Pensamientos previos al concierto...
Es la noche previa al concierto, y un montón de pensamientos se agolpan en mi mente con la misma fuerza y velocidad que las emociones y recuerdos en mi alma.
Las Flans vienen mañana a Ciudad Juárez, justo a unos cuantos días de que se cumplan exactamente 16 años de su última presentación. A pesar de que hicieron ya dos giras, aquí no habían vuelto desde el 31 de octubre del 2000... Curiosamente mañana se presentarán en el mismo lugar donde han sido los 3 últimos conciertos que han dado en esta ciudad y eso en cierta forma es como reencontrarnos a través del tiempo en el mismo sitio.
Hoy, mientras iba de camino al trabajo empecé a acordarme de que en el año 2000, me tocó ir al último concierto con mis compañeros de la revista y agencia de publicidad donde trabajaba en ese entonces. También iba mi mejor amiga de toda la vida y de alguna forma algo en mi interior me decía que tal vez sería la última vez que volvería a verlas sobre un escenario, y aunque esa suposición por fortuna no fue definitiva, si tardaron muchísimo tiempo en regresar.
A la par de eso, recordé cosas que de alguna manera ya habían quedado en cierta forma olvidadas. Aunque tengo muy presente las dos presentaciones previas al 2000, (una de ellas durante un 13 de noviembre en que cayó una nevada épica en esta ciudad y aún así no se suspendió el concierto), mientras físicamente estaba en el presente, mi mente y mi alma iban de salto en salto entre detalles y momentos del pasado.
Yo no sé si a la gente que va a asistir mañana al concierto le pasará igual que a mi... Quizá para algunos sea un concierto más o algo irrelevante y superficial; pero de verdad que para mi ha sido especial todo esto, porque primero fue hermosa la manera en que dos de mis amigas más cercanas me regalaron los boletos que aunque parezca exagerado, cuando una de ellas me habló para avisarme, lloré de emoción.
Es un poco extraño también caer en la cuenta de que ya pasaron 30 años y a pesar de que tanto Ilse, Ivonne y Mimi han cambiado y yo también junto con ellas, la emoción de volver mañana a ese mismo recinto donde siempre han ofrecido su música cada vez que regresan a esta ciudad, es al mismo tiempo como desempolvar un paquete de sensaciones y emociones ya olvidadas como la curiosidad de fan por saber en que hotel están, las ganas que tenía en esta mañana de lanzarme al aeropuerto para ir a recibirlas (no lo hice porque a diferencia de mi adolescencia, ahora como mujer adulta tenía el compromiso del trabajo); la ilusión que da el ver la ciudad tapizada de publicidad con la imagen de ellas anunciando el concierto, y esa especie de deseo de que toda esa magia que envuelve previo a un concierto, no termine nunca...
Yo creo que eso es lo que propicia que estas tres chicas sean tan especiales para tantas personas, porque de alguna manera cada vez que quienes amamos su música asistimos a un concierto, es en cierta forma como viajar en el tiempo para reencontrarte contigo mismo. En mi caso con esa chica adolescente, soñadora y romántica que era en ese entonces; para tal y como si fuera una proyección de una película o de un sueño que se vive demasiado nítido, encontrarme en los pasillos de ese gimnasio, y sentir también esa alegría y al mismo tiempo esa tristeza unos minutos antes de que termine el concierto... Obvio porque no quiero que culmine nunca, y por otro lado, después de la última canción no tengo idea cuando nos volveremos a encontrar...
Espero que esta vez no pase tanto tiempo... A pesar de que en mi adolescencia tenía un poco más de mágico y especial el ser fan, puesto que en aquel entonces los artistas favoritos eran prácticamente inalcanzables; en la actualidad gracias a las redes sociales uno puede escribir un mensaje en su muro y ellas contestar (ya me pasó con Ilse y fue muy lindo).
Ya todo está listo... Y es una mezcla de sentimientos encontrados al experimentar emoción total y alegría por el concierto de mañana, pero al mismo tiempo recordar a detalle todo lo que ya he vivido gracias a las Flans en los años que ya pasaron.
La verdad no sabría decir si el 13 de noviembre del 2007, mientras la ciudad quedaba paralizada y cubierta bajo un manto grueso de nieve fue mi primer concierto... Creo que sí, puesto que antes de eso no tengo memoria de haber asistido a ningún otro.
Quisiera decir y escribir tantas cosas, pero mañana hay que trabajar para poder salir temprano y vivir esta nueva aventura. Ya vendré a contar como estuvo todo una vez que pase el concierto, pero mientras eso sucede, gracias por la felicidad inmensa de estos días, por la posibilidad de revivir el pasado en el presente y por conectarme con esa chica de antes, que en esencia sigue viviendo dentro de mi... Hace falta reconectar con eso.
Ya todo está listo para mañana y así, mientras las horas previas al concierto transcurren, los pensamientos y las emociones se aquietan como arena en el fondo del agua; hoy me quiero despedir con música de Flans que siempre me pone de buenas y me llena el alma de alegría.
