El Mundo en el que ya no estás


A veces me gustaría que la entrada hacia el cielo fuera como la puerta del aeropuerto donde te vi por primera vez, para encontrarte esperándome ahí de nuevo, pero esta vez ya tan distintas, con todos los aprendizajes y la experiencia acumulada de todo este tiempo en que no nos hemos visto.

Ha pasado muchísimo tiempo... 1,095 días en tiempo terrenal que sigue contando atardeceres y días grises o con rayos de sol... De esos que te hacen quedarte quietecita y en silencio, porque son como una caricia para la piel, pero sobre todo para el alma. 

El mundo no es un lugar muy distinto al día en que decidiste irte, quizá lo único diferente es que ahora pasan cosas que antes no imaginarías que sucedieran, pero no obstante eso, siguen existiendo atardeceres hermosos, manifestaciones de la naturaleza y el arte que te dejan sin aliento, y que los días en que me ha tocado presenciar algo relacionado con eso, es inevitable para mi pensar en que a ti te encantaría ver algo como eso y me duele por dentro porque es entonces cuando quisiera que estuvieras aquí.

Te pienso todos los días y hay momentos del día en que cualquier cosa me trae a la mente el recuerdo de alguna de las anécdotas chistosas o de la breve vida cotidiana que compartimos... A la luz de la distancia son ese tipo de cosas las que han propiciado que el dolor ya no sea tan intenso como antes; y yo pienso que eso no es precisamente resignación, porque a pesar de que eso me hace sentir profundamente afortunada por haberte conocido y agradecer por tu vida (y el espacio en que me tocó ser parte), te extraño también a diario y hay cosas que quisiera correr a contarte o que de modo inevitable pienso en que quisiera que vieras tú.

Eso es en el mundo real de los sentidos... Después de un periódo muy oscuro y sin rumbo, he seguido viviendo y logré encontrar la belleza en un universo tan grande en donde ya no hay un lugar en específico donde pueda ir a buscarte... Bueno, si lo hay, pero yo sé que tú ya no estás ahí.

Fuera de todo eso te he visto en algunas ocasiones en sueños... En algunos de ellos sigues siendo tan tú, pero viviendo ya una vida tan distinta, que todo eso, sumado a la inmensidad de cosas que he leído buscando respuestas a lo que no se cura con palabras, ni tampoco con alguna medicina, me llevó a darme cuenta y tomar la decisión de no hacer nada que pudiera retenerte.

Por eso hace tanto no te escribo ni hablo con nadie de todo esto. Todos los que nos quedamos aquí te extrañamos... Cada uno a su manera, pero para bien o para mal tuvimos que seguir también con nuestra vida, y aunque hay días que son más difíciles que otros, de manera personal te puedo decir que es verdad que el amor que sientes por alguien prevalece a pesar de la muerte y permanece tan intacto como algo tan grande, que caes en la cuenta que si tienes la capacidad de amar a alguien así de esa manera en la ausencia, estando en el presente y habitando aún este cuerpo físico, tienes las herramientas necesarias y la capacidad para ser feliz también.

Desconozco cuanto tiempo falte para encontrar ese portal que parezca entrada al aeropuerto en otro tiempo y espacio... Sé que para ti el tiempo ya no transcurre de la misma forma que van dictando las manecillas de un reloj que separan la noche del día, pero en el lapso del tiempo en que el silencio me lleva a conectar con tu energía estoy segura que sientes y entiendes el que no te mencione ni haga una alegoría de los días tristes o la ausencia no significa que te haya olvidado, si no que es más bien el compromiso de cumplir con la promesa de no hacer nada que propicie que te quedes retenida en este espacio al que ya no perteneces, ni tampoco entorpezca el proceso en el que posiblemente ahora te encuentras.

Quienes habitamos todavía en el mundo en el que ya no estás seguimos sumando los días que transcurren y celebrando en el que tú llegaste a la vida. A fin de cuentas eso es lo importante... Dicen que hay lugares o planos donde el tiempo no transcurre de forma líneal y en cada uno de ellos estás presente en letras imaginarias y en sentimientos que no se desvanecen porque son como tinta indeleble qué ha marcado un dibujo hermoso en el alma que prevalecerá ahí aunque en otro tiempo  habite en otro cuerpo. 

... Quizá pueda ser que los espacios de tiempo sean tan distintos y aunque sea difícil de entenderlo, la única certeza que tengo es de saber que todo es como un ciclo en el que en algún punto nuestros caminos volverán a encontrarse, y entendí poco después de tu último día en la tierra, que mientras se llega el momento de volver a verte yo trataré de vivir con los sentidos muy abiertos, acumulando en la mente y en el alma todas esas anécdotas y aventuras de las que alguna vez hablamos y "alucinamos barato" (como decías tú), porque no sólo es la mejor manera de agradecer por el regalo de tu vida; si no también porque tendré una vez más tantas cosas por contarte y sé que te sentirás feliz de que a pesar de la ausencia yo aproveché al máximo todo el tiempo de vida que me toque estar aquí. 

Un beso hasta el cielo

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