Entrevista con Sandra Bullock
MujerHoy.com | Por: IXONE DÍAZ LANDALUCE
Sentarse a charlar con Sandra Bullock es como verse atrapada en un torbellino. Habla rápido y sin casi detenerse a respirar, estalla en una carcajada cada cuatro o cinco frases, es extraordinariamente simpática y le gusta reírse de todo, especialmente de sí misma. Por eso, cuando dice que la comedia es su vida, no es difícil creerla. Y eso que ahora su carrera no tiene nada que ver con aquellas cintas ligeras –véase “Miss agente especial” o “Amor con preaviso”– que la hicieron rica y famosa.
Un buen día, hace unos cinco años, Bullock decidió reinventarse y empezó a arriesgarse con aquellos papeles dramáticos en los que Hollywood no acababa de verla. Y así, ante la incredulidad de la industria, ganó su primer Oscar en 2010 por su papel en “Un sueño posible”. Desde entonces, nada en su vida ha vuelto a ser igual. Para empezar, porque poco después de recoger la estatuilla anunció al mundo que había adoptado a un niño y que había decidido divorciarse después de que las infidelidades de su marido se hicieran públicas. Pero también porque ahora Hollywood la trata con admiración reverencial. Y le ofrece papeles con los que nunca hubiera soñado como la astronauta de “Gravity” (estreno: 4 de octubre).
Un buen día, hace unos cinco años, Bullock decidió reinventarse y empezó a arriesgarse con aquellos papeles dramáticos en los que Hollywood no acababa de verla. Y así, ante la incredulidad de la industria, ganó su primer Oscar en 2010 por su papel en “Un sueño posible”. Desde entonces, nada en su vida ha vuelto a ser igual. Para empezar, porque poco después de recoger la estatuilla anunció al mundo que había adoptado a un niño y que había decidido divorciarse después de que las infidelidades de su marido se hicieran públicas. Pero también porque ahora Hollywood la trata con admiración reverencial. Y le ofrece papeles con los que nunca hubiera soñado como la astronauta de “Gravity” (estreno: 4 de octubre).
Interpretar a una astronauta perdida en el espacio es un reto con mayúsculas. ¿Es este el papel más difícil de su carrera?
"Sin duda. Es el más complicado en todos los aspectos: el físico, el emocional, el mental... Empecé a entrenar seis meses antes de rodar. Para simular la gravedad cero estuve la mayor parte del tiempo suspendida en el aire por un sistema de 12 cables y tuve que aprender a moverme como si estuviera flotando".
¿Cómo fue trabajar con Alfonso Cuarón?
"Maravilloso. Ha sido un líder sin ego. Todos queríamos hacerle feliz. Muchas veces los directores se enfadan y gritan, pero él no lo hizo ni una sola vez, pese a la presión. Es una persona muy evolucionada espiritual y emocionalmente, por eso cuando lo veías tranquilo en medio de una situación de estrés y locura, respirabas".
La película también tiene un trasfondo muy filosófico. ¿Ha sacado alguna conclusión aplicable a su propia vida?
"La vida es muy ruidosa y, a menudo, nos vemos atrapados en muchas cosas superficiales, negativas, triviales... Cuando miro atrás, pienso que he perdido mucho tiempo preocupándome de cosas que nunca llegaron a suceder. Me levantaba por la mañana y me preocupaba. Por ninguna razón en concreto, sólo porque pensaba que podía controlar algo... Y estaba equivocada".
George Clooney goza de la mejor reputación de Hollywood. Ahora que ha trabajado con él en “Gravity”. ¿Puede contarme si es realmente tan encantador como dicen?
"Es la persona más divertida que me he encontrado jamás. Con él, todo es una fiesta. Cuando llega, el tono cambia, la gente se ríe, el equipo está encantado... Es como si la luz entrara en la habitación".
¡Y además escribe, dirige, gana premios Oscar!
