Volver sobre los mismos pasos
Si caminar de nuevo sobre los pasos ya andados te permitiera retroceder el tiempo ¿hasta donde te llevarían tus pasos?
¿Caminarías hasta el lugar donde se dió un encuentro que en apariencia fue fortuito?, tan sólo para volver a conocer a alguien de nuevo por primera vez.
¿En qué lugar te detendrías sin importar si es de día o de noche? ¿en un aeropuerto de madrugada en medio de un país lejano?... Quizá más cerca, en la banca de un parque a las 7 de la tarde, o en medio de una playa a primera hora de la mañana para ver pasar alguien de camino a su trabajo, muchos días antes de que en tu vida se convirtiera en alguien especial.
Estando ahí, con los pies bien cimentados sobre la tierra, ¿volverías a sentir lo mismo? ¿cambiarías algo de lo que dijiste o volverías a expresar de memoria palabra por palabra tal como si del guión de una película entrañable se tratara?
¿Llegarías con prisa o intencionalmente propiciarías retrasar el instante previo a un encuentro?, tan sólo por el simple hecho de retener por un instante más la sensación del corazón latiéndote fuerte dentro del pecho, por la emoción y el alma tan llena de suspiros escapándose en forma de escalofríos recorriéndote la piel...
¿Será acaso que no es el tiempo ni tampoco son los lugares?... Volver sobre los mismos pasos hasta determinado punto sólo serviría para reencontrarte con lo que viviste y hasta hoy llevas por dentro.
...Quizá hoy ya no exista ese teléfono en la esquina donde hiciste esa llamada para decirle a alguien que lo extrañas, pero aunque haya muchos días y estaciones del año de distancia entre un instante y otro, volver ahí implicaría que aunque tú ahora seas una persona distinta, llegarías vistiendo las mismas emociones y sintiendo el mismo amor por alguien que ya no encontrarás ahí y el presente ya no permitirá que llegue a tu encuentro.
Y no, no es que el pasado sea mejor o que por estar contando los pasos de regreso hasta un día o instante determinado se pierda la capacidad de asombro de todo lo que surge en el camino... Es tan simple como el hecho de que llevamos el alma llena de pedazos de instantes que son como fotografías que sirven para volver a ver, cuando de camino hacia los días que aún no se han vivido se llenan de dificultades o trivialidad.
Yo si volvería aunque ya no te encontrará ahí de nuevo, volvería a esperarte aunque no llegaras, volvería a caminar cuadras y cuadras buscando un teléfono público aunque llevara el celular de hoy en el bolsillo, para volver a realizar una llamada de larga distancia, por la sencilla razón de que las emociones aunque vayan dentro de un estuche físico no se deterioran ni se desvanecen como los instantes en el tiempo y de pie sobre cualquier sitio pueden hacerte sentir vivo otra vez.
Retrocedo 2 pasos y sé que hay lugares hasta los cuales no puedo regresar ahora... Pero también sé que no necesito hacerlo porque las sensaciones y emociones que recopilé ahí tal como si hubiesen sido souvenirs de otro tiempo, aún me acompañan hasta en los días más felices del presente, sobre todo cuando extrañar cala y pesa hasta los huesos....
¿Será por eso que habrá lugares y ciudades tan llenos de mágica nostalgia? ¿cuántas historias no habrá impregnadas entre muros y callejones?... Quizá rodando como las hojas de otoño arrastradas por el viento, bajo la sombra de un árbol, desvanecidas de la arena por la marea que acaricia una y otra vez la orilla de la playa, o tal vez perdidas entre tantas conversaciones de otras miles de personas que llegaron a sentarse a esa misma sala de aeropuerto dónde un día estuviste tú.
Al día de hoy se que ya no te encontraría en ninguna parte, pero hay días en que me gusta retroceder algunos cuantos millones de pasos tan sólo para contarte lo que he visto y también vivo ahora, pero retroceder sobre los pasos andados no implica que volviera a encontrarte...
Supongo que si eso sucede alguna otra vez será en otro tiempo y espacio, tal vez dentro de un sueño o en otra dimensión adónde no pueda acceder el cuerpo físico... Son simplemente cosas que imagino cuando me quedo en silencio o cuando las inmensas ganas de abrazarte me llevan a soñar despierta en que puedo volver a reencontrarte con el simple hecho de retroceder aunque mis pasos se perfilen en dirección hacia el camino que aún me queda por recorrer.



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