P.D. Este video me fascina porque aparte de que está muy bien realizado y dirigido, siento que logró atrapar y proyectar la esencia de Flans.
A la par de eso, recordé cosas que de alguna manera ya habían quedado en cierta forma olvidadas. Aunque tengo muy presente las dos presentaciones previas al 2000, (una de ellas durante un 13 de noviembre en que cayó una nevada épica en esta ciudad y aún así no se suspendió el concierto), mientras físicamente estaba en el presente, mi mente y mi alma iban de salto en salto entre detalles y momentos del pasado.
Yo no sé si a la gente que va a asistir mañana al concierto le pasará igual que a mi... Quizá para algunos sea un concierto más o algo irrelevante y superficial; pero de verdad que para mi ha sido especial todo esto, porque primero fue hermosa la manera en que dos de mis amigas más cercanas me regalaron los boletos que aunque parezca exagerado, cuando una de ellas me habló para avisarme, lloré de emoción.
Es un poco extraño también caer en la cuenta de que ya pasaron 30 años y a pesar de que tanto Ilse, Ivonne y Mimi han cambiado y yo también junto con ellas, la emoción de volver mañana a ese mismo recinto donde siempre han ofrecido su música cada vez que regresan a esta ciudad, es al mismo tiempo como desempolvar un paquete de sensaciones y emociones ya olvidadas como la curiosidad de fan por saber en que hotel están, las ganas que tenía en esta mañana de lanzarme al aeropuerto para ir a recibirlas (no lo hice porque a diferencia de mi adolescencia, ahora como mujer adulta tenía el compromiso del trabajo); la ilusión que da el ver la ciudad tapizada de publicidad con la imagen de ellas anunciando el concierto, y esa especie de deseo de que toda esa magia que envuelve previo a un concierto, no termine nunca...
Yo creo que eso es lo que propicia que estas tres chicas sean tan especiales para tantas personas, porque de alguna manera cada vez que quienes amamos su música asistimos a un concierto, es en cierta forma como viajar en el tiempo para reencontrarte contigo mismo. En mi caso con esa chica adolescente, soñadora y romántica que era en ese entonces; para tal y como si fuera una proyección de una película o de un sueño que se vive demasiado nítido, encontrarme en los pasillos de ese gimnasio, y sentir también esa alegría y al mismo tiempo esa tristeza unos minutos antes de que termine el concierto... Obvio porque no quiero que culmine nunca, y por otro lado, después de la última canción no tengo idea cuando nos volveremos a encontrar...
Espero que esta vez no pase tanto tiempo... A pesar de que en mi adolescencia tenía un poco más de mágico y especial el ser fan, puesto que en aquel entonces los artistas favoritos eran prácticamente inalcanzables; en la actualidad gracias a las redes sociales uno puede escribir un mensaje en su muro y ellas contestar (ya me pasó con Ilse y fue muy lindo).
En concreto, el día de hoy de lo que quería escribir era sobre esa sensación de estar viviendo el pasado en el presente... A la par de ir en el camino recordando todos los conciertos y todo lo que me ha pasado y tocado vivir junto a las Flans desde el primer instante en que descubrí su música; mi enlace con el presente eran las publicaciones que ellas estaban realizando en tiempo real en su cuenta de Facebook, cuando ya venían de camino a mi ciudad... Algo que siendo sincera, pensé que nunca volvería a suceder.
De verdad me siento feliz, y sé que mañana la pasaremos genial. Me acompañará mi amiga Liz, y nos reuniremos con Alba (otra chica que fue mi compañera de clases en la universidad y con quien aunque no de manera tan cercana, se ha mantenido una amistad en todos estos años).
Ya todo está listo... Y es una mezcla de sentimientos encontrados al experimentar emoción total y alegría por el concierto de mañana, pero al mismo tiempo recordar a detalle todo lo que ya he vivido gracias a las Flans en los años que ya pasaron.
La verdad no sabría decir si el 13 de noviembre del 2007, mientras la ciudad quedaba paralizada y cubierta bajo un manto grueso de nieve fue mi primer concierto... Creo que sí, puesto que antes de eso no tengo memoria de haber asistido a ningún otro.
Quisiera decir y escribir tantas cosas, pero mañana hay que trabajar para poder salir temprano y vivir esta nueva aventura. Ya vendré a contar como estuvo todo una vez que pase el concierto, pero mientras eso sucede, gracias por la felicidad inmensa de estos días, por la posibilidad de revivir el pasado en el presente y por conectarme con esa chica de antes, que en esencia sigue viviendo dentro de mi... Hace falta reconectar con eso.
Ya todo está listo para mañana y así, mientras las horas previas al concierto transcurren, los pensamientos y las emociones se aquietan como arena en el fondo del agua; hoy me quiero despedir con música de Flans que siempre me pone de buenas y me llena el alma de alegría.
P.D. Este video me fascina porque aparte de que está muy bien realizado y dirigido, siento que logró atrapar y proyectar la esencia de Flans.
¡Buenas Noches!
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