Todo Lo Que Ha Pasado
Desde hace varios días, tenía ganas de escribir algo en el blog, de hecho, ayer iba a publicar algo y si no lo hice (al igual que lo he hecho con el diario), no ha sido por falta de ganas, al contrario, tengo muchas ideas e historias por contar (incluyendo la 2da. Parte sobre el cuento del Centauro), pero durante las últimas semanas que conformaron a la larga estos últimos dos meses, siento que todo ha estado muy “X” y no me gusta reflejar eso, porque no se porque, pero pienso que las páginas y los escritos saldrían muy iguales.
De hecho ayer tenía muchas ganas de escribir algo, y si no lo hice fue porque andaba medio triste, porque vi a Iván, fue a la agencia a entregar un trabajo de impresión que le encargó uno de mis compañeros y aunque yo ya sabía, supuse que iría temprano por la mañana (justo cuando yo no estoy todavía en la oficina), al igual que lo hizo cuando pasó por el CD con el archivo de diseño para imprimir la semana pasada, pero no, quien sabe, igual se tomó demasiado en serio lo de que el trabajo era urgente y por eso fue a entregarlo lo más rápido que pudo; el caso es que llego a la hora de la comida y a mi me tocó abrirle.
La verdad no me lo esperaba y aunque ambos nos comportamos muy normal (nos saludamos y platicamos de lo más normal –igual como lo haría con cualquier otro cliente que visita la agencia-), yo estaba súper nerviosa, pero me dio muchísimo gusto verlo y al mismo tiempo me di cuenta que a pesar de todo y aunque intentara portarme sangrona o indiferente (como muchas veces lo ha hecho él), yo no podría hacerlo ni mucho menos estar enojada con él, pues de verdad platicar con él durante esos pocos minutos, en los que mas por cortesía que por otra cosa me preguntó ¿cómo estaba?, por mi familia y lo más curioso: Por un libro sobre “Tantatología” que comenzamos a leer juntos hace más de 2 años y que yo conseguí como archivo para leer en la compu y hace cosa de una semana le envié por correo (cuando lo terminé de leer) y pues tras unas cuantas preguntas acerca de eso, se despidió y se fue.
No lo niego, sentí horrible cuando lo vi alejarse, pero lo más horrible de todo fue no poder decirle que lo amo con todo mi corazón, estarme muriendo de ganas de abrazarlo y darle un beso, y tener que comportarme como con cualquier otra persona normal, y no por que yo no me atreva a hacerlo, sino porque ya lo he hecho infinidad de veces y mis sentimientos son algo que Iván conoce a la perfección, pero en todo este tiempo su actitud hacia mi me ha enseñado que no es suficiente amar a una persona y demostrárselo de todas las formas posibles y con cada oportunidad que se presenta, porque resulta algo “inútil” y hasta molesto y empalagoso cuando la otra persona no te corresponde igual.
Me da mucha tristeza comprobar eso cada vez que lo veo, pero tampoco me puedo hacer tonta yo misma y decir que puedo verlo sin sentir nada o sin que me afecte. Hace ya más de un año que ya no forma parte de mi vida y aunque cada día que pasa sé que está más y más lejos, es muy curioso darme cuenta que sigue siendo la persona más importante que hay en mi vida, que mis sentimientos por él se mantienen intactos y que tal vez hago mal, porque sí, sigo con mi vida normal, hago mil cosas, intento distraerme, pero es bien curioso, y hay días en que algo me hace tener fe, ya no tener esa tristeza y creer, o más bien dicho “sentir” que no es malo pedir con todas mis ganas y con el corazón abierto que se nos de una oportunidad.
A lo mejor estoy equivocada y eso que infinidad de veces le he pedido a Dios, no es lo adecuado para mi, pero por ejemplo ayer, que me sentía del nabo y solas se me salían las lágrimas cuando estaba ya corriendo en el estadio (ya en la tarde al salir del trabajo), pasó algo extraño, pero a pesar de que estaba triste, no me sentía sola… Fue algo muy curioso y difícil de explicar, porque justo en los últimos días a pesar de esa sensación de que lo mío con Iván es algo que humanamente ya no tiene remedio, he estado disfrutando al máximo cada día y cada momento que vivo y sobre todo, tratando de pensar lo menos posible en lo que pasará más adelante, dejando de lado todo el miedo que tengo a no lograr olvidarlo y no poder enamorarme otra vez de otra persona, y tratando de aceptar y confiar en que la vida nos pondrá en el camino correcto… Y no sé, quizá fue eso, pero de pronto las ramas de los árboles que bordean el estadio comenzaron a mecerse (y no hacía viento) y sí me sentía triste, pero a diferencia de otras veces, no me sentía sola… Era algo así como cuando un amigo te ve “aguitadillo” y se queda a acompañarte hasta que te sientas mejor.
