Encontrarte otra vez en silencio...


Sigo encontrándome contigo en medio de tanto ruido para hablarte en mis silencios. Sabes que desde siempre me encanta hacerlo, y aunque esté rodeada de gente, de alguna manera me refugio en mi misma para estar contigo, porque aunque no tengas forma física o no te vea, te percibo... Es una certeza. No necesito intuir que estás ahí.

No hay nada de mi que no sepas; pero tenía ganas de que conversáramos en letras... En realidad no hay mucho por contar; más bien quería agradecerte por todo cuanto ha pasado en este tiempo reciente, en que a pesar del cansancio estoy tranquila y me ha ido muy bien en ese trabajo; pero sobre todo porque he disfrutado de cada instante, de cada respiro, de cada vivencia, sin importar que esté sola o con alguien que sea importante para mi.

Sí, sigo siendo tan imperfectamente humana como cualquier otra persona... A pesar de que he logrado un equilibrio entre todos los aspectos de mi vida, me enojo y puedo frustrarme cuando hay cosas que no está en mis manos resolver. Aún así trato de ser tolerante, de tener paciencia, pero sobre todo de ayudar, sin cuestionar si la persona me cae bien o mal.

No ha pasado nada relevante o interesante para el común de la gente... Para mi si y quiero darte las gracias porque en este día me he sentido muy feliz, y también en los días anteriores he ido encontrando elementos que percibo como esos regalos intangibles de parte tuya que bajo mi visión o perspectiva son tan hermosos como invaluables...

Podría hacer una larga lista en la que encontrarías la sonrisa más hermosa que ha llenado mis días. Las pocas horas de sueño y las conversaciones sobre una idea genial que de verdad no quiero dejar escapar y materializar en letras; así como esos rayos intensos de luz solar que desde siempre he pensado son escaleras hacia el cielo, y al caer la tarde, me has dejado ver estando incluso en el trabajo, y de manera especial haces que vayan recorriendo por todo lo alto. una a una las ventanas de ese enorme edificio donde diario estoy.

Sé que lo sabes, pero de todas maneras quería decirte que me siento en paz y enormemente bendecida por eso... No tengo idea si es que maduré, si es que logré silenciar el ruido de todo lo que no es importante y durante tanto tiempo le di más importancia de la que debía; pero hoy ya no importa, pues tengo el corazón lleno de amor; y no me refiero al que me inspiran quienes para mi son importantes; sino al que yo he aprendido -después de tantos frentazos- a crear por mi misma, y son los que han hecho que siempre tenga algo para compartir....

Gracias de verdad por eso... Por dejarme encontrarte en los pasillos de mi trabajo... Por este instante a solas, pero tan, tan cerca contigo... Por el silencio, los suspiros en los que encuentro tantas respuestas; y que son los que propician que se sigan sumando noches en las que al meterme a la cama y apagar la luz, aunque mi cuerpo físico esté tan cansado; mi alma quiera que ya sea otro día porque se muere de ganas de hacer tantas cosas... En concreto: ¡De vivir!

4:13 a.m.

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