Pensamientos sin ensobretar al cielo...


Tengo muchas ganas de escribir, pero no lo he hecho porque la mayoría de los días no encuentro la manera para describir con letras los pensamientos y emociones que he ido acumulando en este tiempo, o me pasa también, que en los días en que si lo sé, el tiempo libre se me escapa entre los libros y escuchando embobada las conversaciones de gente que sabe y habla con total conocimiento sobre las cosas que me interesan y cautivan.

No todo ha sido bueno ni malo... La vida como siempre está llena de "claroscuros" y las cosas que de pronto me ensombrecen me han enseñado a disfrutar de lo simple todavía con mayor intensidad.

Me gusta quien soy y hay días en que de modo inevitable quisiera contarle a quien ya no está todo lo que he aprendido y descubierto en este tiempo presente... Aunque sé que en el cielo no existe un domicilio fijo o un apartado postal permanente, los pensamientos y las conversaciones sin palabra alguna llegan ensobretados en suspiros que viajan más rápido que la velocidad de la luz.

El mundo es un lugar cada vez más difícil y complejo... Es el pensamiento que predomina en todas esas cartas que nunca escribo... Pero al mismo tiempo este sigue siendo un lugar maravilloso, en el que si abres mucho más el alma que los sentidos, encuentras cosas hermosas en lo sencillo y cotidiano... Aprendes como todo lo que hay en los libros y en la mente de la gente que los escribió en otros tiempos y también en el presente, va tomando sentido y te lleva a darte cuenta que todo en lo absoluto está interconectado.

Yo lo descubrí apenas y aún sin estar ya aquí de seguro tú ya lo sabes... y quizá ese es el tipo de cosas que me hacen extrañarte tanto, porque hay madrugadas y tardes en que me gustaría contarte sobre todo lo que he descubierto y aprendido y tú me dijeras lo que piensas o simplemente desearía que hubieran habido más tardes o inicios de día en los que daba igual lo que pasaba allá afuera... Lo valioso del instante era la certeza de que aunque no pronunciáramos palabra alguna, ahí al lado estabas tú..

No estoy triste ya... Te extraño tanto, es un hecho... Y si, hay momentos grises y de sombra, pero son efímeros y fugaces como lo son también mis emociones tan humanas, y del mismo modo en que en contra de mi voluntad he tenido que aprender a convivir con tu ausencia, es muy contradictorio también encontrar algo de ¿gozo? en ello.

He hecho muchas cosas en este tiempo, pero por ejemplo: te cuento que hace apenas muy poco me regalé la oportunidad de ver una puesta en escena musical que es maravillosa... Hasta el día de hoy me tiene encantada suspirando y hay veces en que escuchando las canciones de ese musical en la noche, sola y conduciendo de camino al trabajo, sonrío de pensar que a ti también te habría encantado si la hubieras visto, y no sólo eso... Mi imaginación vuela todavía más y me siento convencida de que si no hubiera concluido tu ciclo en este plano, tú habrías tenido la misma capacidad de crear algo igualmente tan genial...

Algunas cosas así por el estilo dirían las cartas que ya no te escribo... Primero porque estoy diario en el intento de evitar las cosas físicas y emocionales que te aten a un plano al que ya no perteneces; y después, porque no me preguntes como lo sé, (pero lo sé), y tengo la convicción de que tú estás muy bien donde quiera que te encuentres.... No has vuelto a visitarme en sueños, sólo me buscaste una vez ahí para despedirte y supongo que esa es la prueba más contundente de que estás ya inmersa en otras cosas o simplemente ya no tienes nada que decir.

Sé también que un día volveremos a vernos... Estoy segura -no sé porque- de que va pasar mucho tiempo para que eso suceda, pero me encantaría que el día en que eso llegue, seas tú quien venga a buscarme junto a todos esos seres hermosos que en vida amamos tanto: Roque, Luna, Joy, ¡Poncho! (con sus aullidos de notas largas que te mataron de la risa aquella madrugada con lluvia en Salto), así como Tobías y La Negra también.