También algo que me aligero mucho la noche fue “Caballo de Troya” un libro al que ya le traía muchas “ganas” desde hace varios años y que recién empecé a leer el Lunes, y me tiene atrapadísima la historia, y la parte que me tocó leer anoche me emocionó muchísimo (es la primera vez que me pasa eso con un libro), ya que bueno, para no hacer esto tan largo –y para los que no lo han leído- el libro trata acerca de un periodista al que lo contacta una persona del ejército para pasarle una información súper importante y confidencial, que tras varias pistas y medidas de seguridad que el periodista tiene que descifrar para protegerla y evitar que caiga en malas manos, resulta ser un diario muy detallado en el que este señor del ejército revela que formó parte de un proyecto ultra secreto en el que un grupo de investigadores logran averiguar la forma para viajar a través del tiempo y a él y a otra persona los envían en una especie de nave llamada “La Cuna” al año 30, justo en la época cuando vivió Jesucristo, todo con la intención de atestiguar como fueron en realidad las cosas durante los últimos días de su vida, y para esto, este señor, viaja en el tiempo y llega pocos días después de que ha pasado lo del milagro de la resucitación de Lázaro, que es justo a la casa de quien este señor llega (pero para todo esto antes del “Gran Viaje”, aprende arameo y los dialectos griegos que se hablaban en el año 30), y vestido como ellos, llega y se instala aprovechando la hospitalidad de Lázaro para convivir y aprender las costumbres de esa época y el libro te atrapa porque, te va describiendo como sucede todo y yo en lo personal estaba leyendo, imaginando cada cosa que describe y tratando de avanzar lo más rápido posible en la historia para llegar a la parte donde se encuentra con Jesús.
Yo la verdad pensaba que eso iba a tardar, pero ayer llegué a esa parte y me gustó mucho, porque cuando este señor conoce a Jesús se queda impresionado, y hay un momento en que Jesús lo ve y va y se dirige a él, lo abraza y le dice: “Eres Bienvenido”, además de que lo más sorprendente es que el propio Jesús sabe, que este hombre viene del futuro sólo para dar testimonio de su historia y está tan bien escrita esa parte, que me dio mucha emoción imaginarme el encuentro, es tan bonito todo lo que Jesús le explica y sobre todo me impresionó que este señor reacciona como me imaginaba reaccionaría yo, si estuviera en su lugar, porque dice que él, al momento de tenerlo cerca había imaginado preguntarle tantas cosas y simplemente la forma como lo recibió y las cosas que le dijo, lo dejaron impresionado y lo desarmaron por completo.
¿Qué fregón no?... Yo pienso que me emocionó mucho esa parte porque de alguna forma esa parte del libro refleja esa idea mía acerca de “sentir” a Dios como un personaje más real y cotidiano en mi vida… Alucino, lo sé, y anoche pensaba en que si eso pudiera ser real y viajar en el tiempo a esa época, yo ni siquiera me atrevería a mirarlo a los ojos, no me sentiría digna, pero trataría de pegarme como chicle y seguirlo a todos lados para conocerlo como en realidad fue y aprender aunque fuera un poquito como El…
En esa parte del libro voy ahorita y está tan interesante que por lo mismo me he estado yendo a dormir después de las 2:00 am…Y no me puede la verdad… Pero en fin, es algo tarde y aunque me encantaría contar más cosas, mientras se llega el cierre de edición de la revista de Diciembre hay que aprovechar al máximo todo el tiempo libre y por lo pronto mañana me espera un Viernes intenso porque tengo algo de trabajo pendiente y ya en la noche me voy a ir con las chavas del trabajo al concierto de “La Oreja de Van Gogh”….¡Yujuuuu… Por fin se llegó la fecha tan esperada!!!!... Y pues bueno para concluir sólo puedo decir que hoy termino mi día deseando con todas mis ganas encontrar mi camino, para aceptar las cosas como se van presentando y no como yo quisiera que en realidad fueran, y sobre todo para vivir con toda intensidad cada día, sin desperdiciar ya más tiempo con miedos y dudas, porque aún hay mucho por vivir y aprender.
