The Words.
Hay historias de amores que nunca se quedan, pero suceden para que prevalezcan en el tiempo, y luego alguien las reviva con tan sólo posar sus ojos sobre líneas de papel.
De eso trata esta película, que en una noche fría de invierno me dejó un sentimiento cálido en el corazón.
No sólo me hizo pensar en todo lo que a veces el alma se queda con ganas de dar cuando invitas a alguien para que se quede contigo (ya no para siempre); sino tan sólo por el tiempo que te toque permanecer en esta vida.
Sé y todavía creo en que los libros siempre cuentan una historia más allá de la que está atrapada entre sus páginas y resguardada entre dos tapas de duro cartón.
Después de ver esta película y escribir lo que plasmé en el post anterior a este, me fui a dormir con un suspiro en el alma y pensando en que me encantaría que un día, cuando ya haya pasado mucho tiempo, algo de lo que yo haya escrito o quizá alguna de mis historias logre atrapar así a alguien y consiga que se quede embobado leyendo... Sintiendo que le deja tanto en su interior.
P.D: Las letras materializan sentimientos... Y me quedé dormida pensando en que mi misión fue poner un espejo para que se reflejaran las de un espíritu libre que con el tiempo perfeccionó el difícil arte de fusionar los sentimientos, letras y palabras, con una hermosa inspiración.
"Todos tomamos decisiones, lo difícil es vivir con ellas y no hay nadie que te pueda ayudar con eso".
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