Pequeños actos de amor

 


Llevo poco más de medio año trabajando en un supermercado. En todo ese lapso me han cambiado de área 3 veces, hasta llegar a un departamento que era en el que originalmente yo quería trabajar desde que solicité empleo ahí, y que corresponde a los pasillos donde se encuentran los shampoos y varios artículos e higiene y belleza.

En todo ese tiempo (en esta última área), a pesar de la hora, (trabajo en el turno de madrugada), siempre me ha tocado auxiliar personas que llegan preguntando por determinado producto. Casi siempre son hombres jóvenes que preguntan por características y marcas de alguna toalla femenina para sus parejas, jabones corporales o por alguna otra marca de shampoo que sustituya a la que buscaban y no encontraron en existencia dentro de la tienda. Hasta ahí todo normal, eso siempre me pasó desde la época en que trabajé en promotoría, pero hace apenas unos cuantos días, una de esas tantas personas fue quien a la par de inspirarme este escrito, me dejó reflexionando al respecto.

Para empezar no se trataba de un hombre joven. Era un señor que yo supongo rondará entre los 65 ó 70 años. Se dirigió hacia mi con su teléfono celular en la mano y me preguntó por un color de tinte en específico y un jabón íntimo, señalando las fotografías de los empaques de ambas cosas que llevaba guardadas en su teléfono.

Lo primero que llamó mi atención fue eso, que a diferencia de otros clientes a quienes me ha tocado orientar dentro de ese departamento, él no hizo lo que la mayoría de ellos. 

Uno de los artículos que él buscaba no estaba exactamente como en la foto que me mostró, pero había algo muy parecido de la misma marca. Sin dudarlo se lo llevó; y a los pocos minutos de que se alejó yo me quedé pensando en que como algo que en apariencia puede parecer muy normal y cotidiano entre un cliente y una persona como yo, que trabaja en una tienda como esa, va todavía mucho más allá.

Puede pasar que para quienes lean esto quizá dirán: ¿Bueno y eso que?, ¿Qué tiene de especial o particular?, todos los días, hay cientos de hombres que van a un supermercado a comprar toallas femeninas, cosméticos, perfumes o cosas para sus novias, esposas o cualquier otro tipo de interés romántico... Y pues sí, eso es verdad, pero lo que me pareció lindo fue que nunca me había tocado atender a un señor de esa edad y sin analizarlo tanto es muy posible que esa acción tan cotidiana, él haya estado realizándola durante ¿Que les gusta?¿30, 40, 50 años?, lo cual me llevó a concluir que eso es lo que representa un pequeño acto de amor.

Hoy en día no hay mayor complicación... Con un teléfono celular en la mano es bien fácil tomarle la foto a un empaque, hacer una videollamada de Whatsapp desde la tienda, en caso de no encontrar algo (como lo hacen muchas personas que he visto); pero ¿antes de eso?... Y es aquí donde me imaginé al señor en sus primeros años de matrimonio quizá, llevando los empaques directo a la tienda, y que posiblemente más allá de un encargo de su pareja, tal vez él mismo tuvo la iniciativa de pasar al supermercado por otras cosas y tomar en consideración que tal vez a su mujer le hacía falta algo y tener la iniciativa de facilitarle la vida llevándolo sin que ella se lo pidiese.

Sé que suena idealista... Pero puede ser... Y es eso mismo lo que me hizo pensar en todos los pequeños actos de amor que uno suele realizar cuando de verdad ama a alguien.

Todos sabemos y sobre todo asociamos la idea de que las demostraciones de amor se materializan con rosas, chocolates o regalos materiales en fechas y ocasiones especiales; pero sin embargo, desde hace muchos años, si algo aprendí de las pocas veces que he estado en pareja, es que el amor se demuestra con pequeños y muy simples detalles, que repetidos a lo largo del tiempo se convierten en regalos que quizá no son "tangibles" pero se atesoran como algo invaluable dentro del corazón, porque se perpetúan en la memoria y los recuerdos. 

Las flores, chocolates y regalitos siempre son bienvenidos... Nadie está peleado con eso, pero el amor se demuestra también con pequeños actos cotidianos, como por ejemplo: el estar pendiente de que tu pareja coma, que tenga un recibimiento lindo después de un arduo día de trabajo, madrugar para ayudarle con algún trámite, llevarle algo de comer si tuvo mucho trabajo y no le dio tiempo de salir a comprar algo. estar pendiente de que su auto esté en buenas condiciones o acudir a ayudarle si este se descompone o facilitarle los traslados en lo que está en reparación, dejarle dormir o ayudarle con sus cosas si se desveló trabajando, y así por el estilo, pequeños actos de amor.

Eso es respecto a las cosas materiales y también las cotidianas, podría hacer una inmensa lista al respecto; mientras que por otro lado están también "las pequeños grandes detalles" impregnados de ternura y son los que en mi muy particular punto de vista, contribuyen no sólo a que te enamores de alguien, sino que ese sentimiento prevalezca a través del tiempo y del espacio.

De las cosas más románticas que se han quedado para siempre guardadas en mi memoria y en mi alma está la ternura que me provocó el que alguien calentó mis manos en una noche muy fría de un invierno pasado, un masaje en la cabeza que no sólo me quitó un horrible dolor de cabeza, luego de un viaje muy largo y un día muy ajetreado, sino que me ayudó a dormir.

Todavía hasta el día de hoy, cada vez que me duele la cabeza, cierro los ojos y siento sus dedos largos y delgados recorriendo mi cabeza con una ternura infinita, además de que fue esa misma persona quien me cuidó durante toda una madrugada que estuve enferma y propició también que no quedara cicatriz alguna en mi pierna, luego de una quemada bastante severa, que fue la consecuencia de nuestras primeras aventuras en motocicleta... Todo esto, sólo por plasmar 2 de los ejemplos que más recuerdo hasta ahora y que seguramente no olvidaré y me harán amar a esa persona hasta el día en que yo muera.

Para mi esas son las cosas que cuentan y que son las que demuestran cuando para alguien de verdad eres importante. Mi cuarto está repleto de objetos y detalles hechos a mano que son la evidencia en el tiempo de días pasados en los que los hechos concretos me hicieron saber lo importante que yo fui para otra persona, y fue ese pequeño incidente cotidiano en el presente, dentro de la tienda, lo que me hizo recordar todo esto y la importancia de demostrar a quien uno ama a través de cosas que van mucho más allá de los detalles lindos y lo que puede ser tangible y material.

Con seguridad, ustedes que me leen, recordarán las cosas que a lo largo de su vida alguien ha hecho por ustedes de manera especial... Más allá de si en este momento tienen la fortuna de contar todavía con eso, de corazón deseo que en los días que aún no han vivido, su vida, al igual que la mía, esté llena en un futuro de todos esos "pequeños actos de amor".  

Que así sea 💓.


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