Roque
Tu casa se mantiene aún intacta, pero tus cama y tus mantas poco a poco han ido perdiendo tu olor. Tu plato de comida está limpio y vacío en su sitio también.
Han sido apenas unos cuantos días y todavía hay uno que otro pelo tuyo deambulando entre los tapetes, el asiento trasero del auto y el perímetro que delimita el patio; pero aún queda una manchita de tu nariz pegada al cristal de la ventana.
Es un hecho que poco a poco tu rastro se está desvaneciendo; pero ayer regresaste a casa después de muchos días para quedarte de otra manera de modo permanente.
Es increíble como 14 años quedaron reducidos y encapsulados en algo tan pequeño como simple; pues a partir de hoy será más grande el recuerdo de todo lo que fuiste.
Gracias por todos y cada uno de los días de tu vida, que fueron el regalo más grande de lealtad y amor incondicional.
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