Historia En La Canción: "Cartas".
Ella tenía 17 años, él entre 18 ó 19 (no más de veinte)... Fue gracias a él que descubrió lo que se sentía querer estar al lado de alguien, cuando ambos eran apenas unos niños. Pensó que desaparecería para siempre de su vida, pero en una de esas tantas vueltas del destino, volvió a encontrarlo en su camino en uno de los pasillos de la preparatoria donde ambos estudiaban.
Fue apenas una décima de segundo en el que sus caminos se cruzaron. Un instante tan fugaz y tan breve... Demasiado insuficiente como para que él recordara que ella era aquella niña a la que en vacaciones de verano, frente a la casa de la abuela, él le prestaba su bicicleta y que con el paso de las semanas, la invitaba al garage de su casa, junto a otros niños también para jugar.
La verdad no sé si es que desde entonces ella era una observadora innata, pero por alguna razón ella comenzó a darse cuenta de que él no era como los otros niños... Su sonrisa era hermosa y sus ojos reflejaban la transparencia de su ser...
Era tan tierno y especial, que en la puerta de su habitación tenía pegada una estrella hecha a mano que en el centro decía "Mago"; pues más allá de hacer aparecer y desaparecer cosas, su sueño era aprender la magia para que los demás lograran ver al mundo con ojos diferentes... Él nunca lo supo, pero con alguien tan cercano a él si lo logró.
Cuando el verano terminó, unos meses después él se fue para siempre de esa casa y ya nunca más volvieron a verse, hasta ese encuentro casual en las instalaciones de una escuela... En ese entonces él era ya un hombre, pero su sonrisa y su mirada seguían siendo exactamente iguales a las del niño que en otro tiempo fue.
Con el paso de los días, y una vez que comprobó que en realidad era él y no había alucinado; ella averiguó todo lo que estuvo a su alcance... Él era parte de la rondalla de la escuela, estaba en quinto semestre ya (a menos de un año de concluir sus estudios y cambiar de escuela); pero fue un lapso suficiente para que en ella renaciera todo lo que de niños le inspiró, pero ahora ya de otra manera y con más fuerza.
Él salón de clases donde él estaba, quedaba justo frente al edificio donde estaba ella, y las clases se le iban entre suspiros, letras y palabras que comenzaron a delinearse desde su interior... Ella tampoco se lo imaginaba, pero fue por él que comenzó a jugar a ser escritora, también se volvió asidua asistente de todas y cada una de las presentaciones que tenía la rondalla de la escuela; y lo más lindo de esa etapa fueron las cartas y detalles cursis, que en el corazón de una adolescente comenzaron a bordar en su interior lo que era por primera vez el amor.
Conforme los meses pasaron, ella comprobó que él era mucho más que un buen muchacho... Era un buen amigo, excelente hijo, buen estudiante, un joven sano que era coordinador en los cursos de confirmación en una iglesia cercana a la preparatoria.
Con la complicidad de una amiga que se quedaría para toda la vida junto a ella, fue que logró acercarse por primera vez a él. El día que eso sucedió, no podía creerlo y casi se muere de emoción cuando él la tocó por el hombro, y por medio de sus amigas se enteró que todas y cada una de las cartas que por timidez de manera anónima le envió; a él en verdad le emocionaban y las tenía guardadas todas en casa.
Hubo un día en que para un 14 de febrero, ella ató un montón de cartas con muchísimos globos y con una tarjeta enorme que ella misma había elaborado con sus propias manos, fue y las dejó en la puerta de su casa... Se moría de los nervios, pero también su corazón se derritió cuando al salir de clases, mientras viajaba en autobús, lo vio sentado en la banqueta, platicando con una compañera de clases, con una de las cartas entre sus manos... Ese fue el regalo más lindo y el agradecimiento más sincero a un montón de palabras que ella pudo expresarle únicamente sobre trozos de papel...