"Es un cineasta increíble. La gente se olvida de eso porque cuando habla con la prensa es George, el divertido. No le ven trabajar 16 horas al día. Durante el rodaje, Alfonso y yo estuvimos meses bloqueados con el tono emocional de una escena. Yo se lo comenté a George y él le escribió un correo electrónico a Alfonso diciéndole: “Puedes tirarlo a la basura si quieres, pero tengo esta idea...”. Y escribió la escena para mí. No era George escribiendo su diálogo para su propio lucimiento, sino regalándome a mí aquellas palabras que lo decían todo sin tener que decir casi nada. Así es él".
Vamos, que la fascinación está justificada, ¿no?
"La razón por la que todo el mundo ama a George es que es muy buen tío. Es un gran artista y un buen ser humano. Le conozco desde hace 20 años y cada vez es una mejor versión de sí mismo. Y sí, está cada vez más guapo. Es el tipo de amor platónico que hay que tener. ¿Cuántas personas provocan ese efecto en la vida? Él lo hace constantemente".
También es famoso por sus inocentadas. ¿Se ha vengado ya de la vez que le tiró a la piscina en medio de una fiesta?
"No, pero espero ansiosa al día que eso ocurra. A mí se me dan fatal esas cosas y él es un maestro. Por eso, en este rodaje pactamos una tregua. Así que, probablemente, me vengaré en mi lecho de muerte [Risas]. Aunque prefiero que él piense que está a la vuelta de la esquina. Quiero que tenga miedo".
Hablando de amores platónicos, ¿cuál es el suyo?
[Risas] "Mmm... En un nivel muy, muy primario, cuando vi “Magic Mike” (la película sobre “strippers” masculinos protagonizada por Channing Tatum y Matthew McConaughey) tuve varios flechazos. ¡Dios mío! Disfruté de cada segundo. Si fuese a clubs de striptease y los tíos bailasen así, estaría allí muy a menudo ". [Carcajadas].
Ahora que el turismo espacial es posible, ¿reservaría un billete?
"No, gracias. No me gusta volar. La respuesta es no... Bueno, quizá si tengo 89 años y, en mi lecho de muerte, mi hijo me lo pide... Entonces, quizá me vaya a la Luna y beba tequila hasta que lleguemos allí. Pero de momento, no".
Vamos, que por su hijo, cualquier cosa.
"Depende de la edad que tenga. Si todavía estoy en plan madraza, no. “Tienes 17 años y no vamos a ir al espacio” [Risas]. Pero si siendo un adulto me lo pidiese, lo haría. Sin duda".
¿Qué es lo mejor que le ha traído la maternidad?
"Me divierto. Me lo paso tan bien en un día normal que me cuesta mucho irme a trabajar. Estoy segura de que cuando sea adolescente y no me quiera ni ver, le diré: “¿Sabes lo que voy a hacer? ¡Me voy a trabajar! ¡Y me vas a echar de menos!”. Pero, ahora mismo, no le quiero dejar nunca. Hay muy pocas cosas verdaderamente maravillosas en la vida y la maternidad es una de ellas".
¿Ha cambiado también la forma en la que enfoca su carrera?
"Empiezas a pensar de manera diferente. Por ejemplo, me lo pensé dos veces antes de ponerme una pistola en la boca en el rodaje de “Cuerpos especiales”. Piensas: “¿Estará mi hijo orgulloso?”. “Gravity” es una carta a mi hijo. Al final, todo lo que hago es una carta de amor a mi hijo. Así es como me siento ahora".
Ha pasado de ser la chica de las comedias románticas a la ganadora de un Oscar. ¿Hollywood la percibe de manera diferente?
"Es curioso, porque yo no tenía nada que ver con aquellos personajes. Pero quería hacer comedias como fuera y la comedia romántica era el único sitio donde se me admitía como mujer. Pero nunca me sentí a gusto con la faceta de damisela en apuros".
