De pensamientos y preocupaciones del pasado y futuro en el PRESENTE.
El sol aún no era severo... En las calles había autos, pero no el tráfico de los días hábiles, quizá era porque media ciudad dormía aún...
El camino largo, tantos minutos por delante, así como montones de pensamientos y el corazón desde hace tanto tiempo en otra parte (junto al mar), propiciaron que de alguna manera (me perdiera por las prisas) el regalo del amanecer, pero que en medio de ese trayecto tan largo pensara en hablar CONTIGO.
Hace mucho que no lo hacía... No es que me haya olvidado de TI, porque si te pienso, del mismo modo en que pienso en alguien que para mi fue tan importante y en el presente le sigo pensando (a pesar de que todo ha cambiado), y con un poco de nostalgia deseo de corazón que le vaya súper bien.
¿No te parece tan curioso como en un lapso de tiempo y en pleno movimiento el presente y el pasado pueden unirse como si fueran uno solo?
Comienzo a charlar contigo con la voz del pensamiento, y cada cosa que viene a mi cabeza la imagino como si estuviera escribiendo palabras y letras en lo transparente del aire.
Estos últimos días los he pasado preocupada, estresada... Ya sabes... Nada grave que no pueda resolverse, y me recrimino a mi misma porque toda esa tensión es sólo consecuencia de no "descansar" las preocupaciones en ti.
En el instante mismo en que pienso eso, mi alma se queda tranquila y las tensiones como por arte de magia se disipan... Comienzo a hablarte entonces de las cosas que no se relacionan con lo cotidiano... Lo primero que se me ocurre contarte, es que ayer, mientras restauraba las funciones de mi teléfono, encontré en el bloc de notas el borrador de un escrito donde tú y yo teníamos una conversación similar a esta; narrada en tercera persona y como si estuviese describiendo la historia de una pareja que terminó y por alguna razón después de un tiempo se reunieron para darse una tregua y hablar.
De alguna manera me haces saber que la idea es original y muy buena... Yo sonrío y prometo que si los minutos alcanzan al final del día, tal vez la termine de escribir para compartirla en el blog.... Esta vez no dices nada, pero el silencio y la voz de mis propios pensamientos, me recriminan; me hacen saber que de alguna manera y con firmeza intentas hacerme entender que trabajar para pagar mis cuentas no debe hacerme olvidar el trabajo que de verdad se me ha encomendado aquí.
Casi llego a mi destino, pero en el trayecto hago una pequeña escala para marcar y darle los buenos días a quien vive ahora en mi alma y mis pensamientos... La vida real y sus problemas no se dan por vencido tan fácil y bombardean mi mente con la idea de que estoy aquí ahora, pero mi corazón se muere de ganas por empezar de cero en otro lado junto a esa persona, pero el miedo a lo incierto y a retroceder en lugar de avanzar me desconciertan y me dejan sin saber que hacer... Una vez más, respiro... Me tranquilizas y casi como si apoyaras tus manos sobre mis hombros mientras recorro sobre dos ruedas la ciudad, me pides que CONFÍE en TI.
Las horas y el día se evaporan como espejismo en esta ciudad desierta... Al llegar a casa la persona que amo me canta al teléfono y me olvido del mundo... Empiezo a escribir, no de lo que tenía planeado, y la ternura con que me distrae y me aborda mi gato, me lleva a comprobar una vez más que todos los seres vivos y "sintientes" somo el reflejo exacto de todo aquello que nos dan...
Por hoy mi cuerpo está cansado, los ojos se me cierran, pero antes de ir a dormir busco una imagen para ilustrar mis palabras, pero tal como sucede otras veces, no consigo ninguna fotografía que logre describir el atardecer en el camino a casa tal y como yo lo vi y lo percibí...
No le doy mayor importancia... Reviso todo cuanto he descrito y a pesar de lo incierto agradezco por el regalo de este presente por el que mis pies transitan sin echar raíces, y vuelvo a recordar que te debo el final de una historia; pero hoy no, es muy tarde, estoy cansada, pero no lo suficiente como para no dar las gracias... Mañana será otro día mejor.
Casi llego a mi destino, pero en el trayecto hago una pequeña escala para marcar y darle los buenos días a quien vive ahora en mi alma y mis pensamientos... La vida real y sus problemas no se dan por vencido tan fácil y bombardean mi mente con la idea de que estoy aquí ahora, pero mi corazón se muere de ganas por empezar de cero en otro lado junto a esa persona, pero el miedo a lo incierto y a retroceder en lugar de avanzar me desconciertan y me dejan sin saber que hacer... Una vez más, respiro... Me tranquilizas y casi como si apoyaras tus manos sobre mis hombros mientras recorro sobre dos ruedas la ciudad, me pides que CONFÍE en TI.
Las horas y el día se evaporan como espejismo en esta ciudad desierta... Al llegar a casa la persona que amo me canta al teléfono y me olvido del mundo... Empiezo a escribir, no de lo que tenía planeado, y la ternura con que me distrae y me aborda mi gato, me lleva a comprobar una vez más que todos los seres vivos y "sintientes" somo el reflejo exacto de todo aquello que nos dan...
Por hoy mi cuerpo está cansado, los ojos se me cierran, pero antes de ir a dormir busco una imagen para ilustrar mis palabras, pero tal como sucede otras veces, no consigo ninguna fotografía que logre describir el atardecer en el camino a casa tal y como yo lo vi y lo percibí...
No le doy mayor importancia... Reviso todo cuanto he descrito y a pesar de lo incierto agradezco por el regalo de este presente por el que mis pies transitan sin echar raíces, y vuelvo a recordar que te debo el final de una historia; pero hoy no, es muy tarde, estoy cansada, pero no lo suficiente como para no dar las gracias... Mañana será otro día mejor.
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