El loco que nadie ve...

Era tan normal, que pasaba desapercibido... Un loco que siempre llevaba hojas en blanco y un montón de sueños guardados en la mochila atada a su espalda...

Era el único que disfrutaba escribiendo cartas sin tiempo sentado sobre la banca de un parque, el único también a lo que todo a su alrededor le afectaba, que por eso un día decidió llevar siempre una manzana o un sándwich bien envueltos -no por si en el recorrido le daba hambre- sino por si encontraba en el camino alguien que de verdad los pudiese necesitar...

En los bolsillos de sus jeans no llevaba mucho dinero, pero si historias atrapadas, letras llenas de magia que a veces dejaba abandonadas en forma de cartas entre las páginas de libros que con toda la intención olvidaba en una caseta telefónica, en algún tomo resguardado en un estante dentro de una vieja y empolvada biblioteca, o en cualquier lugar donde la intención era hacer un regalo, disfrazado de casualidad...

Él era quien veía el cielo como un lienzo cada tarde, quien agradecía a Dios por ese regalo diario, y también por ser tan normal y tan sensible al mismo tiempo... El que de un tiempo a la fecha llevaba una bolsa pequeña de croquetas también, por si un ángel herido de cuatro patas salía a su paso....

Alguna vez lo vi comprar algo de comida, para regalarlo varias cuadras más adelante a algún indigente que quizá no probó alimento en muchos días... No es que el dinero le sobrara tampoco, era que no podía ser indiferente nada más... La demás gente ni siquiera se daba por enterada y por esa razón entre calles y en medio de una ciudad que le quedaba tan grande, él, era el loco que nadie ve...

Yo si lo vi, me lo encontré una sola vez y supe que su nombre era Minotauro... Él no me lo dijo, pero en sus ojos vi que si bien era cierto en sus manos no estaba cambiar lo malo que hay en el mundo, a través de algo tan simple como DAR, encontró la forma de regalar esperanza y un trocito de fe a alguien que quizá la perdió, y transformar en algo mágico, un día normal...

¡Gracias Minotauro!, por permitirme ver el mundo a través del reflejo de tus ojos...