Por lo pronto dulces sueños, deliciosa madrugada y luego nos leemos aquí para contarles como me fue.
De hecho ayer tenía muchas ganas de escribir algo, y si no lo hice fue porque andaba medio triste, porque vi a Iván, fue a la agencia a entregar un trabajo de impresión que le encargó uno de mis compañeros y aunque yo ya sabía, supuse que iría temprano por la mañana (justo cuando yo no estoy todavía en la oficina), al igual que lo hizo cuando pasó por el CD con el archivo de diseño para imprimir la semana pasada, pero no, quien sabe, igual se tomó demasiado en serio lo de que el trabajo era urgente y por eso fue a entregarlo lo más rápido que pudo; el caso es que llego a la hora de la comida y a mi me tocó abrirle.
La verdad no me lo esperaba y aunque ambos nos comportamos muy normal (nos saludamos y platicamos de lo más normal –igual como lo haría con cualquier otro cliente que visita la agencia-), yo estaba súper nerviosa, pero me dio muchísimo gusto verlo y al mismo tiempo me di cuenta que a pesar de todo y aunque intentara portarme sangrona o indiferente (como muchas veces lo ha hecho él), yo no podría hacerlo ni mucho menos estar enojada con él, pues de verdad platicar con él durante esos pocos minutos, en los que mas por cortesía que por otra cosa me preguntó ¿cómo estaba?, por mi familia y lo más curioso: Por un libro sobre “Tantatología” que comenzamos a leer juntos hace más de 2 años y que yo conseguí como archivo para leer en la compu y hace cosa de una semana le envié por correo (cuando lo terminé de leer) y pues tras unas cuantas preguntas acerca de eso, se despidió y se fue.
No lo niego, sentí horrible cuando lo vi alejarse, pero lo más horrible de todo fue no poder decirle que lo amo con todo mi corazón, estarme muriendo de ganas de abrazarlo y darle un beso, y tener que comportarme como con cualquier otra persona normal, y no por que yo no me atreva a hacerlo, sino porque ya lo he hecho infinidad de veces y mis sentimientos son algo que Iván conoce a la perfección, pero en todo este tiempo su actitud hacia mi me ha enseñado que no es suficiente amar a una persona y demostrárselo de todas las formas posibles y con cada oportunidad que se presenta, porque resulta algo “inútil” y hasta molesto y empalagoso cuando la otra persona no te corresponde igual.
Me da mucha tristeza comprobar eso cada vez que lo veo, pero tampoco me puedo hacer tonta yo misma y decir que puedo verlo sin sentir nada o sin que me afecte. Hace ya más de un año que ya no forma parte de mi vida y aunque cada día que pasa sé que está más y más lejos, es muy curioso darme cuenta que sigue siendo la persona más importante que hay en mi vida, que mis sentimientos por él se mantienen intactos y que tal vez hago mal, porque sí, sigo con mi vida normal, hago mil cosas, intento distraerme, pero es bien curioso, y hay días en que algo me hace tener fe, ya no tener esa tristeza y creer, o más bien dicho “sentir” que no es malo pedir con todas mis ganas y con el corazón abierto que se nos de una oportunidad.
A lo mejor estoy equivocada y eso que infinidad de veces le he pedido a Dios, no es lo adecuado para mi, pero por ejemplo ayer, que me sentía del nabo y solas se me salían las lágrimas cuando estaba ya corriendo en el estadio (ya en la tarde al salir del trabajo), pasó algo extraño, pero a pesar de que estaba triste, no me sentía sola… Fue algo muy curioso y difícil de explicar, porque justo en los últimos días a pesar de esa sensación de que lo mío con Iván es algo que humanamente ya no tiene remedio, he estado disfrutando al máximo cada día y cada momento que vivo y sobre todo, tratando de pensar lo menos posible en lo que pasará más adelante, dejando de lado todo el miedo que tengo a no lograr olvidarlo y no poder enamorarme otra vez de otra persona, y tratando de aceptar y confiar en que la vida nos pondrá en el camino correcto… Y no sé, quizá fue eso, pero de pronto las ramas de los árboles que bordean el estadio comenzaron a mecerse (y no hacía viento) y sí me sentía triste, pero a diferencia de otras veces, no me sentía sola… Era algo así como cuando un amigo te ve “aguitadillo” y se queda a acompañarte hasta que te sientas mejor.
