Un post que no es sobre Odin...
Ese hombre que tú vez ahí... (aunque suene a inicio de canción de Lupita D'Alessio) es Odin Dupeyron: actor y dramaturgo mexicano, y hago la aclaración para quienes no están familiarizados tanto con este blog y no lo conocen, porque es él, quien luego de varias semanas de ausencia me ha hecho volver al blog.
Resulta que hace algunos días atrás, mientras iba manejando, en pleno semáforo donde la avenida Ejército Nacional hace cruce con Plutarco Elías Calles me encontré un poster que anunciaba que Odin estaría de nuevo en mi ciudad presentando su famoso monólogo que se titula "A Vivir".
Lo primero que vino a mi mente cuando vi el poster fue una frase que me encantó de ese monólogo; pero lo relevante aquí no es cuantas veces lo ha presentado en esta ciudad fronteriza, ni tampoco cuantas veces yo lo he visto; sino que lo fue más el hecho de que en el breve lapso en que gracias a la luz en rojo yo estuve algunos minutos ahí suspendida, reviví toda la historia que de manera indirecta me involucra con él.
Para empezar fue muy lindo recordar que en ese cruce exacto, en el 2015, después de salir de trabajar de una de las tiendas que estaban por ahí cerca, yo salí una tarde, y me tuve que ir caminando hasta el teatro donde él se presentaba porque no pasaba el camión. Esa avenida es muy, muy grande y siguiendo en línea recta topa con otra avenida principal que es muy cercana a donde se encuentra el Centro Cultural Paso del Norte. En auto quizá podrías tardar menos de media hora en llegar, pero caminando y a poco más de hora y media previa a la hora en que estaría Odin, es poco tiempo para tan larga distancia... La verdad no recuerdo si iba a paso veloz, pero llegué como 10 minutos antes de que empezara la función....
Yo estaba muy emocionada ese día, tanto que al salir, volvió a suceder lo mismo... No había transporte público, no traía mucho dinero para tomar un taxi, pero estaba tan inspirada por la obra y por todo lo que había vivido que me fui caminando hasta mi casa.
Odin y yo siendo "guapamente felices" 😂😎
...De vuelta al presente, al semáforo en rojo... No pude evitar sonreír porque me di cuenta que quizá haya veces en que los artistas no se dan cuenta de los sacrificios que un fan debe hacer para estar cerca de quien admira... Una vez escuché a Soraya (†) hablar algo al respecto y a Pausini también....
En el caso de Odín, mi historia con él viene de mucho tiempo antes, y aunque este podría parecer un post para hablar de él, no es así, porque desde el cruce de esas dos avenidas principales se llega también a un parque (todavía más lejano que el teatro) y que durante algún tiempo, todavía dando un salto más grande en el tiempo, yo elegí como refugio y a la par de escribir cuentos y cartas muy especiales, ahí plasmé por primera vez en mi diario que soñaba con conocer a este actor y darme como "autoregalo de cumpleaños" un viaje a la ciudad de México para poder verlo.
En este teatro tan chiquito, empezó Odín (incluso llegaba en bicicleta y él mismo recibía a la gente en el lobby).
En ese entonces era para mi como un sueño lejano y casi imposible... Pero si lo logré. Mucho antes de verlo aquí en Juárez, ese sueño se me concedió... No fue "A Vivir", pero si "22:22"... Fue muy chistoso porque en esa ocasión yo no iba a México con ese propósito pero se me ocurrió pedirle a mi amigo Oscar que viera la posibilidad de conseguir boletos para una función después de una comida con unos amigos y se me concedió no sólo el deseo cumpleañero, sino el estar en el Teatro Ofelia, que fue el lugar donde Odín empezó cuando todavía no era famoso... Ese primer encuentro con él fue tan especial y tan inspirador, que esa noche regresé al hotel con el corazón tan lleno de emoción que no podía dormir y aunque por el horario no podía hacer una llamada de larga distancia, esa noche escribí una de las cartas más honestas que he redactado en mi vida... No recuerdo si la entregué -creo que no- pero me emociono de recordar esa madrugada al escribirla.
De ahí en más todo lo que se ha relacionado con Odín ha sido especial y mágico... Un libro en el aeropuerto en la Ciudad de México que tuve que comprar otra vez de regreso a Cd. Juárez, porque el primero que compré lo regalé... Luego la obra de "Lucas" ya en ciudad Juárez, acompañada de mi mamá, "Esto Sé" (la conferencia) y aunque de todas las cosas que él ha hecho sólo me falta ver "Recalculando", delante de ese mismo semáforo en rojo recordé que aunque ya no soy aquella chava soñadora que desde ese parque solitario soñaba con conocerlo, si he sido una mujer muy afortunada porque nunca me he quedado con las ganas, y he conocido a la mayoría de las personas que admiro y me inspiran (sean o no artistas), y él ha sido una de esas.
Insisto... Este no es un post sobre Odin, es mi historia, en la que de forma indirecta él ha sido un personaje bastante importante que puedo usar como ejemplo de que todas las cosas que uno sueña pueden ser posibles con el simple hecho de esforzarse y trabajar duro para conseguirlas.
Supongo que cada persona tiene a alguien a quien admira o quien lo inspira... Odín es para mi algo de eso y recordar todo lo que se relaciona con él en ese espacio tan diminuto de tiempo que dura un cambio de luz, fue lo que sucedió dentro de mi cabeza, pero sobre todo en mi interior.
Es impresionante el poder que tienen los pensamientos... El parque desde donde escribí que deseaba conocerlo ha estado en mi mente durante varias semanas, tanto, que el único hombre con el que compartí ese espacio al aire libre (y fue el único importante en mi vida). me escribió por correo hace como 3 días atrás -cosa que de verdad tampoco me esperaba- y mencionó ese mismo lugar... Pero eso es tema para otro post, que la verdad no sé si sea para este espacio o para el diario inédito.
De esa mañana en el semáforo en mi presente, a la hora de la comida en el parque solitario han pasado y han cambiado muchas cosas... Yo misma soy parte de esos cambios; pero en este post que no es sobre Odín quise escribir al respecto, con la intención de no olvidar que no hay sueños tan grandes ni pequeños... Quizá todo sea ciclíco y aunque la vida me ha llevado por distintos caminos, de cuando en cuando el pasado regresa, quizá para recordarme que aunque hoy soy una mujer distinta y mis sueños apuntan en otra dirección incierta, hay suspiros y amores (de cartas no entregadas) que se mantendrán intactos a pesar de que evaporen con el paso del tiempo...
Comments