Meditación con Daniela Camino
En este tiempo reciente, sobre todo en las primeras semanas de confinamiento debido a la pandemia, una de las herramientas más útiles para mi y que me ayudó bastante para estar tranquila y en paz fueron algunas de las meditaciones y *Saiwas que realizó Daniela Camino.
A ella ya la he mencionado algunas veces en otros posts, pero sigo sin profundizar mucho al respecto. Daniela es una chica que se dedica de manera profesional a la Comunicación Interespecies, que no es otra cosa más que -como su nombre lo indica- la capacidad para percibir e interpretar los mensajes que nos dan nuestros animales de compañía; y por ende relacionarnos mejor con ellos y también con el medio ambiente que nos rodea.
Suena un tanto descabellado decir que se puede entablar una comunicación con los animales (sin importar la especie), pero lo crean o no, todo esto está fundamentado en estudios bastante serios y Daniela es una de las personas que no sólo ha sido pionera en ese campo, sino que además cuenta con la formación requerida para poder hacerlo y lleva más de una década enfocada a la formación de nuevas generaciones de comunicadores de una manera seria y sobre todo basado en la ética. (pero ya habrá oportunidad de profundizar más al respecto)
A lo largo de todos estos meses, ella estuvo compartiendo a través de sus redes distintas meditaciones y esta que quiero compartirles hoy, es parte de una que se realizó en 2 partes y me fascinó porque se relaciona con aquellos animales de compañía que ya han trascendido y el día que la realizó en vivo, el primero que vino a mi mente fue Poncho.
No quiero ahondar más, sólo compartirles a manera de transcripción esa parte y de paso compartir el link con la meditación completa que en lo personal, me dio una gran paz.
Gracias a Daniela por todo lo que comparte y en épocas como esta, nos ayuda a estar bien y en paz.
Saiwa: es una columna de luz, que su práctica nos permite elevar la conciencia y de esta forma sentirnos más sostenidos en dónde nos encontramos.
Entonces te pido que veas a ese animal frente a ti, Este vivo o ya haya trascendido, no pasa nada. Míralo frente a ti. Y te pido que actives en tu corazón al mirar a este animal, el gran amor que sientes por él o ella y el gran, grandísimo amor que este animal tuvo o tiene por ti.
Siéntelo como un portal dimensional casi, en el que el amor te hace ver que todo es posible, que tú eres suficiente, que tú eres lo mejor que le ha pasado a tu perro o a tu gato, que él o ella siente gratitud por ti, igual que tú sientes gratitud por él o ella. Siente ese amor. Siéntelo y reconócelo como un gran regalo. Poder sentir esto es único, maravilloso.
No te aferres a esto, es para evocar tu amor. Es para evocar, recordarte que has sido profundamente amada, amado y esa luz vas a dejar que crezca en tu pecho y vas a permitirle que desde tu chakra corazón suba esa luz hasta tu garganta ese amor y deja que tu chakra garganta se llene de ese amor incondicional, lleno de gratitud de ternura, de sentirte profundamente acompañada y sostenida o sostenido.
Desde tu corazón va bajar también a tu plexo solar o tercer chakra en la boca del estómago. Deja que ese gran amor incondicional, esa ternura, llene tu plexo solar. Siente ahí esa tibieza, sentirte reconfortada apapachada, nutrida... Y desde ahí, desde tu garganta va seguir subiendo esta luz del corazón, del amor hasta el sexto chakra en el centro de tu frente; y siente amor también ahí.
En este chakra de los pensamientos, llénalos de amor. En este chakra en el que puedes visualizar y configurar un futuro posible, llénalo de amor, llena de amor tu presente. Todos tus tiempos están aquí en el presente, en el amor. También ahora desde tu plexo solar, vas a bajar todavía, vas a dejar que se escurra hacia abajo, todo ese amor, esa compasión, hacia tu ombligo, y hacia tu segundo chakra, unos 3 ó 4 dedos abajo del ombligo.
Deja que se llene este segundo chakra de muchisimo amor, de ternura, de la certeza de que tú has amado con absoluta plenitud y que has sido completamente amada o amado por otro ser y que en el amor no hay más ni hay ni menos, en su pureza hay solamente incondicionalidad. Por eso los animales son tan valiosos para nosotros los humanos, tan importantes, tan complementarios porque nos dan ese amor incondicional.
