Como permanecer en un grupo de Facebook (y no morir en el intento)...
Inicio de semana una vez más, y en esta ocasión se me ocurrió "contar en letras" una anécdota que me pasó hace años y de la cual me estuve acordando a raíz de varias cosas que he visto han estado sucediendo en redes sociales (algunas con personajes públicos) y aunque fue una vivencia personal que en apariencia a nadie más le importaría, me hizo reflexionar en que la lección que aprendí a raíz de eso es algo que vale la pena rescatar.
Desde el 2004, año en que surgió Facebook, más allá de ser una red social que tenía como objetivo brindarnos esparcimiento, se convirtió también en un medio digital para interactuar con nuestros familiares y amigos (cercanos y lejanos), pero conforme fue pasando el tiempo y la red social evolucionando, se transformó en un medio para empezar a interactuar con otras personas que quizá no conocíamos, pero con las que teníamos afinidad en gustos y manera de pensar.
Pues bueno, en ese contexto, por ahí del 2010, fue cuando empezaron a surgir los famosos "grupos" y aunque yo no sabía bien a ciencia cierta de que se trataba o como funcionaba el ser parte de uno, decidí ingresar por recomendación de una amiga al que se llamaba "Los Consejos de la Abuela".
Este grupo era tal y como su nombre lo decía, una comunidad que compartía recetas caseras para infinidad de cosas, desde como curar un simple resfriado, como hacer las puntadas para remendar alguna prenda rota, hasta como hacer un platillo con ingredientes que tienes en el refri y cosas simples y cotidianas así por el estilo. Consejos y sugerencias prácticas iban y venían y se podían leer todos los días y yo, como el resto del grupo, podía aplicar algunos de ellos y aprender de ahí.
Todo era felicidad hasta entonces, hasta que hubo una ocasión en que una chica compartió que quería regalarle un pastel sorpresa a una amiga o familiar (no recuerdo bien) para un Baby Shower y publicó la foto de la propuesta de dicho pastel en el grupo, para pedir opiniones y que literal tenía forma de una vulva con un bebé saliendo y ahí fue donde empezó el revuelo.
Como ya se imaginarán la fotografía causó controversia en las integrantes del grupo (Facebook en ese entonces todavía no restringía cuentas ni nada por el estilo). Las opiniones se dividieron, había quienes estaban a favor y quienes estaban en contra de que la chica hiciera ese regalo, y a mi se me ocurrió ser parte de quienes opinaban que no era correcto, pero no porque fuera parte de la gente que se escandaliza por una imagen como esa, sino porque la propuesta de pastel, estaba a un mundo de distancia de ser un trabajo de gastronomía artística, y si a un milímetro de lo mal hecho y muy parecido a las fotos de esos pasteles que hoy ponen en los memes de "Expectativa Vs. Realidad".
Pastel de "Expectativa Vs. Realidad"... Algo así era la foto del pastel del que hablo en este post.
Mi reacción hacia esa publicación fue un "dislike", mientras que mi respuesta se redujo a una simple frase de 4 palabras: "No me parece adecuado", pero a diferencia de otras personas que se enfrascaron en discusiones textuales y burlas, yo jamás expresé en dicha publicación que mi voto en contra se basaba en el hecho de que el regalo era para alguien que la chica que hizo la publicación apenas si conocía y también en que la forma del pastel estaba horrible, grotesca y de muy mal gusto.
Hasta ahí todo normal, como integrante novata de un grupo de facebook jamás imaginé el alcance que algo tan trivial tendría hasta que unos días después comencé a notar que ya no me aparecían publicaciones de "Los Consejos de la Abuela", lo cual me resultó bastante extraño, dado que me aparecían diario, hasta que indagando un poco más, me di cuenta que ¡me habían expulsado del grupo!
Le comenté esto a mi amiga Claudia, (que fue quien me había invitado a integrarme) y ella, como toda buena amiga, en un intento de abogar por mi, contactó a una de las administradoras del grupo para averiguar: ¿qué había pasado?
Un par de días después nos enteramos que la administradora del grupo había tomado la decisión de expulsar a todas las personas que se burlaron y empezaron a pelearse en la publicación del famoso pastel de Baby Shower, y aunque yo no estaba en ninguno de esos dos bandos, (y mi amiga se lo hizo ver a la administradora); por el simple hecho de haber estado involucrada en la publicación fui expulsada para siempre del famoso y entretenido grupo de "Los Consejos de la Abuela".
Con el paso del tiempo los grupos de Facebook se multiplicaron como florecitas tras la lluvia, pero también empezaron a implementar reglas y sanciones para quienes eternamente son detractores de cualquier tema o jueces implacables de cualquier circunstancia o situación que en los grupos se expone.
