Deseos y Sueños de Viaje Por El Cielo.



Viajaron por la ciudad sin prisa... A merced del destino, pero más que nada del viento... Unos niños los vieron desde la ventanilla del autobús escolar a la hora de la comida.
Un oficinista desde el octavo piso del edificio donde trabajaba...
Tuvo suerte de ver en un día pesado de trabajo algo distinto... De obtener como regalo un instante de paz, -que recibió sin haberlo pedido-, (y tan sólo porque se quedó de pie frente al ventanal cuando fue al bebedero del pasillo por un cono con agua).

Una madre de familia también los vio pasar mientras colgaba la ropa recién lavada en el patio trasero de su casa... Un perro siguió la sombra de figuras redondeadas que se deslizaron sobre el césped del jardín (cuando empezaron a perder altura), y una niña de dos años lloró desde el asiento trasero de un auto -sin que sus padres entendieran la razón- porque quiso, pero no podía alcanzarlos...

Todo esto sucedió en un lapso de 4 días, cuando 7 globos inflados con helio y que llevaban atados con el cordel que los unía, un papel enrollado también.

La travesía terminó entre las ramas de un chamizo en un parque natural muy grande, lugar en el que un empleado de mantenimiento a lugares públicos, bajó los trozos de plástico ya desinflados (y algunos rotos), que quedaron como basura enredada a una altura no muy considerable.

Cuando eso sucedió, el empleado de mantenimiento se desconcertó al descubrir el pedazo de papel enrollado ya sucio y maltrecho... Pensó que tal vez era una carta, y deseoso por descubrir el contenido, en cuanto bajó de la escalera lo desató y abrió el papel para develar el contenido.

Su sorpresa fue tan grande como su desencanto, cuando al extender el pedazo de hoja maltratado, descubrió que estaba completamente en blanco.

¿A qué clase de idiota se le habrá ocurrido atar un papel sin escribir nada, para luego lanzarlo hacia el cielo?... Eso fue lo que dijo uno de los compañeros de trabajo, cuando quien lo encontró les mostró su hallazgo...

Lo que él no sabía es que ese mensaje no estaba en blanco... Lo envió desde un punto distante de la ciudad, un hombre joven que de tan excepcionalmente especial que era, pasaba ante los ojos de todos desapercibido y como alguien muy normal...

Su nombre era Minotauro; y en ese papel que en apariencia viajó vacío por toda la ciudad, él incluyó: un abrazo para quien lo necesitara y no tuviera alguien que se lo diera... Un trozo de fe para quien abrumado por el mundo real, hubiera dejado de ver la magia en las cosas más sencillas.

Incluyó también el recuerdo de la sonrisa más hermosa que él recordaba, suspiros para volver a llenar cualquier corazón vacío que se cruzara en el camino, así como toda la paciencia del mundo para escuchar a una persona de edad avanzada contar una y mil veces la misma historia.

Tal vez, aquel trozo de hoja tenía muchas otras cosas... Cosas que en cualquier lugar alguien más puede necesitar y no le sea fácil conseguir... 
Quizá esta vez Minotauro no tuvo suerte, puesto que nadie supo descifrar los deseos y sueños que viajaron por el cielo, materializados en una hoja en blanco.

Él se fue a dormir el día que lo lanzó con el alma llena... Con la idea de que en algún punto de la ciudad tal vez alguien no sólo encontraría todo eso tan valioso que él dejó ir; sino que además tendría la sensibilidad suficiente para descifrar su mensaje...

Tal vez si, tal vez no... Quizá no hoy, ni tampoco mañana... Los globos y la hoja terminaron en el cesto de basura, pero la energía y la intención de Minotauro se respiran en el aire y quizá en un futuro no muy lejano, eleven otro montón de globos con un mensaje perceptible sólo para quien perciba el mundo desde lo más interno de su alma... Ese día Minotauro habrá tenido suerte y su mensaje no se perderá otra vez.

Comentarios

Anónimo dijo…
Mientras los mensajes no se pierdan, ya es ganancia porque a cualquiera le pueden llegar :D

Saludos!
ѕocιaѕ dijo…
esa clase de mensajes sólo le llega a los que saben ver más allá.
Me recordó a la película Kung Fu Panda, no sé puede ser una hoja vacía pero tú tienes que ver que hay más allá o al menos imaginar.

Saludos

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