Otra vez tú...

Anoche te soñé, y no es precisamente que me fuera a dormir pensando en ti... Apenas un par de semanas atrás habías aparecido de repente (como normalmente sueles hacerlo)... Yo estaba en casa, después del trabajo, terminando las últimas actividades del día en la cocina, y como tantas veces en que me aburro de ver series o videos, puse un poco de música y de pronto en una playlist de "chorromil" canciones favoritas,  tu voz inconfundible, vino a recordarme algo en lo que a diario pienso y nunca hablo...

Hasta ahí tu aparición inminente... No es que te haya olvidado, es tan sólo que ha pasado ya tanto tiempo que a veces siento como si todo lo que se relaciona contigo es como si hubiera sido un sueño... En el presente mi realidad es tan, pero tan distinta de la época en que tú todavía estabas, que quizá ha sido por inercia que he intentado seguir con mi vida y mis sueños en las circunstancias actuales... Algunos días pensando en ti mientras manejo, aún sin escuchar tu música, pero con poco tiempo para escribir y hablar de lo que pasa cuando apareces en mi mente y mis recuerdos...

Ni siquiera me acuerdo cuando fue la última vez que me visitaste en un sueño... Seguro debo haberlo escrito, por eso estoy consciente de que fue hace ya bastante tiempo. En esta etapa reciente, cada vez que has rondado por mi mente, me recrimino un poco por estar trabajando a "cuenta gotas" en ese proyecto que te involucra, esa sensación de que la vida se diluye sin que haya avanzado gran cosa, se esfuma por completo cuando llega la certeza de que cuando se trata de ti, todo debe hacerse de la mejor manera posible y en los tiempos que eso requiera...

Sé que anoche no estuviste aquí por eso... No veniste a mi mundo imaginario ni siquiera a tocar el tema... Al parecer no había ninguna conversación ni tampoco un mensaje importante o pendiente que quisieras transmitir, tan sólo te veías radiante, tan hermosa y sencilla como en vida eras; pero ya no tenías ese velo de nostalgia en la mirada que percibí en ti el día en que de verdad físicamente nos encontramos (creo que hace ya alrededor de 17 años)...

Por el contrario, te percibí feliz y tan bonita que irradiabas una luz especial... Te daba un poco de risa que poco después de darte un abrazo de bienvenida, tal como si hubiéramos sido grandes amigas, yo te decía que parecías como esas chavas que lucen espectaculares cuando son las protagonistas de una película de comedia romántica o de un anuncio de shampoo.

El abrazo fue breve, pero justo fue de esos en los que mientras estrechas a la persona y permaneces recargada en su hombro, la fuerza con la que también ese alguien te sostiene te hace darte cuenta de lo mucho que has extrañado -aparentemente sin saberlo- y aunque sea apenas un pequeño microsegundo el que permaneces así, es lo que vuelve aún más entrañable el reencuentro.

No hubo un gran intercambio de palabras, tan sólo recuerdo que yo te decía que la mayoría de la gente que conozco y para quienes tú fuiste algo importante, siempre te tienen tan presente a través de tu música y tus letras. Tú sonreías y me decías que lo sabías bien, pero que había otras cosas que eran mucho más valiosas y trascendentes también.

No entendí muy bien que habrás querido decir con eso... Pero tampoco te molestaste en aclararlo. Te encaminaste hacia la puerta de salida de mi casa y en un intento por aprovechar hasta el último instante contigo, antes de que desaparecieras, te lancé una pregunta relacionada con algo que no está en mis manos resolver y simplemente te encogías de hombros en señal de que para ti también era un tema del cual no poseías tampoco una respuesta...

Una vez más compruebo esa regla inquebrantable entre el mundo real y el de los sueños: no puedes preguntar nada relacionado con el futuro, mucho menos si se trata de alguien que ya trascendió... Posiblemente si sabe cuál es la respuesta a tu cuestionamiento, pero no le está permitido revelar nada que no haya sucedido aún en el mundo real...

Hace mucho tiempo, en otro sueño, recuerdo que me dijiste que dejara de hacerme tonta, puesto que la mayoría de las veces la respuesta está dentro de mi y yo sabría que hacer... Supongo que esta vez, la sonrisa que dibujaste en tu cara antes de salir por la puerta que da hacia la calle (y hoy ya no existe en mi casa) significó en lenguaje no verbal y sí de los pensamientos algo muy similar a eso... La verdad no es algo que tenga muy claro o tal vez sea el miedo... Un sentimiento muy humano, pero supongo que en algún momento sucederá y se resolverá o quizá deba aprender a leerte entre líneas.

Hasta ahí el encuentro y aunque desconozco si volveré a verte en el mundo de los sueños, como siempre me pasa, no quería que te fueras... Cuando desperté, durante todo el resto del día y hasta el instante mismo en que de madrugada escribo esto, no me sentí triste ni nostálgica... Es algo así como tener una especie de certeza de que, aunque según yo -como te dije al principio de esta página de diario- yo he seguido con mi vida y por ende, dizque hacía ya tiempo que te había dejado ir, de alguna manera siempre apareces y sigues tan presente.

Hay muchas cosas tuyas en mi casa, están todas las personas que trajiste a mi vida (incluso de quienes ya no formo parte); y supongo que a algo de eso te refieres cuando dijiste que había cosas mucho más valiosas y trascendentes a través de las cuales recordarte... 

No sé si será parte de la magia de hacerse presente aunque ya no existas físicamente, pero me queda clarísimo que por eso el hecho de extrañarte a mi ya no me duele tanto; pues de alguna manera siempre te haces presente estando en un libro nuevo de "Con Las Cuerdas Rotas" que se quedó guardado en mi cajón esperando pacientemente y todavía sin perder la esperanza de ser entregado para quien estaba destinado; estás en el otro más viejo que me regalaron mis papás y tengo todo subrayado, o en las fotografías que aparecen por casualidad en el timeline de alguna otra amiga que tal vez en ti también piensa y no lo dice; y hasta hace unos días con esa presencia tuya, tan bella como peculiar por todo lo largo y ancho de la pantalla de televisión de la cocina...

Quizá sin saberlo estés también siempre en los sueños que se convierten en visitas... En los recuerdos que por más que los años transcurran y borren las huellas de tus pasos, evitan que en el presente, ni yo ni nadie más se olvide de ti.

¡Gracias por venir!

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