Ha pasado muchísimo tiempo ya de eso y mi amiga Claudia y yo cada vez que nos acordamos nos da risa, que por un simple pastel salí expulsada de un grupo que de verdad me parecía entretenido y útil. Cabe mencionar que desde ese entonces jamás volví a emitir ninguna opinión en ningún grupo. Actualmente estoy todavía en algunos, ya sea de algún artista favorito o de temas que de verdad me interesan, y hay uno en particular que me gusta mucho, que es una comunidad de mujeres en las que se aprende y se leen cosas muy interesantes (no, no es el de las Femmes); pero desde esa vivencia en "Los Consejos de la Abuela", por mucho que "me pique el gusanito" de emitir un comentario acerca de una situación o planteamiento, dada la experiencia vivida, no he vuelto a opinar nada en ningún grupo nunca más.
La reflexión de todo esto es que las redes sociales nos han vuelto todavía más intolerantes de lo que ya éramos. Basta que alguien pida una opinión, exprese abiertamente lo que piensa sobre cualquier tema, para que siempre haya personas que muchas veces escudándose en el anonimato de un perfil sean capaces de emitir un juicio como si fuesen eruditos en un tema o simplemente dejándose llevar por sus creencias y percepciones personales como si fueran la verdad absoluta.
Un ejemplo de esto: Entre los pocos artistas que sigo, está Ricky Martín, y él siempre que publica fotos de sus hijos, le llueven comentarios homofóbicos juzgando hasta su manera de criarlos, tal como si esas personas que opinan a veces de manera grosera y tendenciosa lo conocieran en persona y convivieran con él como si fueran de la familia. Para empezar creo que Ricky ni los lee...jajajaja... Y por el otro, eso habla más de la persona que opina de manera negativa, mucho más allá de lo que expresa el artista... Lo mismo sucede con otras personas que son tan normales como cualquiera de nosotros, pero comparten algo cotidiano, algún logro, situaciones de su familia; y ya ni se diga cuando se trata de temas de política o del colectivo LGBTIQ+....
Partiendo de la premisa de que todos tenemos derecho a opinar y a tener una idea (equivocada o no) acerca de cualquier cosa, y todo el derecho de expresarla, esa libertad termina en esa delgada línea que delimita la frontera entre tener razón y querer imponerle a alguien más las creencias y prejuicios propios o simplemente considerarlo inferior o que está mal por el simple hecho de que no piensa como yo.
En redes sociales todo lo que digas y publiques podrá ser usado en tu contra...😂
En lo personal considero que no existe la "humilde opinión" (que de verdad me choca cuando alguien dice eso), porque desde el momento en que estás emitiendo un punto de vista sin que nadie te lo solicite, ya no estás hablando desde la "humildad", sino desde la arrogancia y una doble moral que tiende a rayar en la superioridad; además de que esa frase siempre antecede a una crítica negativa y nada constructiva de alguien que te dejará caer el marro encima con su percepción de algo que no ha vivido y desde fuera es muy fácil señalar.
La verdad desconozco si es madurez o "valemadrismo", pero el mantenerme al margen no sólo en redes sociales es lo que me ha permitido vivir muy en paz y no contaminarme de la mala vibra de alguien enojado sólo porque yo no pienso de la misma forma que ese alguien.
Todas las redes sociales están llenas también de opiniones de personas sacadas de contexto y pues aunque si puedo estar de acuerdo o no con lo que leo, simplemente no me engancho y lo dejo pasar. Las redes sociales pueden ser una gran herramienta también de trabajo, así que tener siempre esto claro es lo que también me ha protegido de alguna forma de llegar a publicar algo u opinar, porque se los digo por experiencia propia, la vida da muchas vueltas y puede llegar el tiempo en que tu perfil de facebook lo tengas que usar también como medio para trabajar... ¡Así que aguas con eso!
Como dicen, cada quien da lo que tiene y hay gente que lleva muchísimo rencor o prejuicios por dentro, y con el paso del tiempo además de haber aprendido a reservarme mis puntos de vista porque sé que son discusiones estériles; cada vez que "los deditos me papalotean" con ganas locas de escribir una respuesta para corregir a alguien (con conocimiento de causa sobre el tema), me siento... Respiro... Y mientras espero a que se me pasen las ganas de opinar: pienso en que ni yo tengo siempre la razón ni soy poseedora de la verdad absoluta, traigo a mi mente el recuerdo de lo que me pasó con el grupo de "Los Consejos de la Abuela"; me rio; imagino que Ricky Martin ni siquiera se va enterar de que lo "ando defendiendo" 😂, pero sobre todo: tengo muy presente de que si hay grupos de los que quiero seguir disfrutando y aprendiendo de los temas que ahí se abordan, lo mejor es no opinar...
Bien decía: Don Benito Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz"... y aunque él no era precisamente el procer de la historia de México que siempre nos han contado, no vaya a ser que a algún erudito en historia que pase por el blog le de por venir a echarme bronca para discutir exactamente lo contrario, así que mejor ahi la dejamos... ¡No vaya a ser el diablo! 😝...
Así que en conclusión: si quieren permanecer en un grupo de facebook y no morir en el intento, ya saben exactamente lo que hay que hacer.
¡Buen inicio de semana!
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