En Mis Propias Palabras: Dalai Lama.
Este libro lo compré en la librería "Potala" de Casa Tibet, (y que por cierto ese es el nombre del Palacio en Lhasa, lugar en el que hasta antes de su exilio vivió el Dalai Lama). Este es el segundo o tercer libro que leo y que fue escrito por él. Aunque yo me quedé con muchas preguntas para hacerle, es muy curioso porque en el transcurso de los meses -incluso desde mucho antes de que surgiera la oportunidad de ir a verlo a la ciudad de México-, muchas de esas interrogantes se han ido respondiendo a través de las cosas que he encontrado escritas entre las páginas de estos libros.
La bibliografía que existe escrita por el Dalai Lama es muy, muy extensa; y de hecho, cuando yo fui a la librería, me fue difícil elegir entre tantos libros que había ahí y que son de la autoría de Su Santidad. Al final opté por este en particular, ya que yo soy alguien que prácticamente está empezando apenas a aprender sobre budismo; y porque la mayoría de los libros que en ese momento había en la librería, eran recopilaciones de conferencias o entrevistas que él ha dado en distintos lugares del mundo.
Este libro es como su nombre lo indica, una introducción a las cosas más básicas sobre esta filosofía de vida: "Las 4 Nobles Verdades", "El Camino Octúple", habla sobre como cultivar la compasión, y lo que me gusta mucho es que el Dalai Lama siempre se considera a sí mismo como un simple monje budista, que no tiene todas las respuestas habidas y por haber a cada pregunta; y en ese sentido relata una anécdota de una persona que en una ocasión se le acercó para preguntarle sobre una práctica de meditación de una de las 4 escuelas de budismo tradicionalista que existen; y él, a pesar de que se sintió mal por no poder ayudarlo, lo envió con un maestro que si conocía mucho más sobre el tema.
Algo que me llama mucho la atención del Dalai Lama es que él siempre habla acerca de que experimenta muchos de los sentimientos adversos que son característicos de un humano, como el enojo y la ira... A diferencia de nosotros, él ha aprendido a dominar todas esas emociones negativas gracias al despertar de la mente y la práctica de la atención plena (que yo lo definiría como concentrarte únicamente en lo que estás haciendo en ese momento, por ejemplo yo, que estoy en este instante escribiendo y cada uno de ustedes leyendo estas palabras a través de la pantalla de su computadora).
Para mi todo esto es muy interesante, porque muchas de las cosas de las que en forma constante el Dalai Lama habla, se relacionan con cosas tan sencillas que he ido aprendiendo en el transcurso de los meses... Por ejemplo, en el curso de meditación una práctica muy sencilla y muy efectiva fue que justo cuando a través del pensamiento, un recuerdo te produce una emoción negativa: Tristeza, enojo, etc... Lo primero que tienes que hacer es no dejar que eso te domine y centrar lo más rápido posible tu atención en otra cosa... Por mencionar un ejemplo muy "burdo": ¿De qué color son los calcetines que tienes puestos en ese momento?, ¿qué hay afuera del lugar en donde estás? ¿Tus manos están frías o calientes mientras escribes frente al teclado?... Todo eso, por muy sencillo que parezca te devuelve en un instante al momento presente; y eso ayuda a que tu mente no siga alimentando esa sensación negativa... En pocas palabras te libera del sufrimiento que te puede producir una emoción.
Creo que por eso dicen que la mente puede ser a veces tu peor enemigo, porque los sentimientos se producen a raíz de los sentimientos... El Dalai Lama en este libro habla acerca de todo eso y de herramientas como el despertar de la mente consciente, la meditación y la práctica de la compasión para aprender a dominar todo esto... Claro está que se necesitan muchos años para alcanzar una mínima parte del dominio que él tiene, pero aún sin ser budista, muchas de estas recomendaciones sirven para aplicarse en la vida diaria y eso es lo que en lo personal a mi me ha gustado del budismo.
En este libro el Dalai Lama también habla sobre el Karma, sobre la reencarnación, que son temas que a mi ya me atraían desde mucho tiempo antes de empezar a intentar aprender más sobre esta filosofía.
No quiero hacer muy extensa la reseña sobre este libro, porque estoy consciente de que es un tema que no a todo mundo le interesa, pero bueno, dejando de lado ese argumento y bajo la premisa de que ni squiera yo me considero budista (porque para poder serlo se necesita de mucha disciplina y de estudiar de manera más formal); lo único que yo puedo agregar para concluir este post, es que esta filosofía de vida, puede ser una herramienta muy poderosa para todo aquel que quiera aprender a desarrollar una actitud mucho más serena ante el ambiente tan hostil y tan lleno de presiones y estrés que afrontamos en la actualidad...
Ese es el encanto del budismo y para eso sirve... Mucha gente tiene la idea equivocada de que practicar el budismo es pasarte las horas meditando en flor de loto y recitando mantras... Ese es un cliché... Aunque si bien es cierto la gente que está dedicada al 100% a la vida monástica si recurre a ese tipo de prácticas ancestrales, el budismo zen (que es una de las muchas ramas que existen); está diseñado y enfocado en la práctica para personas tan comúnes y corrientes, como puedes ser tú o puedo ser yo, y que viven en la ciudad.
En lo personal, este año, haberme acercado mucho más a todo esto es de las mejores cosas que me han pasado y pues bueno, un libro más como este, es un paso más para seguir aprendiendo.
Los dejo como siempre con algunos de los fragmentos más interesantes que encontré entre las páginas de "En mis Propias Palabras", escrito por el Dalai Lama.
