Volver de Madrugada


Vuelvo a casa de madrugada, sola, pero cargada de miles de pensamientos... El silencio tiene ganas de que le cuente sobre las cosas que pasaron este día, pero yo sólo contigo quiero hablar.

Y te extraño... Y mientras avanzo por calles solitarias, pienso en que han pasado tantos días sin que hablemos. No te veo nunca, pero sé que de alguna forma me acompañas siempre y la sola idea dentro de mi alma me reconforta; pero al mismo tiempo me hace pensar que quisiera de verdad que estuvieras en el asiento de al lado para decirte que aunque estos primeros días de un nuevo mes no ha sucedido nada relevante; han sido extraños... 

¿Será para ti así también? ¿Qué estarás pensando en este momento? ¿Estarás durmiendo ya al otro lado del océano o simplemente te habrás distraido en el intento por descifrar los mensajes escritos esta madrugada en el cielo?

Me encantaría de verdad hablar contigo sobre todo eso... ¿Saber que piensas acerca de que el tiempo parece transcurrir cada vez más de prisa y el mundo se encuentra tan convulso?... ¿Sentirás tristeza al respecto?... Supongo que si, y por eso la mayor parte de las veces permaneces en absoluto silencio... Sé que si tuviera la suerte de que estuvieras aquí (de manera física); me harías saber lo que hay en tu alma, más que en tu mente; y hasta casi puedo asegurar que hay momentos del día en que sonríes, cuando cualquier persona, desde cualquier punto y sin decirlo, va más allá y cambia el miedo y la percepción de negatividad por una oración sincera.

En el camino pienso que yo quiero hacer algo así como eso... Cuando ya he llegado a casa y las horas, todavía más han transcurrido, desde mi cama cierro los ojos y continuo nuestra charla; es entonces cuando de verdad puedo verte y saber que independientemente de si te hablo o no durante el día, siempre estás ahí aunque por momentos yo dude o me olvide de eso.

Cada noche, al volver a casa, mientras avanzo entre calles y avenidas me imagino que soy una mujer distinta... Quien pasó por ahí anoche, no es la misma persona que la de hace un año o apenas una semana; porque sin importar que sea el mismo recorrido, son distintos los pensamientos y emociones que en cada regreso alberga mi corazón.

Todos los días al volver de madrugada te pregunto: ¿Cómo puedo hacer mejor las cosas? divertirme más y echarte un poco la mano -en lugar de pedirte ayuda-, y aunque la mayoría de las veces sólo escucho el silencio; algo en mi interior discipa cualquier duda, miedo o sentimiento sombrío; pues sé que las respuestas siempre llegan de las maneras más extrañas y diversas... Lo único que no cambia y es constante es que siempre quiero hablarte; sentir que estás cerca; sobre todo en los días confusos, cuando no sucede nada interesante o me siento tan cansada y necesito tanto un trocito de tu paz.

Es tarde, pero casi llego a casa. Esta noche antes de dormir te contaré no de los problemas o cosas que me preocupan, sino de cuantos suspiros encontré desperdigados en el camino que bajo un cielo increíblemente despejado deja espolvoreado la estela de una estrella fugaz.

Gracias por permitirme otra vez, volver de madrugada.

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