Acaricia-TE...
Hay algo especial que debo recordarte:
Acariciarte más...
Sí. Con tus manos.
Acariciarte a ti mismo (a).
Hablo de pararte frente al espejo y poner tus manos allí donde te duele siempre o casi siempre.
Allí donde consideras que algo sobra. Allí donde algo no te gusta.
Acariciar tu cabeza, tus cabellos, tu frente, tus ojos, tus mejillas, tus oídos, tu nariz, tu boca, tu garganta. Sentir tus manos, tus propias manos, amorosamente, respetuosamente, inteligentemente, curativamente.
Hazlo mientras dices: te quiero, te quiero, te quiero o bien, te amo, te amo, te amo. O lo siento, perdóname, gracias, te amo.
En el orden que gustes.
Así que en susurros.
Suavemente.
Sana tu cuerpo.
-Tomado del boletín mensual de Vivi Cervera-
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