Temporada de Exámenes En Mis Sueños
Es bien extraño, porque por ejemplo, cuando sueño que estoy en la secundaria, siempre llegó ahí escapando de algo, o como si estuviera intentando protegerme de algo o de alguien. El sueño no varía y siempre, siempre que he soñado que llego a la secundaria, cruzo el enorme portón justo en el instante en que está a punto de cerrarse.
En el interior de la escuela siempre hay mucha gente, (estudiantes supongo), pero nunca me toca ver a nadie conocido, pues dentro del sueño mi única prioridad es llegar ahí y entrar a como de lugar y casi siempre que lo logro ya me quedo en paz, como si nada sucediera y luego me voy hacia el otro extremo de la escuela, en el punto donde está la entrada principal. Y casi siempre ahí es donde termina el sueño.
Con toda seguridad significa algo, yo no sé nada de esas cosas, pero siempre analizo las cosas que sueño y en base a las sensaciones o emociones que experimento es como a veces logro entender lo que en apariencia carece de sentido.
La escuela donde yo estudié la secundaria se encuentra a escasas 5 cuadras de mi casa. Las instalaciones ocupan toda la manzana y como dato adicional puedo decir que está arriba de una loma, tiene por lo mismo unas bardas de piedra muy altas que en más de una ocasión nos saltamos para ir a comprar al puesto de afuera… Porque sí, sé que nadie me lo creería, pero en esa época yo era una “buena niña” y jamás me fui “de pinta”.
Hace ya muchos años que salí de ahí, la verdad ya ni recuerdo con exactitud en que año, y a pesar de que paso casi todos los días por ahí, nunca más he vuelto a entrar desde entonces…
No sé, no es nostalgia, no es ningún sentimiento el que experimento, pero simplemente no me nace hacerlo.
Recuerdo que una vez, hace mucho, conversando con Iván salió eso al tema y me sorprendió mucho escuchar que a él también le pasaba algo similar con su escuela, y esa vez curiosamente íbamos de camino a mi casa, y él siempre daba vuelta ahí en esa cuadra de la escuela; y al pasar justo por donde está el área del portón –ese que siempre logro atravesar en mi sueño- esta vez nos encontramos con que estaba abierto, y no sé cuál sería mi expresión que Iván detuvo el auto un instante, los dos nos quedamos viendo al interior (donde se alcanzaba a ver parte de los edificios, la explanada principal, algunos pinos y las jardineras de piedra) y entonces él me preguntó ¿si quería que entráramos?, pero mi respuesta otra vez fue que no.
No creo que haya nada oculto, quizá dentro de mis sueños, lo veo y lo percibo como un lugar seguro, porque si bien fue una época difícil para mi –académicamente hablando- fue en ese lugar donde conocí a Tere (una de mis mejores amigas hasta el día de ahora) y me acuerdo súper bien y con gran detalle de la primera vez que la ví. Ahí también estaba Adriana Marquez (la chica de Makahui que me hizo comprender el verdadero sentido de la vida sobre la muerte), Miriam (otra de mis mejores amigas) y quizá por ser ellas de las personas con las cuales a pesar de que casi no veo seguido, pero sé que cuento con ellas en el momento en que lo necesite, percibo a ese lugar como un espacio seguro -en el que al igual que con ellas- me siento segura y en confianza. Eso debe ser.
En el caso de la preparatoria es totalmente diferente… Siempre que me sueño ahí me veo con el uniforme y estoy dentro de las instalaciones como fueron en la época en que a mi me tocó estudiar en esa escuela, pero curiosamente yo soy exactamente como soy ahora y la sensación es muy extraña, porque es como si volviera en el tiempo con el recuerdo intacto de saber todo lo que va a pasar más adelante, pero al mismo tiempo sé que no estoy ahí para cambiar el curso de algo o remediar cosas que tal vez podrían haber quedado incompletas… Por que no, durante esa etapa de mi vida pasaron muchas cosas que contribuyeron a formarme como la mujer que soy ahora y el sueño es nada más que eso: la posibilidad de volver en el tiempo unos cuantos años atrás.
Lo que me desespera es que siempre que estoy ahí me toca hacer un examen. Es una sensación muy desesperante porque siempre entro al salón de clases, veo a mis compañeros, al maestro o maestra repartiendo las hojas con el examen y me pongo nerviosa porque sé que aunque es un sueño, no he estudiado nada y es a la vez la desesperación que me provoca el saber que cada vez que sueño eso, es como si le estuviera dando continuidad a algo… ¿o cómo lo explico mejor?... Es como si por ejemplo, todas las cosas que suceden en ese sueño siempre y a pesar de que yo no esté ahí sucedieran siempre, y al tomar yo mi lugar dentro del grupo y del salón de clases, el maestro siempre dice que estoy a punto de reprobar por la cantidad de faltas que tengo a una clase o mis compañeros se preocupan porque me comporto rara y les digo que no sé nada, ni que contestar.
