Balance de Diciembre


En las últimas semanas el tiempo se ha ido muy rápido... Ha habido mucho silencio en letras, pero demasiado diálogo interior... No sé si a ustedes les pasa que de pronto sienten como si cada uno de sus días fuera viajar en un auto viendo desde la ventanilla como pasa todo muy de prisa, y es entonces cuando hace falta detenerse en algún punto para descansar un poco y respirar...

Algo así es lo que ha sucedido conmigo, y ese bajar del vehículo para detenerse y respirar para mi fue el día de hoy.

Este trayecto llamado 2016 está a punto de terminar. Quedan apenas unos cuantos kilómetros para llegar todos a un mismo punto, y aunque de diferente manera, siempre, cuando algo está por concluir, es inevitable voltear hacia atrás para ver todo cuanto se quedó en el camino, y es justo en ese punto en el que yo me encuentro hoy.

Este año sin duda alguna no fue el mejor de todos... Fue difícil en muchos sentidos, pero sé que no soy la única persona que dirá eso, pero también, aunque suene contradictorio fue un año abundante en aprendizajes y vasto en experiencias de todo tipo.

Desde hace algunos años atrás me he dado cuenta que soy una mujer distinta y este año lo comprobé una vez más al cien por ciento. No sé si será la edad, o si estoy madurando, pero cada vez tengo más claro lo que soy y lo que quiero, además de que viajo ligera de equipaje y sin estar ya atada a nada ni a nadie.

En víspera de otro año más, también estoy más que nunca consciente de mis defectos y virtudes y esta es la etapa en que más he disfrutado de todas las capacidades físicas de mi cuerpo, puedo decir que me he sentido más viva que nunca y es algo que valoro mucho y agradezco tanto a pesar de que haya semanas en que me voy a la cama agotada... Sé que mi cuerpo no estará siempre en esas condiciones y es por eso que aprovecho al máximo esa facilidad que tengo ahorita para ir, venir y disfrutar de todas y cada una de las sensaciones que mi piel experimenta, así como de las emociones que me provocan alguna reacción agradable o no.

A pesar de que ya quedan pocos días, aún no puedo decir: ¿qué fue lo mejor de este año? 
Dicen que la vida se conforma de las cosas que no son materiales y son los momentos que vivimos lo único que podemos guardar en nuestro equipaje de vida, y en ese sentido mi maleta está bien llenita de instantes felices, momentos divertidos y situaciones difíciles que me han hecho entender que no se trata tanto de buscar la felicidad, sino de aprender a estar bien, independientemente de las circunstancias que te toca afrontar en el instante presente.

Hay muchas cosas por contar y otras tantas que por falta de tiempo se me quedaron en el tintero, pero aún así quise tomarme un respiro para conversar en letras con ustedes, para detenernos juntos y analizar lo que ha sido nuestra vida en este año, y quizá escribir una carta para agradecer todo lo que aún no llega a nuestra vida, pero el simple hecho de imaginarlo nos pone más en ruta para ser mejor de lo que hemos sido hasta hoy.

Faltan alrededor de 3 semanas para que este ciclo concluya... Habrá cosas que ya no se pueden cambiar, otras que ya es necesario dejar atrás y unas cuantas que quizá puedan redefinirse... Tal vez estos días que siguen sean idóneos para eso, pero mientras eso sucede, yo en lo personal agradezco por la salud, por los amigos, por la familia, por las sonrisas, por el constante aprendizaje sobre el desapego y sobre todo porque me encanta todo lo que soy.

No tengo idea que viene más adelante, pero tal cual como sucede cada que termina un año, quiero creer que a pesar de estos tiempos tan complicados en los que vivimos, para cada uno de nosotros vienen mejores cosas en todos los sentidos. De verdad espero que así sea... Pero mientras eso sucede y perfilamos nuestros pasos hacia la recta final del 2016, vivamos cada día de este ciclo que queda, como si no hubiera nada más.

Nos leemos pronto. 




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