50 y 80% de sus capacidades, me llevó el día de hoy a tomar la dolorosa decisión de ponerlo a dormir ya y dejarlo marchar.
Negra y Poncho, los papás de Roque
Me puede en el alma por miles de razones, porque nació aquí en casa, porque ha estado conmigo a lo largo de casi 14 años, porque ha sido mi perro más amado, porque entre Vane y yo le pusimos el nombre (en honor a San Roque, el Santo Patrono de los Perros); porque ha sido mi compañero, mi fiel guardián, el regalo más hermoso que me dejaron sus papás (Poncho y Negra); y porque he hecho todo lo que está en mis manos para que él esté bien, y aunque me siento la peor persona del mundo por tener que dormirlo el día de mañana; sé que someterlo a más tratamientos y operaciones es al mismo tiempo someter su cuerpo tan cansado a más estrés innecesario por el puro egoísmo de que siga aquí junto a mi.
No ha pasado ni una semana de lo de Joy e irónicamente mañana hubiera sido el cumpleaños de Vane... Me quedo pensando en todo eso y en que nuestros amados animales de compañía somatizan de manera amorosa enfermedades o problemas que están destinados a algún miembro de la familia a la que pertenecen, para luego transmutarlo y sanarlo de manera amorosa a través de su propio cuerpo físico...
Si es así, no tengo palabras para agradecerle a Roque por esa inmensa prueba de amor. Si algo me queda clarísimo tras todos estos años que Dios me ha regalado su compañía es el hecho de que hay cuerpos que son demasiado pequeños y frágiles para el tamaño, la belleza y la energía de un alma tan especial. Es como si el "envase físico" con el paso del tiempo resultara ser insuficiente para albergar algo tan, tan grande... Creo que eso es lo que pasa con Roque, y por eso le estoy agradecida no sólo a él, sino también a Dios por haberlo dejado conmigo todavía un poquito más de tiempo.
Mañana será un día muy pesado, con una carga emocional muy fuerte y aunque él es todo lo que está por ahora en mi mente; sería egoísta de mi parte intentar retenerlo cuando es muy evidente que él ya ha cumplido su misión y la única manera de retribuirle un poco de todo el amor que él nos ha dado a todos es dejarlo marchar.
Gracias por todo mi hermoso cachorro viejito, Te amo con todo mi corazón.
Comments
Que difícil todo esto...
que sepas encontrar la manera de estar lo mejor posible....te quiero un montón