¿Qué queda de ti?

¿Qué queda de una persona cuando muere?

Su aroma, por un breve tiempo, en un suéter. Sus fotografías. Las frases que repetía. Alguna nota suya a mano que aparece en algún libro, en un cajón o en la bolsa de un saco en el momento indicado... Las palabras de una canción impresa en un papel que quedó olvidado dentro del estuche de una guitarra o quizá en el pedestal de un porta partituras que lleva guardado mucho tiempo...

Quedan quizá los recuerdos envueltos en el silencio de un estudio de grabación donde todo está apagado y hay encapsuladas algunas canciones que ya nunca escuchamos... La ausencia se acrecienta, pero permanecen en sus deudos los recuerdos, al igual que las canciones que escuchaba y sus objetos personales que hoy sirven para contar historias y anécdotas de cuando aún estaba...

Y en nosotros, los lejanos... Queda la admiración y el respeto profundo por alguien que fue tan grande, las sonrisas y los recuerdos hermosos de los conciertos y la emoción de ir a comprar sus discos, los amigos que conocimos en el camino, los grandes amores que permanecen intactos a pesar de la distancia, y que atesoramos de la misma manera que las páginas del libro que ella escribió (aunque hoy  ya se estén poniendo amarillas y frágiles por el paso de los años)...

Queda tristeza, que por ratos se convierte en nostalgia, porque nunca se llega a comprender realmente porque las personas más valiosas tienen que irse antes; pero a la vez, y después de tantos años aparece la certeza que nos hace suspirar por haber sido tan afortunados de haber coincidido con ella en espacio y tiempo.

Pasa el tiempo... Los días que se convierten en años, pero a pesar de eso, existimos muchos que siempre te tenemos tan presente y que pase lo que pase, no nos olvidaremos de ti.

Se te extraña tanto, un abrazo hasta el cielo Soraya.

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