Diálogo de Telenovela: "Mirada de Mujer"


En esta etapa reciente de mi vida en que he podido manejar mi tiempo y disponer un poco más de espacios libres, encontré en Amazon Prime la telenovela "Mirada de Mujer", que fue uno de los primeros trabajos de Argos como productora y que evidentemente revolucionaron la forma de hacer y ver telenovelas en México.

Hace ya 30 años de eso... ¡Pueden creerlo!, y pues bueno, en ese entonces yo era estudiante universitaria y recuerdo que "Mirada de Mujer" fue una historia que por las temáticas tan realistas y llenas de actualidad que abordaba, no sólo paralizaba el país durante el horario en que se transmitía (creo que a las 9 de la noche) y que hizo que hombres jóvenes y adultos fueran parte del puntaje alto de raiting para un programa que aparte de ser transmitido por la televisora que empezó a darle dolores de cabeza a Televisa, aparentemente estaba dirigido al público femenino.

Andrés (Plutarco Haza), María Inés (Angélica Aragón), Mónica (Bárbara Mori), Ignacio (Fernando Luján) y Adriana (Ma. René Prudencio).

Para quienes no están familiarizados con este blog, Argos ha sido la productora de un sinfín de historias que hicieron un éxito de TV Azteca... desde "Las Aparicio", "Bienvenida Realidad", "El Sexo Débil", etc. y ahora para plataformas de televisión de paga: "Ingobernable" y "Oscuro Deseo" entre otras.

María Inés (Angélica Aragón) y Alejandro (Ari Telch).
...Volviendo al tema de este post, en esta especie de reencuentro con esta maravillosa telenovela, me he dado cuenta que a pesar de que ya pasaron 3 décadas, las situaciones que plantea y los personajes, siguen tan vigentes hasta esta época actual. Para muestra, un diálogo que me encantó y quiero compartir y que se dio entre los personajes de: "Marcela" (Carmen Madrid) y su amiga "Daniela" (Martha Mariana Castro), quien fue la antagónica de "María Inés" (Angélica Aragón).  

Sin duda alguna Argos ha sido un parteaguas en la manera de producir y contar historias... Con seguridad seguirá sorprendiéndome durante otras 3 décadas más. Ya veré si más adelante puedo compartirles alguna otra joyita de esta magnífica historia que no ha podido ser igualada hasta el día de hoy.
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Daniela: -Estoy cansada de ser "la otra" la amante de Ignacio San Millán, la oportunista, una arpia. Sabes bien que no soy nada de eso.-

Marcela: -Pues si, pero uno no se casa para acallar rumores.-

Daniela: -No me estoy casando para acallar rumores, Marcela. Esta bien, me molesta, lo admito, pero ante todo amo a Ignacio. Ni siquiera puedo presentárselo a mis papás.-

Marcela: -Ay... (en tono de molestia)-

Daniela: -Sí, lo tengo que mantener oculto, como si fuera un sacrilegio, cuando en realidad nuestro amor es como una bendición.-

Marcela: -¡Ay, que romántica! (con tono de burla sarcástica).-

Daniela: -Búrlate si quieres... Lo importante es que todavía creo en el amor...-

Marcela: -Pero tú no te estás casando sólo por amor. Detrás de todo tienes mucho miedo.
Miedo a no tener un hombre, miedo a no tener hijos, miedo a enfrentar la vida sola sin el apoyo de un hombre...-

Daniela: -¿Y qué hay de malo en eso?, no todas las mujeres somos como tú. Tú eres muy fuerte, y además con una forma de pensar bastante poco común.-

Marcela: -No, no soy más fuerte que otras mujeres. No sabes la cantidad de noches que me he desvelado pensando que será de mi el día de mañana, sin un hombre, y sin hijos a mi lado... Y me dan las cinco de la mañana imaginando como será el asilo de ancianos donde tendré que auto recluirme el día que no pueda valerme por mi misma.- 

Daniela: -¿Y entonces por qué no te casas?-

Marcela: -Bueno, no puedo dormir, igual que no puede dormir una esposa que está pensando en que su marido la engaña o imaginando si uno de sus hijos se va compadecer de ella cuando sea viejita y entonces evitará acudir al mismo asilo donde yo voy a estar recluida.-

Daniela: -No hablas en serio...-

Marcela: -Por supuesto que si...

Daniela: ¡Ay Marcela!, llevas todo a unos extremos, que bueno...

Marcela: -¿Qué no es el miedo a la vejez, en la soledad, lo que nos obliga a hacer concesiones? 
Daniela, los hombres no son nuestro seguro para el abandono, para la muerte, para la soledad. Es demasiado injusto pedirles todo eso.-

Daniela: -Te olvidas de un pequeñísimo detalle: Mínimo: "El Amor"...-

Marcela: -Bueno, ¿Cuántas de las parejas que conocemos tú y yo siguen unidas por eso: Por el amor?... ¡Ninguna! Yo creo que siguen juntos como una tabla de salvación. ¿No es eso más egoísta?-

Daniela: -Probablemente no te has dado cuenta Marcela, pero somos simples seres humanos. Nos unimos en pareja casi por instinto de conservación.-

Marcela: -Entonces no hemos dejado de ser animales.-

Daniela: (se ríe) -Todavia no entiendo como han podido soportarte. No me explico nada... ¿Qué es lo que esperas de las relaciones afectivas?

Marcela: -Yo amo a los hombres, nada más que busco en ellos solamente eso: Amor. Nada más... Lo que quiero decir es que no los necesito para nada. No los necesito porque no quiero que me mantengan, ya que gano mucho más que la mayoría de ellos. No necesito que me hagan compañía, porque me encuentro muy bien conmigo misma. No necesito que me enseñen a pensar porque yo he aprendido a hacerlo, digo para eso hice un Doctorado ¿no?-

Daniela: -¿Y entonces?-

Marcela: -Que yo sé arreglar el coche, yo lo llevo al taller, yo arreglo la estufa, reparo los muebles...-

Daniela: -¡Estoy hablando en serio Marcela!-

Marcela: -¡Yo también! Además no tengo ningún deseo de inmortalidad o de trascendencia, así que no quiero hijos; por lo tanto me queda una sola opción válida para querer a un hombre: El Amor.
La mayoría de las mujeres solamente  buscan a los hombres como una tabla de salvación, yo no. No es justo... En realidad si alguien ama a los hombres, esa soy yo, porque no los necesito... Por eso.-


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