Lo ideal sería que fuera en la sala de un aeropuerto, pero te aseguro que me producirá la misma felicidad indescriptible descubrirte sentada de la manera más cómoda con tus jeans y tus tenis, con esa sonrisa hermosa que llevo guardada siempre, en una sala cualquiera esperando por mi...

¿Ves? después de tanto tiempo yo no quería escribirte y he terminado enviando un montón de pensamientos sin ensobretar al cielo... Así como cuando te escribía cartas y cosas en un papelito doblado (de esa manera en que aprendí a hacerlo de niña) y que a ti te gustaba tanto... Más que si lo hacía en un sobre elegante o fabricado con un papel elegante y bonito.

Te extraño, pero no me despido... Aunque no te haya escrito hasta hoy te llevo de alguna manera siempre conmigo, pero al mismo tiempo he empezado a buscar para mi lo mismo que tengo tantas ganas de compartirle a alguien nuevo y especial (si llega)... Sé que para que eso suceda tengo que soltarte por completo a ti.

Lo intento trabajando un poco menos, dándole prioridad más a lo que me llena más el alma que los bolsillos $$$... Quiero estudiar algo nuevo que se relaciona con la Comunicación (que es lo que me apasiona y es desde siempre mi misión de vida), pero ahora enfocado desde una perspectiva más espiritual.

Quiero conocer lugares nuevos y ya estoy trabajando en eso... Independientemente de si lo hago sola o me encuentro alguien que si valga la pena en el camino para compartirlo, sé que lo disfrutaré de la manera que sea, porque si me he quedado aquí es porque aún me falta camino por andar y cosas por aprender en este plano terrenal.

En eso estoy ahora, y sin atarte quería detenerme un poco hoy, para mirar un poco atrás, o mejor dicho hacia el cielo y decirte que aunque el mundo es un lugar un poco más difícil sin ti, sigue teniendo su encanto...

Sé que por ahora no se puede saber mucho de ti, de cómo son las cosas "allá del otro lado" , pero me emociona pensar que ya encontraste a Ingrid, a Soraya (que fue quien propició que me encontraras a mi entre millones de personas y a cientos de kilómetros de distancia); pero sobre todo estoy segura que habrás tenido esa charla frente a frente que tanto querías y tenías pendiente con Dios.

Algún día me contarás o quizá no, la verdad yo no lo sé... Lo que sí sé es que me encantaría reencontrarme contigo en otro espacio y tiempo, para reírnos de nuestros errores y las cosas que pasaron para que aprendiéramos lo que nos tocaba, pero mientras eso sucede prometo no escribirte a cada rato, quizá sólo en los días en que vivir sin ti no sea fácil y no me salga, hasta que llegue el día en que te piense sin que duela y te hagas presente pero ya nada más por un instante en un momento lleno de risas, en una tarde junto al mar en un lugar que todavía no conozco y en todas las cosas mágicas y sorprendentes que aún me falta por descubrir en los libros y en mi andar diario por este lugar en el que ahora vivo.

Sé muy bien hacia qué lugar tengo que perfilar mis pasos en los días que todavía no he vivido y ya estoy trabajando en ello... Por lo pronto vienen unos días de vacaciones que trataré de llenar de momentos, personas y lugares que quiero como siempre atrapar en letras y nadie como tú para entenderlo y por eso te lo quería contar porque a ti siempre tendré algo que decirte y aunque ya no vivas aquí, sigues viviendo en mi.

Gracias por eso. Un beso enorme hasta el cielo.

Comentarios

Anónimo dijo…
Los seres humanos somos tan complicados...solemos no contestar un mensajes en vida y cuando la gente muere quisiéramos enviar millones de cartas al cielo o donde sea que esten.

Quizás sea una manera de catarsis no lo sé .

Muy probablemente no tengamos conciencia después de morir...y nos quedamos con ganas de decir cosas o de demostrar afecto.aunque ciertamente también pienso que romantizamos mucho a cuando la muerte llega el que alguien se valla nos dan ganas de gritarle todo lo que le queríamos cuando quizás en vida por orgullo o por un sinfín de cosas no sabíamos decir , no sabíamos expresar o simplemente no queríamos hacerlo ...
Soltemos ese mensaje antes que sea tarde


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