Entonces deja que llene tu segundo chakra y tu ombligo, esa pureza de ese amor y desde ahí va bajar a tu primer chakra en tu perineo, todo ese amor incondicional, que evocaste, que sentiste, que diste, en la base de tu columna vertebral, y de ahí va escurrir hacia tus piernas, rodillas, pies. Y de los pies ese gran amor va a bajar por tus raíces profundas hacia la Madre Tierra.
Esa certeza de ser amada exactamente como eres, absolutamente aceptada o aceptado tal cual eres. Con tu olor, tu forma, tus pensamientos, tus emociones... Absolutamente amada, amado tal cual eres. Y dejando estas raíces activadas, llenas de amor, desde nuestro sexto chakra donde estábamos poniendo mucho amor ahí también y en nuestro aspecto más mental, en nuestra visión, vas a subir un poquito más hacia tu séptimo chakra, tu chakra coronario, que está en tu coronilla y un poquito más arriba, y vas a dejar que este espacio se llene del amor puro que te ha evocado tu perro, tu gato o tu caballo, tu animal familiar especialísimo.
Vas a dejar que tu coronilla se llene de este amor. De esta gratitud por haber sentido este amor, en esta encarnación y vas a ver como brilla tu séptimo chakra. El sexto, lleno de amor, el quinto... No solamente tus chakras, sino también tu piel, tus huesos, tus órganos, tu rostro. Todo tu cuerpo se llena de amor,
De ahí bajas al Timo donde también lo llenas de amor. Tu corazón, poquito más abajo del Timo. Y ese amor baja por tus brazos, codos, hasta tus manos, y llena los chakras de tus manos, esas manos con las que acariciaste tanto a este ser que amas; y ese amor sigue en tu corazón, y baja por tu tronco, por columna vertebral, hasta que llega a tu ombligo, llenando todo tu sistema digestivo, tu sistema inmunológico, tu sistema nervioso, tu sistema urinario, reproductivo. Todas las partes de tu ser se van llenando de luz, las físicas, las intangibles; también tu ombligo, el núcleo de la vida, para que puedas sentir allí gratitud, sin esta vida no hubieras podido sentir tanto amor.
De ahí bajas también a tu segundo chakra, a tu bajo vientre, llenándolo de amor, tus órganos sexuales, reproductivos. Deja que tu cuerpo se llene de este amor. Finalmente otra vez tu primer chakra. La base de tu columna vertebral, la base de tu existencia, tu fisicalidad en toda su expresión con tus piernas, tus pies y tus raíces.
Sintiendo todo este amor, agradece a tu maestro animal. En mi experiencia, realmente atrás, en lo más profundo y lo más profundo de amor que nuestro perro o nuestro gato, nuestro caballo, tu canario, cualquiera que sea el animalito que te haya hecho sentir tanto amor; atrás en el fondo, siempre está el gran espíritu. Un amor que lo conecta todo. Es el mismo amor del gran espíritu que te ha enviado a través de este animal de compañía, para decirte en la manera que tú lo puedes comprender, te amo. Te amo así como tú eres y me escurrí en este cuerpo peludo, tierno, maravilloso, lleno de inteligencia y de belleza, para decírtelo de una manera incondicional. para que lo puedas recibir.
Entonces mira a tu maestro o maestra animal, sabiendo que también es hijo o hija del gran espíritu, nutrido por este mismo gran amor, y agradécele. Lo sueltas, lo dejas ir. Él también o ella también se han nutrido del mismo amor; y tú siente tu cuerpo lleno de amor, lleno de pensamientos positivos y de un gran potencial para este tiempo presente y para tiempos futuros.
Siente tu estabilidad, Y cómo es posible co-crear un mundo mejor para ti y para todos los que te rodean; humanos y animales, desde el amor, la confianza, la entrega, la alegría; y respira todo esto, profundo. Dos o tres veces, profundo... Soltando el aire por la boca, sintiendo alegría, soltando el aire por la boca, y despacito abres tus ojos".
Para ver la meditación completa:
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