En el sueño de ayer, el examen que tenía frente a mi era de sistemas (porque de la prepa salí con la especialidad de técnico en programación) y muchas de las preguntas que venían en la hoja me las sabía, porque las leí hace poco en alguna parte –eso lo sé perfectamente- pero no sabía como desarrollarlas a la hora de contestar el examen y pues entonces lo único que se me ocurrió hacer fue empezar a contestar las preguntas (que todas eran abiertas), explicando la respuesta tal y como yo la recordaba con mis propias palabras y me daba risa que una de mis compañeras de esa época (a la que hace años que no veo) estaba insistiendo para que le pasara las respuestas que le faltaban… Incluso creo que todos en el salón estaban en las mismas, porque aquello era un soberano “copiadero”… En especial la pregunta 1, que yo tenía aún en blanco y por lo que pude deducir al echar un vistazo general a las hojas de mis compañeros, era una de las más difíciles del examen.
Al igual que cuando sueño estar en la secundaria, aquí también pasa siempre lo mismo. Hace tiempo, Cris, una de las chavas que conozco por el club de Laura Pausini me dijo el año pasado que ella también tiene ese sueño con frecuencia y que alguien que sabe de esas ondas le dijo que soñar eso significa que la escuela es la vida y que el miedo a reprobar, representa el miedo a “no pasar” los exámenes que la vida te pone, porque no te sientes preparado aún y sientes que tienes mucho que aprender y aún no le has encontrado un sentido a tu vida… No suena nada descabellado la verdad, casi estoy segura de que eso es cierto…
Yo lo único que sé –y puedo decir- es que a mi me produce mucha ansiedad tener ese sueño, primero porque al verme en la escuela, así tal y como soy ahora, me hace saber que estoy en un lugar al cual ya no pertenezco, al que ya no puedo volver y en referencia a los exámenes y a las materias que casi estoy a punto de reprobar por no asistir a clase, puede ser que reviva mi preocupación por aprobar, porque en el fondo yo nunca fui buena estudiante, pero tampoco era tan “vale gorro” y si me preocupaba sacar adelante y con calificaciones decentes todas mis materias.
Por esa razón quizá fue también que cuando desperté me di cuenta que físicamente estaba toda tensa. Mis hombros estaban tensos y los puños de mis manos completamente cerrados y en cuanto abrí los ojos fue obvio darme cuenta que después de todo ni siquiera descansé bien y sumado a eso está también la interpretación nueva que le he dado a ese sueño, en el que a pesar de que siempre pasa lo mismo, hoy me ha hecho darme cuenta de que a pesar de que hace muchos años que ya no soy estudiante y mucho menos hago exámenes, en este punto de mi vida me siento exactamente así como dentro de las instalaciones de la escuela: perdida, fuera de lugar, ajena al entorno que me rodea, ¡vaya! en pocas palabras como si no encajara en ningún lado y a parte sin saber tampoco ¿dónde estará el lugar al cual realmente pertenezco?...
Podría sonar contradictorio decir que a pesar de que me siento así, soy una mujer que hasta ahora no se arrepiente de nada ni cambiaría nada de lo que he vivido aunque tuviese la oportunidad de hacerlo.
Me siento contenta como soy, estoy tranquila con lo poco o mucho que he logrado hasta ahora y sé con exactitud lo que quiero y necesito en mi vida, pero es tal vez que a pesar de todo eso no he encontrado la forma de darle un sentido más real a mi existencia, aún no sé cuál es exactamente la misión que yo tengo en esta vida y a veces me desespera en sobremanera porque uno de mis mayores temores es precisamente ese, que la vida se me vaya sin haber hecho algo importante, y no lo digo en el sentido de llegar a ser alguien famosa o de lograr reconocimiento, es simplemente ese deseo que me imagino tenemos todos de llegar un día simplemente a casa, sentarte en el sillón a descansar o estando en tu cama con la luz apagada y que así en medio de la penumbra, tu rostro se ilumine con una gran sonrisa por la satisfacción de saber que las actividades que hiciste en el día fueron de provecho para alguien más que no seas tú... Eso es exactamente lo que quiero, pero no sé como lograrlo…
¡Uff! (suspiro)… Supongo que mi cabecita loca y las cosas que escribo a veces serían como un campo abierto para un psicólogo o terapeuta, o tal vez mis miedos y mis sueños sean más comunes de lo que yo misma me imagino; aunque supongo también que el cerebro es muy poderoso a la hora de tratar de evadirse de los pensamientos que nada más están ahí dándole vueltas y repitiéndose como disco rayado y es entonces cuando presenta este tipo de sueños medio raros para “mandar de vacaciones a tu conciencia” o simplemente para que de alguna forma desahogues toda esa carga emocional que de otra forma no podrías sacar…
Sea como sea, pienso también que me hace falta intentar hacer cosas nuevas y diferentes que me ayuden a ya no pensar tanto… Esta noche me inclino también a favor de eso, porque sé que ahí está la bronca y aparte me hace falta quizá para aprender a descubrime un poco más también y lo voy a intentar en la medida de lo posible…
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