Preguntas al final del día

¿En qué piensas cuando te quedas en silencio?

¿Hasta donde viaja tu mente cuando físicamente estás presente en alguna parte, pero tu alma se escapó de la mano de un suspiro, sin importar si había personas alrededor o no había nadie más que tú?

¿A qué le tienes miedo?, ¿Es evidente o no lo que te incomoda o hace que te sonrojes?

¿Eres transparente o serías incapaz de disimular cuando la ira te consume?... Me pregunto si podré ser capaz de adivinar con certeza ¿cómo estás por dentro? cuando te quedas sin palabras y en tu frente se dibuja una línea como señal inequívoca de que hay algo que te causa duda o intentas entender o develar...

Los días están llenos de preguntas repetitivas y comúnes... ¿Cómo estás?... El cuestionamiento más frecuente del que sólo alguien que de verdad te ama pone atención a tu respuesta... ¿Vas a venir? ¿Tienes hambre? ¿Tienes frío? ¿Estás cansada?, ¿Cómo te fue hoy?.. Aunque todas las pronuncias y también las respondes a diario, me gustan más las preguntas al final del día, esas que puedes expresar sin necesidad de palabra alguna, posiblemente en la penumbra, arriba de una azotea mientras miramos en silencio el reflejo de las estrellas opacado por las luces de la ciudad.

Quiero entender el real significado de las respuestas que no se escriben en letras ni se expresan con palabras. En el regreso a casa, cuando de pronto en un semáforo en rojo tu mano provoca que tus dedos se entrelacen con los míos... quisiera saber si eso es una respuesta afirmativa a la duda de si ¿hay algún espacio para mi en tus sueños o quizá en tu futuro incierto?

Cuando duermes no puedo acompañarte hasta el país de los sueños... Supongo que cada uno de nosotros, al cerrar los ojos a la realidad tiene su manera muy particular de realizar esa travesía... He de confesarte que la mía a veces dura muy poco... Las responsabilidades le roban bastantes horas a mi sueño y cuando eso termina y no logro retomar ese viaje hacia el mundo irreal para conciliar el sueño, escribo sobre todo esto que te pregunto siempre sin palabras y he aprendido a descifrar a través de tu mirada o la forma en que reaccionas; pero a pesar de eso, siempre me deja con ganas de querer conocer más de ti, de saber un poco más.

Nadie más aparte de ti me causa tanta curiosidad ni me inspira a explorar o ahondar tanto en su historia... Aunque todos llevamos escrito lo que somos en la piel, muy contadas personas saben como interpretar ese lenguaje que responde a las preguntas más simples que revelan como "es por dentro", ese alguien que te fascinó desde la primera vez que su reflejo se proyectó a través de tus ojos...

Siempre te preguntaré lo mismo que cuestiona el común de las personas... ¿Cómo estás? ¿Estuvo bien tu día? ¿Crees que debería o no hacer tal o cual cosa?, ¿Cómo te sientes al respecto de algo que te frustra o no salió como esperabas? ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?... ¿Que opinas acerca de tal situación o circunstancia? y así por el estilo involucrarme, compartir y conocer más acerca de como es tu mundo, compartir lo cotidiano de la vida; pero de un tiempo acá tengo la certeza de que para ti es más importante aún todas esas preguntas al final del día que me gusta pensar es muy probable, sólo a mi te permites responder.

Debo intentar dormir de nuevo, pero antes de irme quiero decirte que puedes tener la certeza de que cuando despiertes siempre tendrás de mi algo de eso, y me encanta que hayas aprendido que mis notas para ti no siempre son necesariamente escritas en un pedazo de papel...