Cuando el ciclo escolar terminó, y con ello la graduación de la generación a la que él pertenecía, una vez más volvieron a perderse en el tiempo. Ella también entró a la universidad y poco a poco lo fue dejando en el olvido; hasta que un día, en la biblioteca central de una universidad, buscando información para un trabajo de investigación, volvió a verlo otra vez.
En esa ocasión, ya no pasó tan desapercibida... Él se le quedó viendo con expresión de: "Ahhh... fuiste tú todo este tiempo"... y de los nervios ella fue y se estrelló contra un estante de metal que por suerte aún no tenía todavía libros...
Ese fue el final de ese amor platónico que sobrevivió por tanto tiempo a base de cartas y suspiros...
Existe un epílogo para toda esta historia, de la cual ya han pasado más de veinte años... Hace apenas unos meses atrás, en uno de esos ataques de "minimalismo" en una caja de madera donde ella guardó siempre las tarjetas que recibía en su cumpleaños, después de tanto sin abrirla, se encontró con copias de todas y cada una de las cartas que en su momento por medio de otras personas le hizo llegar a él.
Un montón de detalles hermosos llegaron de golpe a su mente... Recordó que él se parecía mucho al niño de la película "Mrs. Doubtfire" (de Robin Williams) y entre tantas memorias llenas de dulzura y cursilería, también una canción de Sasha Sökol que en ese entonces sonaba en la radio...
Era la época de lo videoclips, y aunque el de esa canción hablaba sobre la hermosa leyenda del idilio entre los volcanes Popocatepetl e Iztachihuatl (majestuosos Titanes que te dan la bienvenida desde el aire al arribar a la ciudad de México); para ella era una canción que expresaba así tal cual, todo lo que en su corazón inspiró él...
P.D: Este disco de Sasha es uno de los más hermosos de toda su discografía... Todas las canciones son perfectas y llenas de magia. Aunque ella no es una artista muy comercial, todos sus discos son ¡excelentes! y nunca pasan de moda.
La verdad no sé si es que desde entonces ella era una observadora innata, pero por alguna razón ella comenzó a darse cuenta de que él no era como los otros niños... Su sonrisa era hermosa y sus ojos reflejaban la transparencia de su ser...
Era tan tierno y especial, que en la puerta de su habitación tenía pegada una estrella hecha a mano que en el centro decía "Mago"; pues más allá de hacer aparecer y desaparecer cosas, su sueño era aprender la magia para que los demás lograran ver al mundo con ojos diferentes... Él nunca lo supo, pero con alguien tan cercano a él si lo logró.
Cuando el verano terminó, unos meses después él se fue para siempre de esa casa y ya nunca más volvieron a verse, hasta ese encuentro casual en las instalaciones de una escuela... En ese entonces él era ya un hombre, pero su sonrisa y su mirada seguían siendo exactamente iguales a las del niño que en otro tiempo fue.
Con el paso de los días, y una vez que comprobó que en realidad era él y no había alucinado; ella averiguó todo lo que estuvo a su alcance... Él era parte de la rondalla de la escuela, estaba en quinto semestre ya (a menos de un año de concluir sus estudios y cambiar de escuela); pero fue un lapso suficiente para que en ella renaciera todo lo que de niños le inspiró, pero ahora ya de otra manera y con más fuerza.
Él salón de clases donde él estaba, quedaba justo frente al edificio donde estaba ella, y las clases se le iban entre suspiros, letras y palabras que comenzaron a delinearse desde su interior... Ella tampoco se lo imaginaba, pero fue por él que comenzó a jugar a ser escritora, también se volvió asidua asistente de todas y cada una de las presentaciones que tenía la rondalla de la escuela; y lo más lindo de esa etapa fueron las cartas y detalles cursis, que en el corazón de una adolescente comenzaron a bordar en su interior lo que era por primera vez el amor.
Conforme los meses pasaron, ella comprobó que él era mucho más que un buen muchacho... Era un buen amigo, excelente hijo, buen estudiante, un joven sano que era coordinador en los cursos de confirmación en una iglesia cercana a la preparatoria.