¿Y logró reinventarse?…
"Sí, porque ahora nadie me puede decir lo que no puedo hacer. Es una posición privilegiada, pero también tienes que estar dispuesta a rechazar papeles que llegan con facilidad y desoír las ventajas que traen consigo. Y empezar de cero, claro. Llegó un momento en el que dije: “Hasta aquí. Se acabó”.
¿Ha sido una carrera de obstáculos?
"Sí, he tenido que pelear mucho, pero ha sido un placer. Crecí rodeada de cantantes de ópera que ensayaban cada día y aprendí que su oficio, que es un arte moribundo, no era fácil. Necesitaban tener un trabajo normal para poder seguir haciendo lo que les gustaba. Así visualizaba mi futuro. Creía que trabajaría en Nueva York de día y haría teatro por la noche. Nunca soñé con hacer películas".
El año que viene cumplirá 50 años. La edad sigue siendo un factor en Hollywood…
"Oh, sí, desde luego. Especialmente para las mujeres"…
De todos modos, la revista Hollywood Reporter (la biblia de la industria) le dedicaba recientemente una portada a las mujeres mayores de 40 años. Venía a decir que el estigma de la edad se está superando y le ponían a usted de ejemplo. ¿Está de acuerdo?
"La noticia sería que ese tema dejara de ser un titular. Pero sí, es cierto que los 40 son los nuevos 30. De todos modos, no hace falta que nos estén recordando constantemente lo mayores que somos. ¡Ya lo sabemos! [Risas]. No es un problema hasta que alguien saca el tema... Pero es cierto que las cosas están cambiando. Ahora muchas actrices escriben sus propios guiones y están pavimentando el camino de la comedia para el resto de nosotras".
¿Su papel en “Gravity” es una señal de ese cambio?
"Este es el papel que nunca supe que existía. No pensé ni en un millón de años que sucedería para mí. Pero tampoco creí que fuese capaz de hacer los papeles que he hecho en los últimos cinco años... Este es el tipo de personaje que creía que sucedería para un hombre. Sólo espero que no sea una moda pasajera. Las mujeres no somos una moda. Llevamos aquí mucho tiempo y no vamos a irnos a ninguna parte".
Confíeseme un lujo que se dé de vez en cuando…
"¿Por dónde empezamos? [Risas]. Una manicura y pedicura semanal. Como siempre estoy construyendo algo, la gente me mira las manos y me pregunta por qué tengo toda esa sangre y rozaduras. Y yo les digo: “No lo sé, pero... ¡Mira qué color tan bonito!”. Mientras tenga las uñas bonitas, me siento bien. Luego, me hago un moño, me pongo los vaqueros y me enfrento al día. Estoy intentando empezar con las limpiezas faciales, pero hay que estar tumbada y callada y eso, la verdad, no lo llevo nada bien [Risas].
Muy personal:
- Su madre era cantante de ópera y su padre, profesor de canto.
- De pequeña, acompañaba a su madre, de origen alemán, en sus giras por Europa y participó en algunas de sus óperas. Habla alemán con fluidez.
- Su hermana le rompió la nariz de un codazo cuando eran niñas.
- Estudió ballet, piano y fue “cheerleader” en el colegio.
- Le encantan los caballos, pero es terriblemente alérgica a ellos.
- Tiene reputación de estrella generosa y filántropa. Donó un millón de dólares a la Cruz Roja después de los atentados del 11-S. Repitió la misma donación después del tsunami de 2004 en el sudeste asiático y tras el terremoto de Haiti en 2010.
- En el año 2000, sobrevivió a un accidentado aterrizaje de emergencia. Desde entonces, no le gusta volar
Comments
Pero lo más bonito como siempre es tu narrativa, encantadora.
Disculpa que venga poco, pero el trabajo me absorbe más tiempo cada vez.
Pero aquí estoy con el gusto de siempre en tu casa.
Un abrazo con amor