"Una práctica importante para desarrollar este despertar de la mente es intercambiarse con los demás. Hay varias explicaciones distintas acerca de la forma de realizar esta práctica. En todas las explicaciones hay un factor común: Es necesario al comienzo sentir afecto hacia los seres sensibles. Debemos pensar en ellos como seres agradables y atractivos y tratar de cultivar un gran sentido de afecto hacia ellos. Esto requiere generar un sentido de ecuanimidad que regula nuestras emociones fluctuantes hacia otros seres sensibles.
Para hacer esto, es muy útil visualizar tres personas al frente tuyo: tu pariente o amigo, un enemigo y alguien hacia quien te sientes neutro. Observa tu reacción natural hacia ellos. Por lo general, estamos predispuestos a sentirnos cerca de nuestros parientes, distantes de nuestros enemigos e indiferentes hacia los demás. Cuando piensas en tu amigo, te sientes cercano a él o ella e inmediatamente sientes interés por su bienestar. Cuando piensas en tus enemigos, te sientes incómodo y molesto. Incluso puedes sentir agrado si tu enemigo está en problemas. Cuando piensas en la persona hacia quien te sientes neutral, sientes que no te importa en verdad si esta persona es desgraciada o feliz. Te sientes indiferente. Cuando reconozcas estas emociones fluctuantes, pregúntate si están justificadas. Si te imaginas a tu amigo haciéndote daño, te darás cuenta que tu reacción hacia él o ella cambiará.
Aquellos que llamamos nuestros amigos en esta vida presente no han sido siempre nuestros amigos. Tampoco aquellos que en el presente consideramos nuestros enemigos han sido siempre hostiles. Tu amigo o tu pariente en esta vida puede haber sido un enemigo en una vida pasada. De igual manera, la persona que consideramos un enemigo ahora, puede haber sido uno de nuestros padres en una vida previa. Por consiguiente, es insensato interesarnos solamente en aquellos que vemos como amigos e ignorar aquellos que consideramos enemigos. La meta es reducir el apego por tus parientes y amigos, y la ira y el odio hacia tus enemigos. Reflexiona en la noción de que no existe un ser sensible que no haya sido tu amigo. Esta es la forma de cultivar la ecuanimidad hacia todos los seres sensibles".
"En mis propias palabras"
Introducción a mis enseñanzas y filosofía
Su Santidad El Dalai Lama
Ed. Hay House Inc.
"Una práctica importante para desarrollar este despertar de la mente es intercambiarse con los demás. Hay varias explicaciones distintas acerca de la forma de realizar esta práctica. En todas las explicaciones hay un factor común: Es necesario al comienzo sentir afecto hacia los seres sensibles. Debemos pensar en ellos como seres agradables y atractivos y tratar de cultivar un gran sentido de afecto hacia ellos. Esto requiere generar un sentido de ecuanimidad que regula nuestras emociones fluctuantes hacia otros seres sensibles.
Para hacer esto, es muy útil visualizar tres personas al frente tuyo: tu pariente o amigo, un enemigo y alguien hacia quien te sientes neutro. Observa tu reacción natural hacia ellos. Por lo general, estamos predispuestos a sentirnos cerca de nuestros parientes, distantes de nuestros enemigos e indiferentes hacia los demás. Cuando piensas en tu amigo, te sientes cercano a él o ella e inmediatamente sientes interés por su bienestar. Cuando piensas en tus enemigos, te sientes incómodo y molesto. Incluso puedes sentir agrado si tu enemigo está en problemas. Cuando piensas en la persona hacia quien te sientes neutral, sientes que no te importa en verdad si esta persona es desgraciada o feliz. Te sientes indiferente. Cuando reconozcas estas emociones fluctuantes, pregúntate si están justificadas. Si te imaginas a tu amigo haciéndote daño, te darás cuenta que tu reacción hacia él o ella cambiará.
Aquellos que llamamos nuestros amigos en esta vida presente no han sido siempre nuestros amigos. Tampoco aquellos que en el presente consideramos nuestros enemigos han sido siempre hostiles. Tu amigo o tu pariente en esta vida puede haber sido un enemigo en una vida pasada. De igual manera, la persona que consideramos un enemigo ahora, puede haber sido uno de nuestros padres en una vida previa. Por consiguiente, es insensato interesarnos solamente en aquellos que vemos como amigos e ignorar aquellos que consideramos enemigos. La meta es reducir el apego por tus parientes y amigos, y la ira y el odio hacia tus enemigos. Reflexiona en la noción de que no existe un ser sensible que no haya sido tu amigo. Esta es la forma de cultivar la ecuanimidad hacia todos los seres sensibles".
"En mis propias palabras"
Introducción a mis enseñanzas y filosofía
Su Santidad El Dalai Lama
Ed. Hay House Inc.
Comentarios
Coincido contigo, porque los libros cuando son exactamente así como los describes, suelen ser los que más valen la pena y los que te dejan algo más allá de sus letras.
Gracias por pasar y eres bienvenido en este espacio cuando quieras.
SANDRA:
Muchísimas gracias por tus palabras... Me pareció muy curioso hoy encontrarme con tu comentario porque lo leí y dije: ¿De verdad yo dije eso?, y se me hizo muy chistoso.
Me da mucho gusto que lo que yo escribo pueda servirte y lo poquito que he aprendido te pueda orientar, eso es un gran aliciente para mi y le da mucho sentido al trabajo que hago siempre en este blog, que siempre tiene como objetivo dejarle algo positivo a quien pase por aquí.
Gracias por tus palabras y por seguir visitando este espacio.