Carta en Tiempo Presente...
...Comienzo a escribirte mucho antes de estar cerca del papel y la tinta, mientras todo está oscuro y siento la tibieza de tu respiración lo más cerca de mi.
Aunque las letras aún no se materializan, pienso que cuando leas esta carta, te contaré del maravilloso regalo que es escucharte hablar de tus cosas antes de que te duermas o irrumpir por debajo de tus brazos para entrometerme y descubrir las líneas exactas del libro que estás leyendo, hasta provocar que te distraigas a punta de besos...
Sé que debo contarte también acerca de que me gusta acompañarte en silencio mientras memorizas fórmulas y descifras ecuaciones que yo no entiendo... Esas que dices te permiten averiguar la resistencia que tiene un material para construir todos esos edificios que sueñas despierta con edificar.
Seguro si... Te contaré como se ve desde mis ojos todo eso, pero también de cómo se percibe desde mi piel la temperatura de tu cuerpo después del último baño al final del día, cuando te quitas el cansancio del cuerpo y lo dejas cubierto sólo con ese tatuaje tan tuyo y esos lunares desperdigados que he pasado tantas noches contando hasta tarde despacito...
Si, quizá cuando leas sobre eso, sentirás curiosidad y querrás saber todavía más... Necesitarás que te cuente como es la textura de tus cabellos cuando se desparraman junto a tus sueños sobre mi almohada (que ahora es igual que yo de tuya); de lo lindo que es el marrón de tus ojos cuando me miras desde tan cerca, cuando tus lentes de chica nerd se quedan a reposar toda la noche junto a tu celular.
Sé que sonreíras al leer, porque sabrás que todo esto es tan cierto, como la forma tan apasionada en que te enciendes cuando te beso o hablas de los colores y las formas en las pinturas de Klimt y Kandinski.
Comienzo a escribirte mucho antes de que amanezca, y mientras tú viajas hasta no se dónde en sueños, yo doy gracias en tiempo presente por el regalo de tu cercanía... La física y la que no es tangible... Por los días de lluvia o de prisas en que tus abrazos se vuelven un refugio; el lugar a donde sin dudarlo quiero correr para escapar.
Tantas veces te imaginé... Y del mismo modo que aún no sé descifrar tus pensamientos cuando te quedas en silencio; tampoco sé decirte si todo eso que eres y me encanta, corresponde a todo lo que de la vida siempre esperé...
Nada es para siempre... Sé que no te gusta que te diga eso; pero soñar despierta mientras te tomo de las manos y siento como vas encaminándote poco a poco hacia el país de los sueños, es una forma de desnudar ante tí mis miedos; esos que me vuelven tan humana y te revelan la vulnerabilidad de mi alma.
Puedo pasar la madrugada entera escribiéndote sin estar cerca del papel y la tinta... Dibujando historias mágicas sobre un futuro compartido en letras que se trazan y difuminan sobre tu espalda; pero en esta noche de lluvia y frío sólo quiero dejar esta carta en tiempo presente, para decirte que dormir sola ya no es tan disfrutable como lo era antes de que te aferraras a entrar en mi vida; a intentar ganarte mi confianza y un lugar en mi.
Comienzo a escribirte mucho antes de que abras los ojos otra vez y sonrías cuando me mires... Gracias por este tiempo presente y por el valor de arriesgarte a estar aquí, junto a mi.
Para: M.
Invierno, 2017
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