También algo que me aligero mucho la noche fue “Caballo de Troya” un libro al que ya le traía muchas “ganas” desde hace varios años y que recién empecé a leer el Lunes, y me tiene atrapadísima la historia, y la parte que me tocó leer anoche me emocionó muchísimo (es la primera vez que me pasa eso con un libro), ya que bueno, para no hacer esto tan largo –y para los que no lo han leído- el libro trata acerca de un periodista al que lo contacta una persona del ejército para pasarle una información súper importante y confidencial, que tras varias pistas y medidas de seguridad que el periodista tiene que descifrar para protegerla y evitar que caiga en malas manos, resulta ser un diario muy detallado en el que este señor del ejército revela que formó parte de un proyecto ultra secreto en el que un grupo de investigadores logran averiguar la forma para viajar a través del tiempo y a él y a otra persona los envían en una especie de nave llamada “La Cuna” al año 30, justo en la época cuando vivió Jesucristo, todo con la intención de atestiguar como fueron en realidad las cosas durante los últimos días de su vida, y para esto, este señor, viaja en el tiempo y llega pocos días después de que ha pasado lo del milagro de la resucitación de Lázaro, que es justo a la casa de quien este señor llega (pero para todo esto antes del “Gran Viaje”, aprende arameo y los dialectos griegos que se hablaban en el año 30), y vestido como ellos, llega y se instala aprovechando la hospitalidad de Lázaro para convivir y aprender las costumbres de esa época y el libro te atrapa porque, te va describiendo como sucede todo y yo en lo personal estaba leyendo, imaginando cada cosa que describe y tratando de avanzar lo más rápido posible en la historia para llegar a la parte donde se encuentra con Jesús.
Yo la verdad pensaba que eso iba a tardar, pero ayer llegué a esa parte y me gustó mucho, porque cuando este señor conoce a Jesús se queda impresionado, y hay un momento en que Jesús lo ve y va y se dirige a él, lo abraza y le dice: “Eres Bienvenido”, además de que lo más sorprendente es que el propio Jesús sabe, que este hombre viene del futuro sólo para dar testimonio de su historia y está tan bien escrita esa parte, que me dio mucha emoción imaginarme el encuentro, es tan bonito todo lo que Jesús le explica y sobre todo me impresionó que este señor reacciona como me imaginaba reaccionaría yo, si estuviera en su lugar, porque dice que él, al momento de tenerlo cerca había imaginado preguntarle tantas cosas y simplemente la forma como lo recibió y las cosas que le dijo, lo dejaron impresionado y lo desarmaron por completo.
¿Qué fregón no?... Yo pienso que me emocionó mucho esa parte porque de alguna forma esa parte del libro refleja esa idea mía acerca de “sentir” a Dios como un personaje más real y cotidiano en mi vida… Alucino, lo sé, y anoche pensaba en que si eso pudiera ser real y viajar en el tiempo a esa época, yo ni siquiera me atrevería a mirarlo a los ojos, no me sentiría digna, pero trataría de pegarme como chicle y seguirlo a todos lados para conocerlo como en realidad fue y aprender aunque fuera un poquito como El…
En esa parte del libro voy ahorita y está tan interesante que por lo mismo me he estado yendo a dormir después de las 2:00 am…Y no me puede la verdad… Pero en fin, es algo tarde y aunque me encantaría contar más cosas, mientras se llega el cierre de edición de la revista de Diciembre hay que aprovechar al máximo todo el tiempo libre y por lo pronto mañana me espera un Viernes intenso porque tengo algo de trabajo pendiente y ya en la noche me voy a ir con las chavas del trabajo al concierto de “La Oreja de Van Gogh”….¡Yujuuuu… Por fin se llegó la fecha tan esperada!!!!... Y pues bueno para concluir sólo puedo decir que hoy termino mi día deseando con todas mis ganas encontrar mi camino, para aceptar las cosas como se van presentando y no como yo quisiera que en realidad fueran, y sobre todo para vivir con toda intensidad cada día, sin desperdiciar ya más tiempo con miedos y dudas, porque aún hay mucho por vivir y aprender.
Por lo pronto dulces sueños, deliciosa madrugada y luego nos leemos aquí para contarles como me fue.
Comentarios