Con la complicidad de una amiga que se quedaría para toda la vida junto a ella, fue que logró acercarse por primera vez a él. El día que eso sucedió, no podía creerlo y casi se muere de emoción cuando él la tocó por el hombro, y por medio de sus amigas se enteró que todas y cada una de las cartas que por timidez de manera anónima le envió; a él en verdad le emocionaban y las tenía guardadas todas en casa.
Hubo un día en que para un 14 de febrero, ella ató un montón de cartas con muchísimos globos y con una tarjeta enorme que ella misma había elaborado con sus propias manos, fue y las dejó en la puerta de su casa... Se moría de los nervios, pero también su corazón se derritió cuando al salir de clases, mientras viajaba en autobús, lo vio sentado en la banqueta, platicando con una compañera de clases, con una de las cartas entre sus manos... Ese fue el regalo más lindo y el agradecimiento más sincero a un montón de palabras que ella pudo expresarle únicamente sobre trozos de papel...
Cuando el ciclo escolar terminó, y con ello la graduación de la generación a la que él pertenecía, una vez más volvieron a perderse en el tiempo. Ella también entró a la universidad y poco a poco lo fue dejando en el olvido; hasta que un día, en la biblioteca central de una universidad, buscando información para un trabajo de investigación, volvió a verlo otra vez.
En esa ocasión, ya no pasó tan desapercibida... Él se le quedó viendo con expresión de: "Ahhh... fuiste tú todo este tiempo"... y de los nervios ella fue y se estrelló contra un estante de metal que por suerte aún no tenía todavía libros...
Ese fue el final de ese amor platónico que sobrevivió por tanto tiempo a base de cartas y suspiros...
Existe un epílogo para toda esta historia, de la cual ya han pasado más de veinte años... Hace apenas unos meses atrás, en uno de esos ataques de "minimalismo" en una caja de madera donde ella guardó siempre las tarjetas que recibía en su cumpleaños, después de tanto sin abrirla, se encontró con copias de todas y cada una de las cartas que en su momento por medio de otras personas le hizo llegar a él.
Un montón de detalles hermosos llegaron de golpe a su mente... Recordó que él se parecía mucho al niño de la película "Mrs. Doubtfire" (de Robin Williams) y entre tantas memorias llenas de dulzura y cursilería, también una canción de Sasha Sökol que en ese entonces sonaba en la radio...
Era la época de lo videoclips, y aunque el de esa canción hablaba sobre la hermosa leyenda del idilio entre los volcanes Popocatepetl e Iztachihuatl (majestuosos Titanes que te dan la bienvenida desde el aire al arribar a la ciudad de México); para ella era una canción que expresaba así tal cual, todo lo que en su corazón inspiró él...
P.D: Este disco de Sasha es uno de los más hermosos de toda su discografía... Todas las canciones son perfectas y llenas de magia. Aunque ella no es una artista muy comercial, todos sus discos son ¡excelentes! y nunca pasan de moda.
"Cartas" | Sasha Sökol | Álbum: "Siento" (1991) | Track No. 9
"Cartas"
-Cleberson Horsth-Nando | Adapt. al Español: Sasha Sökol-
Cartas, separan miradas...
Van entregándome a ti...
Dentro, de cada palabra,
va un latido de mi corazón...
Palabras de amor,
que no sientan timidez,
ni temen la presencia de quien ama...
Palabras de amor,
que descubren mi verdad,
me ayudan a poderte confesar...
Tú vas a ver que todo en mi,
grita el fin del silencio,
esperar ya no es suficiente...
Y vas a ver que mi amor,
es mayor que todo,
Y está escrito que va a ser por siempre...
Dentro de cada palabra,
Yo me diseño sin miedo para ti...
Palabras de amor,
que no sientan timidez,
ni temen la presencia de quien ama...
Palabras de amor,
que descubren mi verdad,
me ayudan a poderte confesar...
Tú vas a ver que todo en mi,
grita el fin del silencio,
esperar ya no es suficiente...
Y vas a ver que mi amor,
es mayor que todo,
Y está escrito que va a ser por siempre...
Cartas,
esperan respuesta...
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